Un documental inquietante
La investigación de la DW que publicaron el pasado 12 de febrero que hace re-pensar en las actuales bases de un futuro eléctrico sustentable.
Por: Arq. Jorge Hugo Figueroa.
Tiempo de lectura estimado: 3:00 minutos
Habitualmente veo documentales de éste célebre canal de youtube alemán (con contenido en castellano) porque realmente se nota la calidad y el compromiso en cada una de las investigaciones. Ahora bien, hace unos días encontré el contenido “Efectos secundarios de la transición energética verde” y verdaderamente me ha sorprendido.
Niveles extremos de contaminación en China.
Como recordarán, hace algún tiempo se publicó una nota redactada por mí, llamada “¿Un mundo eléctrico será un mundo más justo?” (pueden hacer click en el enlace y verla ahora si aún no lo hicieron) y ésta investigación que hoy recomiendo verdaderamente explora otros componentes de los vehículos eléctricos que, en éste mismo momento, están produciendo cientos de muertes en la zona norte de Chile (en Antofagasta), pero también un desastre ecológico de proporciones ciclópeas en China donde miles de personas han tenido que abandonar sus hogares para no sucumbir ante una explotación descontrolada.
Si bien en el año 2015 un puñado de países se comprometieron a reducir las emisiones de CO2, resulta que la fabricación de los autos eléctricos, por ejemplo, requiere de unos 40 kilos de cobre y es con tan sólo con la obtención de éste componente que se produce un daño, quizás irreparable en Chile. Y lo mismo toca para China, como contaba antes, con la producción de grafito, otro componente muy importante para la industria automotriz eléctrica.
Durante el proceso de producción de grafito se generan millones de litros de contaminantes (diversos metales pesados como el flúor) que son vertidos en cursos de agua..
Además de la contaminación del área rural (la cual está siendo abandonada por los campesinos para ir a vivir a ciudades) están las terribles condiciones en las que trabajan los obreros.
Las manos de uno de los cientos de trabajadores chinos expuestos al grafito en polvo sin protección adecuada.
Es decir, si bien los países que integran la Comunidad Económica Europea alcanzarán la reducción de los niveles de CO2 acordados masificando el uso de las energías renovables, los países en donde se extraen los materiales necesarios para esa industria están y estarán en niveles de contaminación terribles.
Con simples telas que usan a modo de barbijo intentan evitar la aspiración del grafito que, tarde o temprano, llena sus pulmones generando una vieja y conocida enfermedad llamada “silicosis”.
Todos los metales pesados terminan contaminando la tierra, el aire y el agua.
Chile produce nada más y nada menos que el 40% de la energía eléctrica quemando carbón y ésta condición no cambiará hasta, al menos, el año 2040. Esa producción de energía eléctrica no hará sino incrementarse, sobre todo en la zona norte del país dado que allí se encuentra la mayor mina a cielo abierto de extracción de cobre del mundo con unos 4 kilómetros de diámetro y un kilómetro de profundidad.
La mina de cobre a cielo abierto o cantera más grande del mundo ubicada cerca de Antofagasta. Por las dimensiones de los volquetes se pueden dar una idea de lo enorme que es.
Por los diferentes procesos logísticos, Antofagasta se encuentra en una nube semi permanente de contaminantes plagada de metales pesados que no son detectados por los humanos. Y esto es lo que ha elevado la cifra de casos de cáncer, como el de pulmón, el cual se ha cobrado una enorme cantidad de víctimas.
Antofagasta bajo una lluvia invisible de metales pesados que terminan enfermando a la población con diversos tipos de cáncer.
Producción de energía eléctrica a costa de la quema de carbón.
Acopio de carbón de donde es extraído y llevado al interior para ser quemado.
Como contaba en la nota anterior, hay toda una batería de “efectos secundarios” que sin duda pagarán y pagan los países menos desarrollados o bien, aquellos países en donde abunda la “mano de obra esclava”.
¿Cuál es el futuro cimentado en la muerte de millones de personas explotadas, de otras tantas familias condenadas a una muerte segura?
Y tampoco creamos que la historia de cómo se consiguen éstos dos materiales para los modernos vehículos o los sistemas de captación de energías renovables ocurren en lugares muy lejanos a nuestra querida Olavarría no nos va a afectar o no nos está afectando.
Como sabrán, el estudio sobre la contaminación del agua del arroyo Tapalqué arroja que existen grandes cantidades de metales pesados (que en parte serían fruto del vertido de grasas, combustibles y aceites en las bocas de tormenta por parte de lavaderos de vehículos que no cuentan con un sistema de depuración de aguas). Dichos metales pesados presentes en el agua del arroyo son absorbidos por una especie de grandes caracoles acuáticos. Una tarde, mientras pasaba algunas horas de ocio con mi familia en el parque sur, les preguntamos a unos niños que iban a hacer con los caracoles que veíamos que habían recolectado, a lo que nos respondieron “los juntamos porque luego se los damos de comer a las gallinas”. Resulta que de dichos moluscos los metales pesados pasan a la carne de los pollos y gallinas y de ahí irían directamente al cuerpo de los humanos que lo consuman (de acuerdo a lo que me indicó una de las profesionales del equipo que trabaja sobre la contaminación en la UNICEN). Según recuerdo, el proceso por el cual llegan éstos metales pesados a las personas se llama “contaminación cruzada”.
Con esto quiero decir que los metales pesados, responsables de diversos tipos de cáncer pueden estar más en contacto con nosotros de lo que pensamos o percibimos.
Una vez que nos sentamos en “un Tesla” o, cuando tenemos un Smartphone de última generación, o cuando disponemos de decenas de artefactos tecnológicos es casi imposible que comprendamos el verdadero costo que pagó la humanidad y el planeta por esos objetos.
Aquí pueden ver el documental del DW completo:
Arq. Jorge Hugo Figueroa.
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