Los tres amigos

Nuevamente rescato un antiguo cuento catamarqueño.


Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa. Tiempo de lectura estimado: 2:00 minutos.

Andaban siempre juntos un gato, un carnero y un gallo. Un día decidieron salir a conocer el mundo y enterarse de sus maravillas.

Sin pensarlo dos veces comenzaron los preparativos y a la mañana siguiente ni bien amaneció se pusieron en camino.

Cuando el anochecer los sorprendió estaban cerca de un monte, ahí encontraron una tapera abandonada y se quedaron a pasar la noche. Entonces cada uno buscó un lugar para dormir: el gato entró y se acomodó cerca del fogón; el carnero después de dar muchas vueltas, decidió quedarse junto al horno de barro que estaba en la parte de atrás de la tapera; mientras que el gallo se subió al palenque que había en la entrada.

A eso de la medianoche el gato despertó por el ruido de pisadas que se acercaban y vio aparecer un tigre. Entonces, sin decir “miau” se abalanzó sobre el animal y comenzó a darle zarpazos y más zarpazos, hasta dejarlo con toda la cara lastimada.

  Tan sorprendido quedó el tigre con el ataque que no tuvo tiempo de defenderse; en su huida pasó cerca del horno y el carnero al divisar el bulto que se acercaba a toda velocidad, empezó a los topetazos revolcándolo por el suelo.

Cuando por fin el tigre, consiguió zafarse de las embestidas, salió corriendo, pero al pasar cerca del palenque el gallo cantó. Esto lo asustó tanto que no dejó de correr hasta encontrar a otros tigres en un claro del monte.

  Al verlo en tal lamentable estado los animales quisieron saber que le había pasado y el tigre les contó esta historia:

  • Fui como todas las noches a dormir a la tapera y me encontré con tres gacuhos bravísimos que estaban pasando la noche ahí. El primer, que dormía junto al fogón, es el que me hirió a cuchilladas. Apenas logré huir de él y cuando me creí a salvo, otro gaucho más fuerte que el primero, me dio tal golpazo que caí al suelo, ocasión que aprovechó para darme en el lomo con sus boleadoras. Por fin logré escapar, entonces oí a un tercer gaucho que gritaba: “¡Tráiganlo aquí! ¡tráiganlo aquí!”, mientras aplaudía el triunfo de los otros dos.

  Al escuchar este relato los tigres optaron por alejarse y nunca  se los volvió a ver por ese lugar.

  En cuanto al gato, el carnero y el gallo, festejaron largamente su triunfo y no encontraron jamás ningún obstáculo capaz de detenerlos en su camino.

  Así pudieron recorrer todo el mundo, de norte a sur y de este a oeste, y enterarse de sus maravillas.

¡Abrazos digitales!

  Arq. Jorge Hugo Figueroa.


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