En su mensaje por la Navidad, el Obispo de Mar del Plata pidió «leyes justas» que eviten la concentración de la riqueza
El obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Ernesto Giobando, brindó un mensaje de esperanza con motivo de la Navidad durante un encuentro con la prensa local, en el que reflexionó sobre la situación social, el contexto nacional y los desafíos que atraviesa la comunidad.

En su saludo navideño, Giobando señaló que la esperanza es una palabra central en el tiempo actual y recordó que viene resonando con fuerza desde la reciente Marcha de la Esperanza. En ese marco, sostuvo que el mensaje cobra un significado especial en un año atravesado por profundos cambios a nivel mundial y marcado también por la muerte del Papa Francisco, a quien definió como una figura que dejó una huella profunda en la Iglesia y en millones de fieles.
El obispo remarcó que la esperanza no debe entenderse como un sentimiento ingenuo, sino como una actitud activa, capaz de motorizar los cambios necesarios para construir una sociedad más justa y en paz.
Inclusión y dignidad humana
Giobando hizo hincapié en la situación de los sectores más vulnerables y advirtió que la asistencia básica, aunque necesaria, no alcanza por sí sola. “Dar un pan es importante, pero no suficiente”, expresó, y subrayó la importancia de compartir la vida y dignificarla, promoviendo vínculos reales de inclusión que vayan más allá de la ayuda material.
En ese sentido, planteó la necesidad de un compromiso social que reconozca plenamente la dignidad de cada persona.
El sentido de la Navidad
Al referirse al significado de la Navidad, el obispo recordó el nacimiento de Jesús, al que definió como “el nacimiento pobre del hombre más rico en todo sentido”. Destacó la paradoja de un Jesús que, siendo fuerte, se hizo débil y, siendo grande, se hizo pequeño.
Desde esa mirada, describió a la Navidad como una fiesta profundamente familiar, centrada en la humildad, la cercanía y el encuentro.
Una reflexión sobre la Argentina
Giobando sostuvo que el nacimiento de un niño tiene la capacidad de desarmar ideologías, ya que genera alegría y esperanza sin distinciones. Trasladado a la realidad argentina, afirmó que el país necesita que renazca la esperanza, acompañada por una mejor justicia.
En ese marco, advirtió que un país que incluye a algunos y excluye a otros no puede considerarse justo. Reconoció la importancia de la producción, pero remarcó que debe estar acompañada por leyes justas, que eviten la concentración de la riqueza en pocas manos.
Advirtió que la violencia está causando un daño profundo porque “nos maltratamos”, y concluyó que solo la paz social puede revertir ese proceso.