JUICIO POR JURADOS: EN EL PRIMER JUICIO DE ESTAS CONSIDERÓ «NO CULPABLE» A UNA JOVEN
Doce ciudadanos declararon ayer “no culpable” a la encausada. Consideraron que ese homicidio que cometió en febrero del año pasado en Olavarría, al aplicarle una puñalada en el pecho a su papá con un cuchillo tipo “Tramontina”, fue para defenderse de un ataque. Todo se produjo en el marco de una situación donde ella era víctima de diferentes hechos de violencia desde hacía varios años, al igual que ocurría con su mamá y sus hermanas. La imputada, una vez conocida su absolución, recuperó la libertad.
El primer juicio por jurados que se realiza en el ámbito del Departamento Judicial Azul finalizó ayer con la declaración de no culpabilidad de la joven que había matado a su papá, una olavarriense de 21 años de edad identificada como Jennifer Ayelén Kysilka.
Lo dispuesto por los doce ciudadanos que integraron el jurado para este proceso se tradujo en la inmediata liberación de la encausada, que estaba presa en la Unidad 52, la cárcel de mujeres del Servicio Penitenciario Bonaerense que está en Azul.
La joven se encontraba privada de la libertad desde el 1 de febrero del año pasado, cuando en las primeras horas de ese día una casa ubicada en la calle Guisasola del Barrio Alberdi de Olavarría se convirtió en el escenario de este parricidio.
Luego de una discusión en la que su papá también la agredió, la joven tomó un cuchillo tipo “Tramontina” con el que le asestó una puñalada en el pecho para defenderse, según dijo ayer cuando declaró.
El hombre, que tenía 39 años de edad y se llamaba Juan Carlos Kysilka, murió ese mismo 1 de febrero poco antes del mediodía, mientras estaba internado en el Hospital Municipal “Dr. Héctor Cura” de la vecina ciudad.
Para ese entonces, una de sus hijas ya se había entregado a la Policía y admitió ser la autora del hecho por la que ahora se convirtió en la primera en ser juzgada por un jurado popular en el Departamento Judicial Azul.
Dos días para un juicio con jurados
Entre el martes y ayer, quedó integrado el jurado que intervino en el caso; doce testigos comparecieron en el proceso; declaró la imputada y las partes formularon primero sus lineamientos y, antes de conocerse el veredicto, los alegatos.
Todo eso se registró en el marco de una novedosa experiencia que -entre los diferentes protagonistas del proceso consultados ayer por EL TIEMPO- en principio fue considerada positiva, convirtiendo a ciudadanos comunes en responsables de decidir, en este caso en particular, si una mujer seguía presa o recuperaba su libertad luego de ese homicidio que cometiera.
Al jurado le llevó algo más de una hora acordar ese veredicto que se tradujo en la declaración de “no culpable” para Kysilka.
Integrado en su mayoría por ciudadanos domiciliados en Olavarría y completado por otros de Azul, Rauch, Tandil, Bolívar, Laprida y Tapalqué, cuando el reloj marcaba la hora 17.45 de ayer el jurado dio a conocer lo que había dispuesto para con Kysilka.
Una peluquera domiciliada en Olavarría fue la encargada de presidir el jurado al momento de la deliberación y para el posterior anuncio del veredicto.
Los ciudadanos consideraron a la joven inocente de ese homicidio cometido en legítima defensa en un contexto de violencia de género, tal como finalmente calificaron al caso desde el punto de vista penal.
Bastó que ayer en la sala de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de los Tribunales de Azul se conociera la decisión para que Kysilka estallara en un llanto de alegría, antes de abrazar al Dr. Martín Marcelli -su defensor Oficial en este proceso- y que luego hiciera lo propio con todos sus familiares, entre quienes estaban su mamá y sus hermanas.
Parte de su entorno familiar había declarado durante lo que fue ayer la recepción de la prueba testimonial de este primer juicio con jurados en Azul. Y al igual que después lo contara ella cuando dio su versión de lo sucedido con su papá aquel 1 de febrero del año pasado, tanto su madre como una de sus hermanas fueron coincidentes en referir que durante muchos años vivieron en un hogar donde la convivencia con Kysilka padre estuvo marcada por reiterados episodios de violencia.
No sólo dieron cuenta los propios familiares y la encausada de eso, sino que también lo hicieron vecinos que también declararon ayer.
De esa manera, fue posible conocer que el hombre golpeó en reiteradas ocasiones a su pareja y madre de sus hijos. También, que lo mismo hacía con las hijas, especialmente con la encausada, a quien siendo adolescente intentó abusar sexualmente y obligó a ejercer la prostitución, con la finalidad de que consiguiera dinero para que después él pudiera consumir drogas y alcohol.
“Le dije que no me pegara más”
El episodio culminante de toda esta grave situación familiar ocurrió aquel ya señalado 1 de febrero del año pasado.
Si bien ese día, alrededor de la hora tres, varias personas se encontraban en la casa de los Kysilka, cuando la joven declarada ayer “no culpable” hirió a su papá de una puñalada sólo estaban en la cocina de la vivienda los dos principales protagonistas de este homicidio.
“Vengo sufriendo maltratos desde muy chica. Intentó abusar de mí cuando tenía 13 años. Hizo lo mismo con mis hermanas”, les contó ayer a los miembros del jurado la autora del crimen cuando le tocó declarar.
Y dijo también sobre su papá: “Estando bien, teníamos una buena relación. Estando drogado o alcoholizado, era muy violento”.
En la madrugada del 1 de febrero de 2014, quedó probado que tanto ella como su papá estaban alcoholizados. La propia Kysilka contó que también había consumido cocaína con esas otras personas con las que se encontraba en su casa. Entre ellas, su novio de por aquel entonces y una de sus hermanas, también con su pareja, se encontraban en una de los dormitorios de ese domicilio aquel día.
“Empezó a insultarme”, recordó ella sobre la conducta de su papá esa madrugada. “Puta” -contó llorando- que el hombre le decía.
“Me empezó a decir de todo. Yo le dije basta, ya está. Me pegó un cachetazo. Ahí fue cuando me paré. Le dije que no me pegara más. Me pegó una piña en la cabeza”, relató también sobre el desenlace fatal que tuvo ese nuevo cruce entre ambos ocurrido en la cocina de la casa.
En medio de semejante escena, la joven contó que lo primero que encontró fue ese cuchillo tipo “Tramontina” que utilizó para asestarle una puñalada en el pecho a su papá.
Después, dijo que se asustó y que salió corriendo a pedir auxilio a la calle. Concretamente, a unos vecinos, a quienes les golpeó la ventana de su casa para que llamaran a la Policía y a una ambulancia.
Horas más tarde, estando internado en el Hospital Cura, se produjo el deceso del hombre. Para ese entonces, su hija ya estaba detenida y era considerada la autora del crimen. El mismo homicidio por el que ayer la joven fue declarada “no culpable”, teniendo en cuenta las circunstancias que rodearon al hecho.
El fiscal Martín Pizzolo intentó convencer al jurado para que tratara de despegarse de esas circunstancias y que se centrara específicamente en el hecho cometido por la joven, para quien había solicitado que esos ciudadanos que la juzgaron la declararan culpable.
Según el funcionario judicial, no hubo justificación alguna en la conducta de la joven para matar a su papá.
Pero sus argumentos no convencieron al jurado popular, que consideró a Kysilka inocente de ese homicidio.
Esas especiales circunstancias en las que el caso se produjo fueron valoradas como fundamentales para el defensor Oficial Martín Marcelli. Y pidió en su alegato que el jurado las tuviera en cuenta.
Así, habló de la existencia de un hecho donde la joven lo único que hizo fue defenderse de algo que ocurría a menudo.
“Ella se defendió legítimamente de la agresión de su padre”, les había dicho el Defensor Oficial a los miembros del jurado.
Tal vez, a esa altura del proceso los doce ciudadanos que intervinieron en este juicio ya no necesitaban del alegato del abogado defensor para arribar al veredicto de inocencia para la joven.
Tal vez les alcanzó para tomar una decisión lo que había sucedido instantes antes, cuando contando con el propio relato de Kysilka tuvieron una noción más concreta de esa realidad que durante muchos años vivió la imputada y principal protagonista de lo que fue para ella un verdadero infierno.
Una pesadilla de la que recién ahora, con 21 años de edad y ya siendo madre, parece haber salido. De la misma manera que ayer salió de la cárcel para volver a ser libre, al conocerse que ese jurado popular la declaraba “no culpable” del homicidio de su papá.
El dato
Tanto ayer como el martes pasado, el primer juicio con jurados que se hizo en Azul contó entre el público asistente con una importante cantidad de funcionarios judiciales y abogados particulares. Ese primer acercamiento a una experiencia novedosa les permitió ir conociendo diferentes aspectos de un sistema de juzgamiento en el que se convertirán también en protagonistas, cuando les toque a ellos desempeñar los roles que en este caso tuvieron el juez Borghi, el fiscal Pizzolo y el defensor Oficial Marcelli.
UNA PELUQUERA ANUNCIÓ EL VEREDICTO
A Cleydes Mendizábal, una mujer de 50 años de edad que vive en Olavarría, le tocó ayer convertirse en la voz del jurado popular que absolvió a Jennifer Kysilka por el crimen de su papá.
Para cuando el jurado del que formó parte pasó a deliberar, fue elegida por los demás integrantes como la presidenta.
Y como tal, al volver los doce ciudadanos a la sala de audiencias, la mujer que en Olavarría trabaja como peluquera fue quien anunció que declaraban “no culpable” a la joven que en febrero del año pasado había matado a su padre utilizando un cuchillo tipo “Tramontina”.
Una de las fotos de este primer juicio por jurados que se hizo en Azul fue aquella en la que la propia encausada, después de conocer el veredicto, abrazó y agradeció a casi todos los integrantes de ese jurado popular que la absolvió.
Entre ellas, a la propia Mendizábal, quien después -al dialogar con los medios- afirmó que ese fue un momento “movilizador” para ella.
“Uno no espera esa reacción. No fue sólo hacia mí ese abrazo, sino para los doce jurados que estuvimos de acuerdo en declararla no culpable del hecho que se le imputaba”, declaró.
Para ella, participar en un juicio con jurados fue “una experiencia enriquecedora”.
“Como ciudadana, es un hecho notorio y positivo para los juicios que se puedan presentar a futuro. Me parece que es un derecho que tenemos los ciudadanos de ejercer nuestra opinión. Me pareció una experiencia muy enriquecedora”.
Y agregó: “No tenia una idea formada puntualmente sobre los juicios por jurados, pero me voy con una grata experiencia. Me pareció que la tónica del desempeño del juicio fue positiva. Realmente, rescato todo lo positivo de esta modalidad que se ha implementado”.
UN SALUDO EXCLUYENTE
De los dieciocho ciudadanos que integraron el jurado para este caso, sólo llegaron dieciséis -doce de ellos titulares y cuatro suplentes- al momento cumbre del proceso, cuando ayer en horas de la tarde se anunció que Jennifer Ayelén Kysilka era declarada “no culpable” del homicidio de su papá.
Una de las mujeres que figuraba como titular del jurado había sido excluida ni bien el debate comenzó el martes pasado, al comprobarse que había falseado su declaración. Omitió informar que figuraba como imputada, y a la vez denunciante, en causas penales todavía en etapa de instrucción relacionadas con violencia familiar.
Esa anormalidad la había detectado el fiscal Martín Pizzolo y se la hizo saber el juez Gustavo Borghi, por lo que -contando con el consentimiento del defensor Oficial Martín Marcelli- ni bien comenzó el juicio esa jurado fue apartada del proceso y reemplazada por una de las suplentes.
Pero un caso más curioso se dio ayer. Ni bien terminó de declarar uno de los testigos, un joven que dijo haber sido novio de la joven declarada “no culpable” para cuando el crimen materia de este juicio se produjo, al retirarse de la sala saludó a una de las integrantes del jurado.
El gesto que le hizo con la mano le llamó la atención al representante del Ministerio Público Fiscal.
De inmediato, pidió que el testigo regresara a la sala, con el fin de que se le preguntara a quién había saludado de entre los miembros del jurado y por qué lo había hecho.
El joven señaló, al volver al recinto, que el saludo estaba dirigido a su prima, que en ese entonces era una de las integrantes titulares del jurado.
Fue ahí que el fiscal Pizzolo pidió un cuarto intermedio y al retomarse la audiencia solicitó la exclusión de esa mujer, por considerar que también había omitido en la encuesta inicial informar que conocía a uno de los testigos, que además era su primo.
El pedido fue avalado por el juez Borghi, por lo que esa mujer tuvo que abandonar el jurado y retirarse del debate.
La historia de quien ingresó en su reemplazo también merece ser contada. Domiciliada en Bolívar, actualmente es bisabuela. Y el nivel secundario de sus estudios lo terminó ya siendo adulta, aparentemente no hace mucho tiempo.
Según había dicho en Tribunales ni bien se enteró de que había sido citada para integrar un jurado popular, siempre soñó con ejercer ese rol, algo que pudo cumplir a través del primer proceso de estas características que se hizo en el Departamento Judicial Azul y que la tuvo a ella como una de las protagonistas.
Con mayoría de ciudadanos con domicilio en Olavarría, el jurado titular para este debate que finalizó ayer contó entre sus integrantes con una empleada de comercio, estudiantes universitarios de carreras como Derecho y Contador y con un profesor de Educación Física, según señalaron fuentes judiciales.
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