El precio de la soja cayó a su cotización más baja en casi seis años

La caída de los mercados bursátiles de China reavivó los temores por la sustentabilidad de la demanda de granos del gigante asiático. El contrato para noviembre se pactó a u$s332,25 por tonelada, un mínimo desde el 5 de octubre de 2009

Las posiciones futuras de la soja en el mercado de granos de Chicago cedieron este martes debido a las dudas acerca del desempeño de la economía de China, principal importador de la oleaginosa del mundo, luego de que los indicadores de la Bolsa de Shanghái cayeron un 6,1% en la jornada.

Los contratos de la soja más operados, con entrega en noviembre, finalizaron con una pérdida de 1,4%, hasta los u$s332,25 por tonelada, debajo de los u$s334,37 de cierre del miércoles 12, en su cotización más baja desde el 5 de octubre de 2009, cuando la posición a noviembre se pactó a u$s325,18 por tonelada.

La semana pasada las cotizaciones granarías habían acusado el efecto negativo de la devaluación de 5% del yuan chino, debilidad que puede perjudicar la capacidad importadora de la segunda economía mundial. Dante Romano, de Austral Agroperspectivas, comentó que «el efecto inmediato de la devaluación sobre los granos fue bajista. Sin embargo en lo que nos toca, las importaciones Chinas de productos alimenticios no llegan al 3% del valor total importado, y han sido en el pasado muy poco sensibles a la marcha de la economía».

Los operadores de la plaza norteamericana apuntaron también a una mejora de las condiciones climáticas en zonas productoras de los Estados Unidos, que incrementaron las previsiones de los rindes. «Justo cuando esperábamos un reporte reduciendo producción de maíz y soja en EEUU que nos diera el envión para llegar a precios que dispararan ventas y cobertura de soja vieja y nueva en nuestro país, el Departamento de Agricultura de los EEUU aumentó sus proyecciones, y el mercado bajó fuertemente», añadió Dante Romano.

LA SOJA RETROCEDE 11,3% EN 2015

A las cosechas récord alcanzadas en la Argentina y Brasil en la campaña que concluyó en julio podría sumarse una producción histórica en los EEUU. Estos países, los mayores productores y exportadores de granos, impulsarán un fuerte aumento de la oferta, en un contexto contractivo para la demanda, que empuja los precios a la baja.

El maíz continuó negociado con volatilidad y concluyó a u$s143,99 por tonelada para entrega en septiembre. El trigo para el mismo mes se pactó a u$s181,97 por tonelada en Chicago.

Un estudio del economista Juan Manuel Garzón, de la Fundación Mediterránea, estima que «los precios internacionales de las materias primas cayeron 35% en los últimos 12 meses, aproximándose al ajuste de 42% observado durante la crisis internacional de 2008/09».

Las empresas exportadoras de cereales y derivados liquidaron u$s365,8 millones la semana pasada. El monto liquidado desde comienzos de año hasta el 14 de agosto asciende a u$s14.229 millones, según precisaron en la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), con una caída de 16% en comparación con el mismo lapso de 2014. Esa tasa es similar a la caída de asumida en todos los rubros exportadores, pero en el caso del agro se explica por el retroceso de cotizaciones, debido a que los volúmenes exportados continuaron sostenidos.

Amenaza para las cuentas de 2016

Jorge Todesca, director de Finsoport, subraya que «el final del gobierno de Cristina Kirchner coincide con el deterioro significativo de uno de los pilares de la política económica post Convertibilidad: un tipo de cambio real competitivo y estable». Esa erosión cambiaria «se manifiesta en la rentabilidad negativa que muestran numerosas producciones regionales, incluyendo en ese conjunto a actividades tradicionales de la Argentina como el trigo, el maíz, la lechería e incluso la soja, excluyendo a la zona núcleo».

Todesca considera que «ese panorama microeconómico de la competitividad argentina colocará presión sobre la macroeconomía», debido a que «el déficit de rentabilidad, o directamente la situación de pérdidas, se traducirá en una reducción de la oferta exportable de alimentos y sus derivados, lo que implicará menores ingresos por exportaciones durante los primeros meses de 2016».

Según las proyecciones de la Fundación Mediterránea, si la Argentina mantiene los volúmenes exportables del período 2012-2014, con precios de las materias primas que cedieron un 35% en los últimos doce meses, los ingresos por exportaciones «tendrían de 7.500 a 8.000 millones de dólares menos por año por la incidencia de trigo, soja, maíz, harina y aceite de soja, leche en polvo y carne bovina».

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