Francisco murió con un patrimonio de 100 dólares

La muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril a los 88 años ha conmocionado al mundo, no solo por su impacto espiritual, sino también por la revelación de su patrimonio personal, que refleja una vida dedicada a la austeridad y los valores jesuitas.
Mientras es velado en la Basílica de San Pedro se supo que Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano, falleció con un patrimonio neto de apenas 100 dólares, consolidando su legado como un líder que predicó con el ejemplo la humildad y el rechazo a los lujos.
Una Vida Marcada por la Pobreza Voluntaria
Desde que asumió el pontificado en 2013, Francisco hizo honor al nombre inspirado en San Francisco de Asís, conocido por su vida de sencillez. Renunció al salario papal, estimado en 340.000 euros anuales según el medio británico Mirror, y optó por no acumular bienes personales, cuentas bancarias ni inversiones. Como jesuita, Bergoglio mantuvo su voto de pobreza, una práctica que ya seguía como arzobispo de Buenos Aires, donde vivía en un modesto apartamento, usaba transporte público y cocinaba sus propias comidas.
En el Vaticano, Francisco rechazó residir en el lujoso Palacio Apostólico, eligiendo en cambio un sencillo departamento en la Casa de Santa Marta para mantenerse cerca de otros sacerdotes. También declinó usar vehículos de alta gama, prefiriendo un Ford Focus para sus desplazamientos en Roma, y conservó su cruz pectoral de hierro en lugar de los tradicionales símbolos papales de oro. “A mí no me pagan nada. Cuando necesito plata para comprarme zapatos o así, la pido”, afirmó en el documental Amén: Francisco Responde.
Un Patrimonio Simbólico y un Legado Moral
El portal Celebrity Net Worth estima que el patrimonio personal de Francisco al momento de su muerte era de 100 dólares, una cifra simbólica que contrasta con los recursos a los que tuvo acceso como líder de la Iglesia Católica. Aunque el Vaticano cubría sus gastos personales, como alimentación, vestimenta, viajes y seguridad, estos bienes pertenecían a la Santa Sede, no a él. Los objetos que usó, como su cruz de madera o su rosario, carecían de valor material significativo.
Según la periodista María Solana en el programa TardeAR, “lo poco que tenga, que tendrá poquísimo, lo dejará todo a su madre, que es la Iglesia”. El Vaticano aún no ha revelado quién recibirá legalmente los 100 dólares, pero se espera un comunicado oficial en los próximos días. Entre sus familiares, solo su hermana María Elena, de 72 años y gravemente enferma, sobrevive.
Reformas Financieras en el Vaticano
Más allá de su austeridad personal, Francisco dejó un legado económico transformador en la Santa Sede. Desde 2013, impulsó una ambiciosa reforma financiera basada en la transparencia, la austeridad y el control del gasto. Creó el Secretariado para la Economía en 2014, ordenó auditorías al Instituto para las Obras de Religión (Banco Vaticano) y cerró unas 5.000 cuentas sospechosas. En 2022, implementó una nueva política de inversiones para alinearlas con los principios éticos de la Iglesia, excluyendo actividades especulativas y priorizando la justicia social y la sostenibilidad.
A pesar de sus esfuerzos, el Vaticano enfrenta desafíos financieros, con un déficit operativo de 83 millones de euros en 2023 y pasivos en el fondo de pensiones estimados en 631 millones en 2022. La disminución del Óbolo de San Pedro, donaciones de los fieles, agrava la situación. Sin embargo, Francisco insistió en una gestión responsable, reduciendo salarios de altos cargos en 2021 y llamando a buscar recursos externos con transparencia.
Un Mensaje contra el Consumismo
El Papa Francisco también promovió “La Economía de Francisco”, un movimiento global iniciado en 2019 que reunió a jóvenes economistas y empresarios en Asís para repensar un sistema económico más justo y sostenible. En documentos como Laudato Si’ (2015) y Fratelli Tutti (2020), criticó el “capitalismo salvaje” y abogó por una economía que priorice a los vulnerables. Su mensaje final a los jóvenes en 2024 fue: “Sed pioneros dentro de la vida económica y empresarial de un desarrollo humano integral”.
Con un patrimonio personal de 100 dólares, el Papa Francisco demostró que el verdadero poder radica en el servicio, no en la riqueza. Su herencia material es insignificante, pero su legado moral y sus reformas financieras resuenan como un llamado a la coherencia y la justicia en un mundo marcado por la desigualdad. Mientras la Iglesia prepara el cónclave para elegir al 267º papa, la vida austera de Francisco seguirá siendo un ejemplo para millones.