Reflexionemos sobre lo que viene
Escribe: Carlos Paladino.

El recuerdo nos trae a la memoria un comentario de cierto integrante de un equipo de trabajo extranjero, arribado al país por cuestiones laborales. Luego de permanecer un tiempo comprendió la expectación, la inquietud por la que pasan a diario los trabajadores argentinos. Ansiedad por el sueldo, por los aumentos, por la desigualdad profesional, por la incompetencia; resumiendo, por lo que puede pasar el día de mañana. Ellos comentaban, que a la mañana se levantan y van trabajar como un hecho rutinario, sabiendo que las condiciones habituales del país no podían haber sufrido cambios que alterasen el desempeño normal; el de todos los días. Terminaban la jornada, vuelta a la casa, y, el día siguiente sería una reiteración del trabajo del día anterior. No se está atento a las reformas o, a las innovaciones sorpresivas elucubradas ni por los empresarios ni por los sindicatos, ni por el gobierno. El gobierno a diagramado un Plan, que salvo por realidades inesperadas se lleva adelante. Se trata de un compromiso que ha de cumplirse por disposición del dictamen democrático. Por el contrario, una semana nuestra puede ser diametralmente distinta a otra; el gallo del despertar puede estar anunciando a los laboriosos argentinos, una mala nueva; a saber; los ingresos; el aumento de los servicios esenciales; el dólar; un escándalo; una nueva rapacidad a cara descubierta y encubierta por los amigos; algún piquete de 20 personas que frena por horas la circulación del ferrocarril, de las rutas, o de las calles principales; asimismo; un añadido a los dispendios políticos y estales VS un incremento que suena a “tomada de pelo” para los jubilados; ¿si quieren podemos seguir?. Sí, por ejemplo, patentizar como fracasó el proyecto vacunatorio de Putin, por apartarnos de las vacunas “capitalistas”, y el operatorio VIP inmunizando primero a hijos y entenados. Hemos leído que Estados Unidos donará 200 millones de vacunas, destinando una partida a nuestros habitantes. Si todo sale bien y accedemos a recibirlas, no obstante, no ser rusas, ¿también se usarán primero en los sempiternos privilegiados? La parva de absurdos, de ilógicos, de retorcidos, espoleados por la dirigencia nacional, acatando el proyecto nacional que pretende salvarnos; es irrazonable para el mundo republicano, respetuoso de las normas democráticas. Aunque sabemos de nuestro enfoque político ambivalente, de cara a la doctrina de la Tercera Posición. En nota anterior dijimos sobre los interrogantes que presenta la prensa española, por la designación de cargos públicos de real influencia en partidarios estrechamente vinculados con la guerrilla de los años ’60 y ’70. Impresiones similares, produce la repercusión que acusa la sociedad, a raíz del escandalete causado por la fiesta de cumpleaños de la señora Fabiola Yáñez, en su rol de Primera Dama, realizado en plena veda sanitaria por la pandemia. Los representantes del gobierno actúan como si Argentina no fuera importante, ni le interesara a nadie. La opinión mundial no es importante para el kirchnerismo. El pueblo aguanta, digiere la vergüenza, pero hasta ahí llega. Tal vez, espera las elecciones.
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La señora vicepresidenta ha conseguido que el señor Alberto Fernández, disciplinadamente encuentre refugio en la petulancia de su sombra. Después de todo el 1 de junio se convenció: “Sin Cristina no vamos a ningún lado. Hemos logrado entender eso”. Qué quiso decir: ¿me rindo ante la gestión deplorable de la presidenta Cristina? Al esconderse detrás de Cristina, también se cubre del resto del gobierno que no lo quieren ver ni en figuritas y lo tienen que aguantar, todavía, dos años. Dos años que le cede a la señora para crecer y afianzarse en el peronismo- kirchnerista-camporista. Si a eso le sumamos la plata que se está repartiendo vía los intendentes afines y La Cámpora y: además, le añadimos la ineficacia opositora actual; diríamos que es mucho el tiempo que dispone Cristina Kirchner a su favor para recuperar su credibilidad. Tener en cuenta que estamos ante la presencia de un buque insignia con capacidad para los “traidores” que quieran abordarlo. No es para quedarse sentados y tranquilos. Vienen al caso noticias de la semana que apuntan directamente al presidente, críticas exaltadas por el festín de fin de año. Sergio Berni, uno de ellos, puede afligir al presidente Alberto Fernández con sus dichos; pero, eso no consigue mitigar las sospechas que cayeron sobre él y la fiscal Viviana Fein por la mala investigación llevada a cabo en la muerte del fiscal Nisman. en la administración de la presidenta Kirchner. También aprovecha la oportunidad para retrucarle el aserto del 3 /7/21, en TN, donde, según él “El Presidente pide mi renuncia todos los días, le molesta cuando uno no está de acuerdo con él. Trata de diferenciarse permanentemente del peronismo”. Fue otro conocido; Luis D’Elía quien igual se valió, del cumpleaños de la señora Fabiola, para acometer contra Alberto. Parece que D’Elía. saldrá en libertad por los cargos que ha venido sumando por distintas proezas, y es el mismo personaje que a principio de año incitaba al gobierno a apurar a la Justicia a declarar inocentes a los imputados políticos por diversas causas antes de marzo; porque, si no, hasta Cristina podía ir presa. Al Presidente de la Nación le caben diatribas y críticas como a cualquier funcionario, esto es así; con todo, la ética exige que no cualquier cuestionado tenga el albedrío de menospreciar, de difamar, sin revisar su archivo personal. Los referenciados, también tienen necesidad de ampararse en el patio de Cristina Kirchner, porque es ella quien manipula los artilugios capaces de ponerle freno y condicionar los dictámenes de la Justicia. Sólo ella es acreedora de ese recurso. ¿Por qué? Miren si será poderosa (para algunos, por supuesto), que, en acto público, le ¿aconseja? a su presidente que ponga orden en las cosas y, se larga con una evidencia sonora: “que a la oposición la une el odio” Hay que animarse, ¿no? Por eso es Cristina; porque la envuelve el odio y el desprecio hacia los demás; y entonces ve al odio acechando en todos lados.
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El odio está latente en nosotros. Del mismo modo que la ira, la envidia, el asco. Aquél o aquellos que odian ambicionan, intentan; excluir, eliminar lo que provoca disgusto, mortificación, aversión, etc., generalmente, por causas de xenofobia, racismo, antisemitismo. Y, por qué no, esos sentimientos, habrían de manifestarse en las agrupaciones políticas. Esa emoción radica en querer causar mal ya sea a “una persona, o un género de personas o animales… y podría tener como causa la ira que crece hasta el odio” (Oscar Pérez de la Fuente-Universidad Carlos III). Y los fulanos y menganos debiéramos hacer un análisis de que hablamos cuando nos referimos al odio, entre la gente. La señora Cristina ha sido testigo viviente de como en la Argentina la ira de dispersos insurgentes, fue creciendo excitada por líderes presentes y lejanos. hasta convertirse en un odio que conmovió a la sociedad. Algunos sujetos eran odiados por razones políticas-nacionalistas-socialistas y, fueron otros inocentes los que recibieron gratis las consecuencias de ese odio. Jóvenes, ahora hombres, que continúan su ideología encaramados en el gobierno actual, sin saber si hicieron un acto de contrición por las tristes épocas pasadas. En todo caso, el kirchnerismo no se rige por un plan integral de gobierno. Al gobierno lo consideran un espacio de transición para ilusionarse con volver a las aspiraciones taxativas de una época, que, para el pueblo argentino, es para olvidar, la de los años ‘70. De producirse democráticamente, seremos previdentes de la consigna heredada del fundador del Peronismo: “Al enemigo, ni justicia”; si con esto no es suficiente, dejó acuñada otra; “Aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden … puede ser muerto por cualquier argentino …y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos … Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a los palos”. Convincente, categórico y conmovedor Juan D. Perón. Máximas tomadas como banderas por la militancia sediciosa del peronismo y otras agrupaciones facciosas. Nos dirán que se dijeron en otro momento, en otro contexto y en otras realidades de la nación. Pero, las expuso el imperecedero “Líder” y basta para que sean suficientes. “Si bien la figura del General Perón ha quedado reducida a una homilía teórica, y corporizada en la señora Cristina de Kirchner. Aunque lo que apuntamos sulfure al “peronista de Perón” o de la “primera hora” Referenciamos en nota anterior el equipo montonero nucleado en su derredor, ocupando funciones de incumbencia y responsabilidad vitales para el desarrollo de una nación. El triunfo en las urnas del kirchnerismo, significa una victoria democrática, que le abre la alternativa a un enroque político hacia la autocracia. Le proporciona el acceso directo a gobernar bajo la conveniencia y los estímulos del Partido Único.
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La opción del Partido Único, autocrático, dictatorial; que eche por la borda los conceptos libertarios de la democracia porque no ayudan a sus propósitos, en el caso del peronismo actual (kirchnerista – camporista), más que un escogimiento es una suerte de destino. Buscar constantemente continuar al frente del gobierno, lleva consigo lograr asilo en un régimen gubernamental que facilita los artificios para manejar el Poder Judicial. Las autocracias americanas estorban las investigaciones que puedan hacerse sobre delitos de corrupción, de latrocinio, de abusos a los D.H., de fraude, etc.; sean estos, pasados o presentes. Los PBI argentinos han sido malgastados enterrados, transferidos en beneficios particulares y nadie paga las debidas penalidades. Los contenidos de las arcas del Estado se esfuman como por arte de magia. Todo quebrantamiento a la ley, es factible en poderes de esa naturaleza. Las normas de convivencia sujetas a la conveniencia de unos pocos, sin estridencias, les cabe para valerse de sus dispensas para trocar el odio en revanchismo. Odio y revanchismo subrepticio, son resentimientos en estado de espera en el espíritu de considerables individuos,
Lo escrito en estas páginas, no son cosas ignoradas por los testigos vivos de esos años; pero, quizás sirva para la reflexión.
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