Acerca de “El libro de las estratagemas chinas”

Estrategias o estratagemas aplicadas en la antigüedad y en la vida cotidiana.

Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Tiempo de lectura estimado:  4:20 minutos

  Había pasado gran parte de la tarde paseando por la costa marplatense y decidí pasar por la peatonal. A unos 100 metros antes de llegar a la iglesia en la que remata la peatonal había una librería que funcionaba en la temporada veraniega. Ahí fue que encontré éste libro que trata sobre las 36 estratagemas chinas. Hay que considerar que el número 36 está utilizado como si dijera “muchas o muchos”. Luego, leyendo éste libro, me enteraría de “El arte de la guerra” (el cuál comenté en una nota anteriormente).

  El autor de ésta recopilación, Harro Von Senger, nos dice que “éstas estratagemas (o estrategias) son como cuchillos invisibles escondidos en la mente humana que relucen cuando entran en acción. La persona versada en estratagemas puede hundir al mundo en caos y convertir el caos en orden, puede producir truenos y relámpagos en un cielo azul, puede transformar la pobreza en riqueza, la insignificancia en prestigio, y una situación desesperada en otra llena de promesas. Quien comprende las estratagemas siempre tiene la iniciativa en sus manos”.

  Entre las estratagemas recopiladas figuran varias de las que tenemos ejemplos actuales de aplicación. Por ejemplo, la que figura como número 13, llamada “Golpear la hierba para espantar la serpiente”. Fue aplicada durante la guerra fría. Los aviones espías soviéticos y estado unidenses volaban próximos a los territorios de enemigos con el fin de monitorear la capacidad de respuesta de los sistemas anti ataques. Obligadamente se encendían radares y anti misiles tierra aire. En éste caso ambos países iban contrarrestando la estrategia moviendo los equipos.

  En otro caso, la estratagema que figura bajo el número 14, llamada “Pedir prestado un cadáver para el retorno del alma”, podemos citar un ejemplo al que el autor llama “El origen de la navidad”. “En el suplemento de Fin de semana de la edición del día de Navidad de 1983 del periódico suizo en lengua alemana New Züercher Zeitung, la autora Anne-Susanne Rischke describió un importante episodio de la historia de la religión que, dice que celebrar el año nuevo es una antigua costumbre. Los romanos celebraban las saturnalias, las festividades de Saturno, dios de la cosecha, entre el 17 y el 23 de diciembre. Era la festividad más alegre del año. Se detenía todo trabajo y comercio, y las calles se llenaban de multitudes y había una atmósfera de parque de diversiones. Se liberaba temporariamente a los esclavos y se decoraban las casas con ramas de laurel. Las personas se visitaban, llevando obsequios de velas de cera y pequeñas figuras de arcilla.

  Mucho antes del nacimiento de Cristo, los judíos celebraban una Fiesta de las Luces de ocho días(en la misma épocz) y se cree que los pueblos germánicos realizaban una gran efectividad no sólo  a mediados del verano sino también en el solsticio de invierno, cuando celebraban el renacimiento del Sol y honraban la gran fertilidad de los dioses Wotan y Freyja, Donar (Thor) y Freyr. Aún después de que el emparador Constantino (306-337) declarara al cristianismo la religión imperial oficial de Roma, no pudo suprimirse la evocación de la luz y la fertilidad como importante componente de las celebraciones precristianas de mediados del invierno.

  En el año 274 el emperador romano Aureliano (214 – 275) había establecido un culto oficial del dios – solMitras, declarando la fecha de su nacimiento, el 25 de diciembre, como festividad nacional. El culto de Mitras, el dios ariano de la luz, se había difundido desde Persia a través de Asia Menor a Grecia, Roma y hasta las tierras germánicas y Britania. Numerosas ruinas de sus templos aún atestiguan la alta estima de que gozaba ese dios, en especial entre las legiones romanas, como portador de fertilidad, paz y victoria.

De modo que una acción inteligente cuando, en el año 354 de nuestra era, la Iglesia cristiana bajo el papa Liberio (352-66) cooptó el nacimiento de Mitras y declaró el 25 de diciembre el día del nacimiento de Jesucristo.

  “Gracias a esa acción inteligente, dice la autora, un “cuerpo” ya en declinación pero aún con impacto e influencia considerables – es decir, el culto de Mitras – fue imbuído de nueva “alma”, cristiana, de modo que algo antiguo siguió viviendo dotado de un nuevo significado”.

  Actualmente hay cientos de casos similares, sobre todo, aplicados en movimientos sociales y política en general, tanto es así que hay dos personajes políticos importantísimos (naturalmente, fallecidos ambos hace años) que opinaban absolutamente lo contrario a lo que hoy se les endilga. Un punto flaco de éste ejemplo lo vienen a dar los registros audiovisuales  en donde dichas figuras quizás se encuentren opinando libremente, sin los clásicos intermediarios, iluminados, “dueños de la verdad”.

  Por último mencionaré la estratagema denominada en el libro con el número 9 y llamada “Observar el fuego en la margen opuesta”. Entre las aplicaciones de ésta estrategia figura: “Con aparente indiferencia, observar al oponente cuando se encuentra en una crisis o en una situación difícil; abstenerse de toda acción, sea una operación de rescate o un ataque prematuro, hasta que la marea se vuelva a favor de uno. Luego actuar y recoger los beneficios. La estratagema de la no intervención, la demora, la espera paciente.”

  De la aplicación de ésta estrategia, en Latinoamérica, lamentablemente tenemos varios ejemplos. Las “agencias” de potencias mundiales fomentando guerras civiles para luego colocar “gobiernos títeres” y enriquecerse con los despojos.

  Es así que tanto en la paz como en la guerra las estratagemas adecuadas en manos de personas honorables, contribuirán a preservar la primera y concluir sin violencia la segunda.

Arq. Jorge Hugo Figueroa.

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