Durísimo relato de Lucas Díaz Aspiroz: Su médico le adelantó que quizás no pueda “volver a competir en alto rendimiento”

“Mi cabeza explota”, dijo.


El palista olavarriense Lucas Díaz Aspiroz relató en un posteo en redes sociales el difícil momento que le está tocando atravesar en la previa de lo que será una compleja intervención quirúrgica que podría dejarlo fuera de competencias de alto rendimiento. “Me explota la cabeza”, sintetizó con crudeza.

“Quizás a muchas personas no les interese, pero les cuento a quien si. Quiero contarlo porque siempre ven a Lucas en el gym, en el kayak, recibiendo premios, reconocimientos, todos ven la obra ven podios pero nadie ve el detrás de escena y es lógico”, comienza relatando.

Luego explica que en el año 2015 “entrenando en República Checa quebré mi prótesis de titanio Y de ahí fue rompiéndose más y más. Por amor a mi país y colores seguí compitiendo, llegó el momento de una consulta con mi neurocirujano”.

Según cuenta el medico ya planteó las posibilidades “una gran operación de columna de muy alto riesgo, inclusive de vida. También me dijo que lo más probable es que después de esa operación no pueda a volver a competir en alto rendimiento”.

“Mi cabeza explota, porque quiero seguir un poco más, y voy a hacer ese intento, siempre controlado por muchos factores, ya que no es el dolor solamente, sino que se pueden comprometer órganos vitales. Decido seguir, decido hacerlo de manera controlada. Siempre lo hice solo, sin ningún tipo de ayuda más que mi familia, mi amigo en el gym y el club. Yo sé que esto aburre a la gente, pero también es una realidad que no solo a mi me pasa”, señala.

Cuenta que esta situación “trae aparejado muchas cosas, trastornos de ansiedad, pánico, fobias (las cuales no se las deseo a nadie)… preguntas sin respuestas que te haces… la cabeza comienza a jugar en tu contra”.

Más adelante agrega que “uno como embajador, como referente, como honor al mérito ciudadano y tantos reconocimientos más genera cada vez más presión. Cada vez me aislé más de la gente, cada vez me callé más, cuando algo me dolía miraba para otro lado y seguís”.

El relato se torna estremecedor cuando cuenta “es realmente muy feo pasar por todo esto, yendo a profesionales de la salud para poder cambiar esta cabeza y volver a disfrutar cómo antes. Hoy en día el dolor es tan intenso que no me deja levantarme de la cama, me restringe, me lastima de una manera que pocos entenderían”.

“En fin… gracias por estos minutos… buena vida, y lucha luz para tod@s. Y no se olviden de que si no tienen con quien hablar, yo estoy para escucharlos y acompañarlos hasta donde pueda. Gracias de nuevo”, cierra.

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