Presupuesto, nuevos acuerdos y un Concejo polarizado

Por Sergio Di Pino


El llamado al diálogo y al consenso duró apenas un parpadeo. El debate del Presupuesto 2022 mostró polarización, fuertes cruces y una relación de fuerzas exigua pero favorable al oficialismo en el Concejo Deliberante.

La votación anticipó una ecuación que podría ser moneda corriente en las futuras discusiones legislativas. De no mediar algún factor inesperado en la relación entre el PRO y la UCR (o a nivel individual), no habrá grandes sorpresas. El 11 a 9 se insinúa como el resultado más previsible.

En el HCD el 11 a 9 se insinúa como el resultado más previsible, en favor del oficialismo.

A ese “pacto de gobernabilidad”, apostó Ezequiel Galli cuando le cedió una segunda banca que los radicales. A través de ese gesto  político, el Intendente ratificó una coalición electoral (impuesta desde lo macro) en el terreno legislativo. Mostró amplitud e intentó dejar atrás ese pasado de desconfianza recíproca que había caracterizado a las discusiones domésticas entre ambos sectores. Al “arriesgar” la mayoría, la fortaleció. Fue un mensaje hacia dentro de Juntos y un blindaje de cara a la sociedad.

Galli habilitó el ingreso de un concejal más de la UCR: Los resultados iniciales fueron efectivos.

Los resultados iniciales fueron efectivos. El bloque UCR- Juntos acompañó el presupuesto municipal con pocos matices discursivos y se acopló a la estrategia amarilla durante la elección de autoridades parlamentarias (el PRO se quedó con todos los cargos y las comisiones más estratégicas).

En la discusión presupuestaria del último viernes, Belén Vergel  apenas puso un reparo. Se refirió al cumplimiento parcial de la ordenanza de creación de una partida para pequeñas obras en las delegaciones. La norma, impulsada por la UCR en 2020, destinaba el 30% de lo recaudado en las localidades en concepto de tasas de Servicios Generales Urbanos. Su uso sería definido por los vecinos y la contrapartida debía quedar reflejada en el Presupuesto, algo que no sucedió. Pese a la salvedad, acompañaron sin más cuestionamientos. Fue una  intervención breve y a contramano de una larga tradición de análisis minucioso de los presupuestos  que supo distinguir, durante años, a las exposiciones de los ediles del centenario partido.

Belén Vergel en su debut como concejala. Ph: Prensa HCD

Con el resultado “puesto” de antemano, el oficialismo realizó una presentación tradicional en la voz de Juan Mujica. El ex secretario de Administración municipal, describió a grandes rasgos la estructura del ejercicio financiero previsto para el 2022: 8400 millones de pesos de ingresos y unos 7 mil millones de gastos. La idea a transmitir fue simple y concreta: equilibrio fiscal y superávit.

Juan Mujica, el elegido para defender el presupuesto de Galli. Ph: Prensa HCD

A partir de las cifras estimadas, detalló que el 43% de lo que se espera recaudar corresponde a ingresos tributarios y un 52% a los no tributarios. En ese marco, dijo que estiman unos 1700 millones de pesos en concepto de tasas o derechos y otros 1672 millones de pesos por el Impuesto a la Piedra.

Habló de un ahorro de unos mil millones de pesos y mencionó que el cálculo contempla el 33% de inflación anual prevista por el gobierno nacional. Caracterizó al presupuesto como de  “postpandemia”, a partir de la asignación de recursos a actividades económicas, culturales y deportistas “similar al 2019”.

El Frente de Todos denunció un presupuesto de “ajuste”

El FDT denunció un «ajuste municipal» en el Presupuesto Municipal. Hablaron casi todos. Ph: Prensa Frente de Todos.

El interbloque del Frente de Todos ideó una estrategia discursiva que siguieron gran parte de sus oradores: denunció un ajuste municipal a partir de un ejercicio comparativo entre el presupuesto 2022 (post pandémico desde su diseño) y el del 2020 (elaborado antes del estallido del coronavirus).

Esa lectura, sirvió de hilo conductor a cada una de las exposiciones. Ubaldo García, partió de un análisis técnico y económico para darle pie a las intervenciones del resto de sus compañeros de bancada. Advirtió “ajustes significativos” en “aquellas áreas que requieren mayor presencia del Estado: salud, trabajo, localidades, desarrollo emprendedor e industria.

Desde ese diagnóstico, potenció sus conclusiones políticas. Marcó que la proyección realizada por la gestión de Ezequiel Galli reconoce una “recuperación de la economía” en el país “pese a las declaraciones mediáticas” del Jefe Comunal. La decisión del Municipio de tomar como parámetro la pauta inflacionaria del 33%, le sirvió de contraste para marcar el incremento de los índices de coparticipación en cifras “muy por encima” de las previsiones inflacionarias.

Pese a esa mejora en los ingresos, identificó que la comuna “volcará el peso tributario en los vecinos” a partir de los cálculos proyectados. Dicho de otra forma, reveló que las estimaciones presupuestarias anticipan que el Intendente hará uso de la cláusula para la suba de tasas por decreto en el 2022.

Gastón Sarachu

En orden de exposición, le siguieron Mercedes Landivar, Telma Cazot, Gastón Sarachu, Juan Sánchez y Maximiliano Wesner. Cada de los oradores, reforzó el razonamiento trazado por Ubaldo García. La  excepción fue con el actual titular del Anses. En su intervención, prefirió tomar como parámetro a la rendición de cuentas 2019 y aquel recordado déficit de 354 millones de pesos. “Es más exacta” dijo y confesó que el tema había sido objeto de debates internos en el interbloque.  Más allá del momento elegido como disparador, el objetivo era el mismo: desarmar el argumento oficial de un ejercicio superavitario desde las cifras nominales y hablar de un ajuste en las áreas más sensibles para la comunidad.

Cada uno de los concejales y concejalas puntualizaron en alguno de esas dimensiones.  Había que graficar los recortes. Mercedes Landívar se detuvo en lo social y el desarrollo económico. Mostró “ajustes” en programas para la discapacidad, adultos mayores, juventudes y políticas públicas para sectores con necesidades básicas insatisfechas (NBI).

Telma Cazot se refirió a las localidades y el desfinanciamiento municipal. Denunció que apenas se les regresará la “mezquina” suma del 6% de lo que se recauda por el derecho de explotación de canteras. Precisó que solo serán 102 de los 1672 millones de pesos.

Gastón Sarachu profundizó en el área de Desarrollo Económico y mostró que una porción mayoritaria de los recursos presupuestados corresponden al pago de sueldos y servicios en detrimento de los programas para el fortalecimiento. Su par del Foro Olavarría, Inés Creimer, se detuvo en el área de cultura  y en los programas para el abordaje de la violencia de género. Señaló la existencia de un “área desfinanciada” pese al “ahorro” en sueldos de 50 músicos de la orquesta municipal. Cuestionó la falta de partidas para el desarrollo de muestras artísticas.  

Juan Sánchez hizo lo propio con los programas ligados al mundo del trabajo. De paso, golpeó por todos lados. Calificó al presupuesto como “amarrete y conservador”. Denunció que el Concejo Deliberante funciona como “una escribanía de gobierno” y que esa situación genera apatía social: “No hay casi asistentes y ya no vienen ni los periodistas” alertó. Se metió en la polémica con el tratamiento de los residuos. Y hasta chicaneó por la negativa de Juntos de votar el presupuesto a nivel nacional: “los garantes del republicanismo voltearon un presupuesto” fustigó (en tiempo real) al debate que tenía lugar en el Congreso.

Maximiliano Wesner analizó el uso de los recursos surgidos con el impuesto a la piedra. Insistió con su utilización para gastos corrientes y retomó una de sus frases recordadas en la campaña al hablar del remate de “las joyas de la abuela”. En su presentación, utilizó algunos adjetivos sobre las obras municipales que provocaron indignación en los concejales del PRO. “Mini plan de viviendas (por las TUVI) y “Mini plan de obras”.

Celeste Arouxet denunció un presupuesto “deficitario” 

Su exposición fue al hueso. Eligió dos palabras para describir la propuesta oficial que resonaron por su crudeza: “impresentable” e “inaprobable”

La dirigente de “Ahora Olavarría” calificó al proyecto del Municipio como “una montaña de inconsistencias” y pidió “respeto a los olavarrienses”. Tras una serie de cuestionamientos, reclamó a los concejales oficialistas que regresen el proyecto a comisión para que el Ejecutivo vuelva a presentar un presupuesto como “corresponde”. A sabiendas del resultado esperable en general, solicitó la votación nominal.

Habló de “desinversión”  y de “obras repetidas de planillas”. A la hora de analizar los programas de viviendas, hizo un juego de palabras con la frase “con las tierras quieren hacer un banco”, en clara alusión al “banco de tierras” impulsado por la flamante secretaria del HCD, Margarita Arregui, durante su paso por el eseverrismo. Le pegó al modo de financiación del gobierno municipal y por elevación apuntó contra el “acuerdo político” que permitió el arribo de la ex funcionaria. Aunque la ex secretaria de Obras Públicas se encargó de manifestar que su llegada fue  una cuestión “personal” y corrió a José Eseverri de la escena, la oposición denunció lo contrario. En ese mismo sentido, se manifestó el Frente de Todos durante la asunción de autoridades.

A partir de esa línea de análisis, dio su definición de los ejercicios presupuestarios del oficialismo: “Son conservadores en los ingresos y liberales en los gastos”. Recordó aquel cruce con  la actual presidenta del HCD, Cecilia Krivochen quien había salido públicamente a defender a la secretaria de Economía, Eugenia Bezzoni, cuando fue cuestionada por la no inclusión de los recursos previstos para financiar la paritaria municipal (adecuación sobre la marcha). Consideró que si se contempla la negociación salarial, el Presupuesto “es deficitario en 400 millones de pesos”.

En otro tramo, volvió a criticar los acuerdos entre Ezequiel Galli y Coopelectric. En particular, alertó sobre los retrasos de la empresa en el giro del Fondo de Obra de Infraestructura  que se le cobra a todos los usuarios para destinar a obras en ese servicio de agua. Los tildó de “negociados” y dio cuenta de un hecho insólito tras el depósito de unos 28 millones de pesos por parte de la concesionaria. “La cooperativa nos tuvo que decir cuánto nos estaban debiendo” remarcó (algo similar a lo que ocurre con el pago del impuesto a la piedra donde las empresas abonan por declaración jurada aunque en este caso se habrían realizado algunos monitoreos satelitales). De esta forma, apuntó al talón de Aquiles del gobierno: la falta de controles a las empresas que manejan los servicios públicos concesionados.

Lo que siguió fueron entrecruces entre todos los ediles. Martín Endere, se quejó por el “ninguneo” de los ediles opositores al trabajo realizado por funcionarios y empleados municipales. “Debemos ser más respetuosos de las tareas. La descalificación no tiene lugar” expresó.

Cuestionó la reprobación al programa de viviendas TUVI y señaló que es el único vigente en la ciudad. “La Provincia habló de obras de viviendas de lotes con servicios. ¿Alguien vio algún cartel de obra de vivienda? No vi ninguno” contestó. Y sacó la carta ganadora de la “voluntad popular” a la hora de acompañar a la gestión de Ezequiel Galli: “Se ningunea al votante. Hay cuestiones que mejorar pero si hubiera 6 años en retroceso inversión la gente no nos hubiese votado” expresó.

El Frente de Todos respondió con el avance en la ciudad del plan Procrear y reiteró que a las viviendas municipales las financian los adjudicatarios. Maximiliano Wesner afirmó que el gremio AOMA tuvo mayor capacidad de construcción de viviendas que el propio municipio: “AOMA 43, Galli 20” lanzó como axioma.

Sobre la “voluntad popular”, replicó Juan Sánchez. Afirmó que la respetan- recordó que votaron a favor de la designación de Cecilia Krivochen como presidenta del HCD- pero aseguró que su espacio “le mintió a los vecinos”. La referencia tuvo que ver con las candidaturas testimoniales de Bruno Cenizo y María José González.

Celeste Arouxet retrucó con el “ninguneo” del Ejecutivo cuando “los funcionarios no responden a los pedidos de informe”. Consideró que una de sus tareas es “abrir los ojos” a la ciudadanía “que tiene muchísimos problemas para preocuparse”. Señaló que su responsabilidad es marcar que la gestión municipal “está rifando el patrimonio” en alusión a la venta de un tramo de calle a Cementos Avellaneda (podría tratarse antes de fin de año). Con su intervención,  reveló que la “otra cementera” también evalúa realizar una oferta  para adquirir parte de un camino.

Así se diluyó un debate que pareció ser sintomático de los tiempos que vienen. Ezequiel Galli logró la aprobación del Presupuesto y su alianza política con la UCR le rindió buenos resultados. Celeste Arouxet se diferenció y apuntó a representar a ese voto no peronista crítico de la gestión local.

El Frente de Todos votó contra el presupuesto. Avanzó con el reparo de que la  situación local difería de lo nacional (Juntos tenía la mayoría y su aprobación no corría peligro).  A partir de esa realidad, se mostró suelto en sus posturas y con una estrategia de interbloque más unificada. Con el actual escenario político, el peronismo tendrá más reveces legislativos que logros y deberá evitar que las discusiones queden puertas adentro del recinto.  Solo así podrán superar la “escribanía” denunciada y colaborar para que el HCD sea esa tan mentada “caja de resonancia” de las preocupaciones ciudadanas. 

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