Mensaje de Francisco en el Viernes Santo: “En un mundo de algoritmos, la economía de Dios no descarta”
El Papa Francisco dejó un profundo mensaje para la meditación del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, presidido por el cardenal Baldo Reina, dado que por cuestiones de salud no pudo estar presente.

Las meditaciones preparadas por el Pontífice reflexionan sobre la asunción de responsabilidad por parte de Cristo para lograr la paz y la hermandad entre los hombres, ya que, en la Cruz, se coloca “entre las partes, entre los opuestos (estación XI) y los lleva a Dios, porque su cruz derriba muros, cancela deudas, anula juicios, establece la reconciliación”.
Francisco hace además una invitación a salir de los propios esquemas, a comprender “la economía de Dios, que no mata, no descarta, no aplasta” y entender el camino de Jesús, el “de las Bienaventuranzas, que no destruye, sino que cultiva, repara, custodia (estación III)”.
Siguiendo esa idea central, que es el hilo conductor de sus meditaciones, el Papa asegura: “Hoy existen economías inhumanas, en las que noventa y nueve vale más que uno, porque lo que hemos construido es un mundo de cálculos y algoritmos, de lógica fría e intereses implacables”. Como propuesta, enuncia: “La economía divina, en cambio, es otra, y por eso, volverse a Cristo que cae y resucita es un cambio de rumbo y de ritmo, una conversión que nos devuelve la alegría y nos lleva a casa”.
Sobre el camino del Vía Crucis, el momento previo a la crucifixión con sus catorce estaciones, Francisco asevera que en los pasos de Jesús camino del Gólgota “está nuestro éxodo hacia una nueva tierra, porque Cristo vino a cambiar el mundo”, y por eso debemos “cambiar de dirección, ver la bondad de sus pasos”. Y afirma: “el Vía Crucis es la oración de los que se mueven. Interrumpe nuestros caminos habituales. Y es un camino que nos cuesta el de Jesús, en este mundo que lo calcula todo y donde la gratuidad tiene un alto precio”. (DIB) ACR