Poetas del centro geográfico de la provincia de Buenos Aires 2

Segunda entrega de una serie de obras literarias zonales.
Por Arq. Jorge Hugo Figueroa.

Antes que nada me gustaría agradecerles a todas nuestras lectoras y lectores por los bellos recuerdos de aquella época. Me alienta a seguir trayendo a éstos fabulosos artistas.
“La realidad, sí, la realidad, ese relámpago de lo invisible que revela en nosotros la soledad de Dios”. Olga Orozco
Néstor Medina
Sobre él, la escritora Carmen Vignone nos diría “La pasión y la fuerza tomadas de la mano, son las características principales en la poesía de Néstor Medina, una timidez escondida le permite volcar, con crudeza a veces todo aquello que no se atreve a decir. Como resultado tenemos entre otros poemas los maravillosos sonetos que nos presenta”.
Telaraña
Con usura a tu amor lo estoy pagando,
Ay, si de tus brazos salir pudiera,
Soy como un árbol a quien va secando
El calor de asfixiante enredadera,
Artero tu amor me estuvo acechando
Como araña que tela entretejiera,
Bien segura de sí misma, esperando,
La víctima carnal que se atreviera.
Mortal la trama es de tu telaraña,
Emboscada donde mi vida se halla
A merced de tu amor y tu cizaña,
Y me debato en desigual batalla,
Falaz, tu voracidad más se ensaña
Tu boca incita y mi vida estalla.

Lily Nozza
Nació en General Alvear (Buenos aires). Trabajos publicados en “Raíces”, “El argentino” de Saladillo y “El popular” de Olavarría. Primer concurso “Docentes poetas”, 1985. “Por todo lo cotidiano” (II) representó al Distrito de Olavarría en la muestra realizada en 1985 en el Senado de la Provincia de Buenos Aires. Primera mención en el concurso “Docentes Poetas” 1986.
“Las pequeñas grandes cosas de la vida cotidiana, también son poesía. Lily Nozza nos la presenta adornadas de un virtuosismo transparente. La casa, la escuela, un niño o la libertad; todo lo canta con algo muy difícil de encontrar en poesía: “La ternura”.
Por todo lo cotidiano (I)
Por todas peleas, que parecen eternas.
Por las broncas cotidianas, sin medida.
Por esa cama que siempre está revuelta,
La mesa, cubierta de revistas.
Por las medias tiradas en el piso
Y el saco olvidado en una silla.
Por la corbata colgada en algún mueble
Y la tinta volcada en la camisa.
Por el osito que duerme en cualquier parte.
Por la tijera – que siempre está perdida-,
Por el juego de platos que no tengo
Pues se rompieron todos en un día.
Por los dedos marcados en el vidrio
Y el dulce en la carpeta preferida.
Por la bicicleta, metida en el pasillo.
Por las cosas de siempre, por el llanto y la risa,
Gracias, hijos míos
Es por esto que me siento viva…
Si alguna vez la casa estuviera ordenada
El cristal de los platos brillando en la vitrina.
El saco, en el ropero. Las medias, muy guardadas,
Las camas, bien tendidas.
El osito sentado seriamente.
Inmaculada, la camisa.
La bicicleta, en el altillo
Y en un estante, quietas, las revistas.
Si una paz silenciosa rondara por la casa
Si tras los vidrios limpios el Sol se recostara
En las cortinas
Y ustedes, hijos míos, estuvieran lejos,
Yo –igual que la tijera-, me sentiría perdida.

Elsa Beatríz Nicolino
Nació en la ciudad de La Plata (Pcia. De Buenos Aires, Argentina), en el año 1947 una mañana de un 16 de diciembre.
“Su poesía enigmática y de personal estilo, abarca distintas temáticas. Sabe y lo demuestra que todo puede ser cantado, no hay nadie que no se encuentre en algo de lo que ella escribe, su poesía llega. Con esto lo decimos todo”, diría la escritora Vignone.
Subí a la nave buscando la sombra
Al volcán de sangre
Que despertó en mi
Argentina en
“La década del 70”
Enfrenté la orilla de un cielo
Donde algas bailarinas fueron el testigo
Y me convirtieron en la esfinge viva,
De un enigma rodeado en costas rocosas.
El eco llegaba desde el firmamento
Y como un cometa de voces profundas,
Subí a la nave buscando la sombra,
Encontré la guerra.
Pirámides rectas
Junto con los peces que a cada minuto
Bombardean burbujas a la superficie.
Castillos eternos, centinelas mudos.
Y dicen las ciencias que la gravedad
Atrae los cuerpos
Pero sé que el tuyo
Volvió a la orilla montado en un ave.
Encontré perdidos sobre los caracoles:
El fémur, el cráneo y un índice quieto
Que me señaló
Que allá en las alturas quedaba el dolor.

Martha Pagano
Acerca de Martha, la escritora Carmen Vignone escribe “Con sencillez y espntaneidad nos cuenta cosas de su vida y logra hacerlo poesía gracias a su capacidad creadora. Pone sentimiento en lo que dice y lo transmite con distinción”.
Días desvelados de marchas sin camino
Parto de ansiedades
Trepando por mis entrañas ruidosamente
Sentimientos adormecidos
Días desvelados de marcha sin camino
Rutas de recuerdos y olvido
Emociones saltando día tras día
Sin destino
Sueños de mares y horizontes
Desconocidos países
Cielos infinitos
Soles que no alumbraron lluvias secas
Alma plena de suspiros
Regreso a la realidad
Hoy.

Hilda Pedrero
Carmen Vignone escribe “La rebeldía en el plano social, es la característica de la poesía de Hilda Pedrero, se revela como una poeta madura y de alto estilo. Sabe transmitir lo que siente con el elemento más difícil: la metáfora. Esta joven poeta está llamada a ser relevante en el futuro”.
Etapas
Ya no estoy, me emparenté con la lluvia
Una niña ha nacido
Y nada cambia.
He cumplido con el ciclo, transformada.
Mis hijos no están solos
Un perfume de encanto los protege
Pero está nublado.
Volveré en sueños
A confundir las estrellas
Con soles apagados
Con lunas recortadas.
Apostaré a las emociones
Para ser cómplice de los duendes
Secreto de ternura
Arma sutil de la sabiduría.
El silencio de los días se interrumpe
Brotan las plantas
Volaron las cenizas
Los dioses se fugaron
Aún están los protectores y los amos
Pero no regresará mi descontento
Traerá verdades que conmuevan
A todos mis hermanos.

Aldo rosa
Nació en Bolívar, provincia de Buenos Aires.
“Los problemas sociales y la naturaleza en todas sus formas, están presentes en la poesía de Aldo Rosa, a veces ingenuo, a veces metafísico, se nos presenta este poeta de original estilo y singular manera de decir lo suyo” lo describe Carmen.
La casa alta
Qué triste es mirar las alturas desde el barro.
Todo brilla allá arriba,
Todo es blanco.
Muebles de cedro,
Cuadros caros y cortinas finas.
Las niñas con moños y vestidos blancos,
Los niños con pantalones cortos y camisas blancas,
Las mujeres y hombres llevan ropas costosas,
Sus manos delicadas sobre vasos de cristal
Colmados de champaña.
Luces de esmeralda,
Paredes brillantes,
Mesas con grandes adornos,
Comidas decoradas,
Sillas con respaldos y tapices raros,
Mozos vestidos de negro transportando
Bandejas de plata.
Resaltan los floreros con claveles rojos,
Y esa música que penetra el alma.
Llegan los invitados en sus coches
Y el portero recibe sus abrigos,
Mientras bailan un bolero y se adormecen,
Él se queda mirando,
Desde lejos y en el barro,
Sin comprender
Por qué tanto allí en la casa alta?

Alicia Rozycki
Nació en Las Flores (Pcia. De Buenos Aires). Publicación diario “El Popular”. Autora del poemario “Efluvios”. Tercer premio concurso Literario Local (1984). Mención en la ciudad de Arrecifes (1986).
Carmen Vignone nos cuenta que es “Conflictuada, profunda y a veces oscura, se nos presenta esta poeta. El amor y la naturaleza en todas sus formas es expresada por ella en una poesía de alto vuelo. No nos queda nada más por decir”.
Ésta emplumada sangre
Las propias heridas se limpiaron
En el rincón
Donde reposaba un laurel
Prendido a la geografía.
Casi en puntas de pie
Me sumergí en el pinar.
Allí el cielo es verde
Y más verde aún en su espesura.
Al crujir de las agujas
Bajo violín que pasa
Se desliza la arena como un río
Sin dejar huellas de ida ni regreso.
La paz es larga y ancha
Más larga que el tiempo y el olvido,
Como medusa se van mis dedos
Y abren surcos lentamente con tu nombre.
-Nada existiría sin ti-
Está la copa vacía
Porque he brindado por los dos
Recibiendo el agasajo
De las medallas de oro
Por donde corre la flor
Hacia la embarcación del sueño.
He renunciado a la hora de las cigarras
Por el milagro de mi sombra.
Ella funde sus contornos
En los brazos altos que se van conmigo
Hasta el recinto
De la boca neblinosa de carbón.
Ocupo este reino donde no caben mis valijas
Que se detienen a cada paso.
Este boque de pan y trompos musicales
Germinador de flautas
Celebrando su libertad.
A corazón abierto voy floreciendo
La emplumada sangre que apenas me contiene
Y me siento pájaro esperando el verbo
Junto a un brote mínimo
Que quiere ser poesía.

Alberto Sánchez
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1961, con el actual, cumple ocho años de incursión en la poesía. Sus trabajos “Inmortalidad” y “A la hora del crepúsculo”, recibieron 1° y 2° premio respectivamente en la 18° muestra del poema ilustrado, Ayacucho – Bs. As. En 1985.
“Metafísica y filosófica se nos presenta la poesía de Alberto Sánchez, casi siempre hermética, pero trasuntando el sentimiento, nos transmite así, lo profundo del ser y del cosmos. Inteligente y talentoso joven promesa de las letras argentinas” dijo la escritora Vignone.
En la ciudad de mi lengua
En la ciudad de mi lengua siento la convicción de lo no pensado
Aún intuyo que el gusano de la palabra
Se cuela en el destino
Y cada criba que como estela deja
Siembra el genocidio.
Mas
Yace insepulta la primera palabra proferida a mis oídos
Erase,
que acurrucado miraba sin dirección
Hacia la membrana pegada de mi entorno.
Herida no tengo que sangrar tu pena
Desde qu fui a dar con un dios enfermo
Entonces fue
Por el amplio espectro del reflejo agustiniano
Entonces
Dos piernas quebradas y sonido a caos.
Herida no tengo para comprender
Que, quien niega la vida niega la muerte
Quien no quiere morir enloquece
Quien no quiere vivir muere doblemente.


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