Amigos de Jesús


(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

La Iglesia Católica celebra el 29 de julio la memoria litúrgica de los tres hermanos; Marta, María y Lázaro, los amigos de Jesús. A partir del 2021 ,el papa Francisco dispuso que sean conmemorados los tres hermanos juntos, decía: “ los tres hermanos de Betania merecen el derecho a ser recordados y celebrados como amigos de Jesús”. (…) “Marta le ofreció generosamente hospitalidad, María escuchó atentamente sus palabras y Lázaro salió rápidamente del sepulcro por mandato de Aquél que ha humillado a la muerte”. (…)

“En Marta y María se da la integración entre la hospitalidad, hecha de comida, tibieza, tranquilidad y devoción absoluta. Marta y María: las dos caras de la hospitalidad. Ambas expresan dos maneras de amar y seguir a Jesucristo: Marta lo hace con cariño, acogiéndolo y cuidándolo como a uno más de la familia, mientras María se sienta a sus pies y lo escucha, son formas de mostrar amor y amistad al Señor. Marta con su cuidado, María con su escucha y veneración, Lázaro con su silencioso afecto y su confianza en la Palabra de Jesús, son la encarnación de tres maneras para amarlo y seguirlo.

Una fe hecha de contemplación, pero también de acción, de gestos”. Los amigos de Jesús, Marta, María y Lázaro nos muestran, ante todo, su cercanía y gusto por recibir a Jesús en su casa, y nosotros… ¿Recibimos a Jesús en nuestra casa? ¿En nuestro corazón? ¿Compartimos con Él nuestras dificultades y logros a través de la oración, la lectura de la Palabra y la participación en la Santa misa de los domingos?¿Creemos en Jesús como Marta, María y Lázaro para confiar en Él, para pedirle que restaure nuestras fuerzas, que renueve nuestra esperanza cuando pensamos que las cosas no marchan como lo esperamos? Estos hermanos que el Evangelio de Lucas -(Lc 10, 38-42)- nos permitió conocer, nos invitan a hacer esta experiencia de estar con Jesús, de escucharlo, de amarlo y llegar a servirlo en los hermanos. Dice el papa León: “En la visita de Jesús a la casa de Marta y María se ve claramente que «el servicio y la escucha son dos dimensiones gemelas de la acogida», fundamentales para hacer presente a Dios en lo cotidiano.

El Papa subrayó que el tiempo de vacaciones con su ritmo más pausado, es una oportunidad providencial para cultivar la vida espiritual. «Es un momento propicio para dejar atrás el torbellino de compromisos y preocupaciones, y saborear el silencio, la oración, el compartir con los otros. Ocasión para visitar a familiares y amigos, escucharse mutuamente y a ofrecer comprensión y compañía.

Todos necesitamos sentirnos amados. Este compartir, no sólo fortalece los vínculos personales, sino que siembra semillas de comunión y paz, solo así se construye algo bueno en la vida; solo así nacen y crecen relaciones auténticas y sólidas. Es desde lo cotidiano, desde abajo, que crece el Reino de Dios. Conjugar contemplación y acción, descanso y trabajo, silencio y compromiso, siempre guiados por la caridad de Cristo y fortalecidos por su gracia”. Practicar la hospitalidad está a nuestro alcance; abrir el corazón y – como decía el papa León –“saborear el silencio, la oración, el compartir con los otros, escucharnos mutuamente y ofrecer comprensión y compañía a quienes están solos”.

Que podamos hacer esta experiencia en vacaciones y fortalecernos mutuamente en el encuentro con Jesús y con los hermanos.

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