Opinion: Solución para Coopelectric, Intervención, quiebra, concesión del servicio

Por Luis Cavalli
El secretario general del sindicato de Luz y Fuerza ha transmitido la afirmación del presidente del Consejo de Administración de Coopelectric, (Ha señalado que varios consejeros no conocen la situación real de la empresa, lo que es una muestra del manejo sectario y engaño a los propios, del pequeño grupo que desde hace treinta años la maneja) acerca de que Coopelectric está quebrada.
El sindicalista ha expresado los datos que son definitorios de la situación terminal de la cooperativa: 20 mil millones de deuda con CAMMESA. 800 millones por haber percibido de los usuarios impuestos de OCEBA, el fondo compensatorio, y no entregados a su destinatario, en clara estafa penal, más multas por no cumplir con los estándares mínimos que la ley 11769 exige del servicio de distribución de electricidad (Excesivos cortes, tiempo en la restitución del servicio, estado de la red, etc). Que se repiten cada seis meses.
Esta situación ha sido puesta en conocimiento público hace ya cinco años por nosotros, un grupo de opositores reunidos en la llamada Lista Verde que tuve el honor de encabezar y que sistemáticamente fuimos combatidos al punto que, con las malas trampas de la peor política partidaria, abuso de poder e ilegalidades, no nos dejarnos participar en las dos elecciones que quisimos presentarnos. Esto es relevante hoy y explica por qué se llega a esta situación extrema e insoluble.
Hago mención a este porque los que conducen la cooperativa la han usado políticamente y si bien les ha dado rédito político y personal, han perdido las dos ocasiones que la podrían haber saneado económicamente y que formaba parte de nuestros postulados de saneamiento concreto. La primera gran oportunidad fue en el año 2017, cuando el presidente Macri le transmitía al Estado, en el Presupuesto Nacional, las deudas de las distribuidoras de electricidad y las dejaba en cero deudas. La segunda oportunidad, la que nosotros queríamos aprovechar, apelando a nuestra neutralidad política, fue en el 2020, cuando se sancionó en el artículo 17 del Presupuesto Nacional un plan similar al macrista, que en la práctica era que no pagaran el 60 % de la deuda y el resto se pagara en 10 años. Los dirigentes de Coopelectric, ubicados políticamente del otro lado, se quedaron afuera. Con Macri estaban usando la cooperativa como unidad básica peronista y con Alberto Fernández como comité de Juntos por el Cambio. Por usar la cooperativa para la política partidaria, se perdieron las dos grandes oportunidades.
Sonará feo. Pero hoy, por esconder la basura debajo de la alfombra, dejar pasar el tiempo profundizando la mala situación y tapar la realidad con silencios cómplices, Coopelectric no tiene salvación. Lo dicen los protagonistas: La deuda es impagable. La política del Estado Nacional es no poner dinero del Estado en empresas de servicios públicos y el Gobierno Provincial no tiene recursos financieros para distraer en pagar deudas por los errores de las cooperativas. Solo hay un camino lógico para que los usuarios de la electricidad puedan tener un servicio con los estándares de calidad mínimos que hoy Coopelectric, en su lamentable estado, no puede brindar: Intervención. Quiebra. Privatización. Es decir, nueva concesión a privados.
Quiebra que debe ser pedida por su acreedor mayor, que es CAMMESA. Pero previamente debe ser intervenida por el INAES, vía judicial, para desplazar al Consejo de administración y a los gerentes que llevaron a la ruina a la empresa y para que, con una auditoría, se establezca la responsabilidad penal y civil de los responsables de la debacle.
Y luego debe hacerse una licitación para que brinde el servicio de electricidad una empresa solvente, con capacidad financiera y capital suficiente para hacer las inversiones necesarias y urgentes que se necesitan para tener un servicio eléctrico como corresponde según los parámetros de la ley 11.769.
Otro asunto inexplicable es haber prorrogado la concesión de agua y cloacas. Un capricho (U otra cosa) que costó deuda y mal servicio. Solo fuimos tres oradores perdidos en el desierto, los que nos manifestamos en contra de la prórroga del servicio de obras sanitarias en la audiencia pública convocada al efecto, porque preveíamos que iba a pasar lo que pasó. El servicio dio pérdidas enormes estos años de prórroga a la cooperativa con un servicio deficiente, que acrecienta las deudas de la cooperativa. Este servicio debe volver al municipio, y este decidirá si brinda el servicio por administración o vuelve a privatizar.
Hay que mencionar otra carga, el fracasado emprendimiento de la telefonía con Infracom Coopelectric, y el desconocimiento de cómo es el acuerdo por el cual recupera los cinco millones de dólares que puso la empresa del cableado de fibra óptica.
Puede ocultarse la verdad un tiempo más, a fuerza de hacer y forzar silencio, y fingir que no pasa nada, esperando que el Estado se haga cargo, como fue hasta hace poco. Pero son otros tiempos, realidad que los dirigentes no parecen darse cuenta. Con el necio capricho de querer seguir por años en estas condiciones esperando un milagro, solo se ha logrado acrecentar deuda y empeorar cada servicio, sin mantenimiento, sin inversiones, sin modernización.
Esta solución, que entiendo se va a dar necesariamente, (El proceso de intervención a las cooperativas de luz ya empezó en Chubut) va a ser beneficiosa para toda la comunidad olavarriense, incluso para los trabajadores, ya que, si se cumplen los embargos y hay que pagar a cada organismo acreedor, no va a alcanzar para pagar sueldos y habrá posibles despidos. Mientras que la empresa que se haga cargo necesitará de la experticia de los que ya están trabajando. Salvo los gerentes involucrados en las maniobras fraudulentas, que tendrán que hacerse cargo de lo que hicieron.
Como dijera Antonio Machado y popularizado por Serrat, “No es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.”