Virgen del Carmen, festividad

Hilda Cela, Voluntaria de la Inmaculada Padre Kolbe, Tandil.


La veneración de la Virgen del Carmen llegó a América en 1595. Aquí se convirtió en patrona de varias instituciones. José de San Martín, general del ejército libertador, la proclamó Patrona del Ejército de los Andes y Generala,  su  fiesta  se  celebra  el 16 de julio,  recordando  que  en 1251, San Simón Stock, superior en ese entonces de los carmelitas, se encontraba rezando, pidiendo a Dios por los miembros perseguidos de la Orden, cuando de pronto la Virgen María se le apareció. La Madre de Dios, quien llevaba el hábito de la Orden, le entregó al Santo, un escapulario que daba el paso al cielo a quien lo portara al morir: la Virgen prometió al superior que todo el que muriera con su escapulario jamás iría al infierno. «Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno». Éste comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la Orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la Orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían y  allí   construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo.

             Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: *Maternidad Divina; * Virginidad; * Inmaculada Concepción;  y * Anunciación.     Decidieron  vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas. La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa, entre ellos en España, donde más arraigada se encuentra esta advocación.                                             La Virgen del Carmen también es llamada “Estrella del Mar” (en latín Stella Maris) y es  “Patrona de los marineros.”  . La Fiesta de Nuestra Señora del Carmen,  es además un símbolo del encuentro entre la Antigua y la Nueva Alianza, porque fue en el monte “Carmelo” (en hebreo, “jardín”) donde el profeta Elías defendió la fe del pueblo escogido contra los paganos.        De tantas advocaciones de nuestra Madrecita Inmaculada, me detengo en ésta a Nuestra Señora del Carmen; que nunca me canso de repetir, y siempre me atrae de un modo especial: Súplica para tiempos difíciles: «Tengo mil dificultades: ayúdame. De los enemigos del alma: sálvame. En mis desaciertos: ilumíname. En mis dudas y penas: confórtame. En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame. En las tentaciones: defiéndeme. En horas difíciles: consuélame. Con tu corazón maternal: ámame. Con tu inmenso poder: protégeme. Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Virgen del Carmen, ruega por nosotros.  Amén.»

                              (*)Hilda Cela, Voluntaria de la Inmaculada Padre Kolbe, Tandil.

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