Opinión / Juntos por el Cambio, en complicidad con la UCR, denuncian adoctrinamiento en la escuela


Los dirigentes locales de la UCR tuvieron la oportunidad histórica de revalorizar las palabras y acciones de Raul Alfonsin levantando y agitando la bandera de la democracia y recuperar parte de su identidad popular perdida. 

Sin embargo, decidieron continuar la agenda que marca Juntos por el Cambio en un desesperado intento de encontrar sus lugares en la interna electoral del año próximo. 

En cualquier país del mundo un intento de asesinato contra un/a vicepresidente/a es considerado un atentado contra la democracia. 

El 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín pronunciaba un discurso, quizás olvidado, a favor de la democracia: 

“Vamos a vivir en libertad. De eso, no quepa duda. Como tampoco debe caber duda de que esa libertad va a servir para construir, para crear, para producir, para trabajar, para reclamar justicia —toda la justicia, la de las leyes comunes y la de las leyes sociales —, para sostener ideas, para organizarse en defensa de los intereses y los derechos legítimos del pueblo todo y de cada sector en particular. En suma, para vivir mejor; porque, como dijimos muchas veces desde la tribuna política, los argentinos hemos aprendido, a la luz de las trágicas experiencias de los años recientes, que la democracia es un valor aún más alto que el de una mera forma de legitimidad del poder, porque con la democracia no sólo se vota, sino que también se come, se educa y se cura”.

En la escuela no sólo se educa, sino que también se come y se cura. Porque es una entidad inserta en el entramado de instituciones sociales que componen un territorio, una comunidad, una provincia, un país. Es una institución social que abre lazos al entorno para construir una certeza: la escuela no está sola y se retroalimenta de lo que sucede a su alrededor.

Por eso la Escuela, como Institución Social, requiere reflexionar acerca de la compleja interrelación que se desarrolla en el contexto socio-histórico, político y cultural en el que se encuentra inmersa y los sujetos que la componen.

La escuela revisa constantenente la historia, es crítica, tiene sus pies en el presente, es protagonista de procesos de apertura hacia el entorno y promotora de igualdad, tolerancia y respeto en la sociedad presente y futura: educa en valores, participación, solidaridad, democracia, diálogo y respeto.

La escuela como institución recrea y reproduce en los actores sociales ciertos valores y bienes culturales seleccionados en un proceso de lucha de intereses entre distintos grupos y sectores sociales. Luchas que se expresan y concretan en su propuesta curricular, ya que se trata de una institución cuya función es asegurar el acceso a saberes socialmente legitimados. En efecto, la escuela es uno de esos espacios que deja marcas y huellas en los sujetos en tanto se dedica a enseñar, a aprender, a convivir, a ser solidario/a con el/la otro/a. 

La escuela “reconecta» los distintos ámbitos de vida y de participación de los/as ciudadano/as para que comience a forjarse en las conciencias de los mismos/as la idea de un todo común, de un proyecto colectivo donde la igualdad conviva en la diferencia y

en la libertad.

Por eso Unidad Popular Olavarria se pregunta ¿De verdad la escuela adoctrina? 

Guillermo Perez 

Docente 

Coordinador de Unidad Popular Olavarría 

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