Caso Araceli: ¿Quién es Alcón?
Conoce el funcionamiento de la División K9 de los Bomberos Voluntarios de Punta Alta.
Los perros de la División K9 de los Bomberos Voluntarios de Punta Alta volvieron a ser protagonistas del hallazgo del cuerpo de una víctima de un femicidio.
Alcón, un ovejero alemán sable, se sentó frente a una casa de José León Suárez y llevó a los investigadores hasta el cuerpo de Araceli Fulles, una chica de 22 años que estaba desaparecida desde el 1 de abril en la localidad de Villa Ballester.
El bombero Pedro Gómez Peña contó cómo fue el día en el que otra vez Argentina quedó conmovida por un femicidio.
Según explicó trabajaron toda la semana tras ser convocados por la fiscalía y el jueves fueron por primera vez a la casa del principal sospechoso, Darío Gastón Badaracco, que está prófugo.
«Cuando llegamos a esa zona iniciamos el rastro a unos 70 metros de ese domicilio. A sorpresa de todos se paró frente a la casa de Badaracco», sostuvo en diálogo con TN.
«Entramos a una especie de depóstivo y empezó a hacer marcaciones sentándose y mirando al guía. Se corre un metro, se vuelve a sentar y así hasta que detectamos algo en la zona y automáticamente le dimos parte a la policía. Nosotros les decimos: ‘acá, fijate esto'», agregó.
Gómez Peña afirmó que el perro marca los restos humanos y que «si hay algo, los perros lo encuentran».
«Lamentablemente nos capacitamos en las desgracias. Porque ahí es cuando sabés si el perro anda bien», sostuvo.
Es que la División K9 trabajó también en los hallazgos de Micaela Ortega, una pequeña asesinada en Bahía, y Katherine Moscoso, una adolescente también asesinada pero en Monte Hermoso.
El trabajo de los perros
Gómez Peña aseguró que los animales «fueron encontrando cosas todos los días».
«El olor a restos humanos [Alcón] ya lo tiene asimilado y sabe lo que tiene que buscar. Va discriminando los olores hasta que encuentra lo que tiene que encontrar».
El bombero explicó que para los casos de restos humanos, de narcóticos y de explosivos los animales andan sueltos y se sientan y miran a su guía cuando encuentran algo.
En otros casos, en derrumbes por ejemplo, los perros ladran.
«Para el perro es un juego. Se conforma con la caricia de su guía y con un juego que termina dándole un, como le decimos nosotros, chorizo», explicó.
Por otra parte, Raúl Rodríguez, encargado del grupo, agradeció el apoyo del municipio, de los bomberos voluntarios y del Escuadrón Táctico Canino del partido de San Martín.
«Nos dieron todas las facilidades y la colaboración para hacer nuestro trabajo», comentó.
La División K9 de Punta Alta tiene 4 perros operativos y una hija de Alcón, que apenas tiene 2 meses.
Fuente: Diario La Nueva Provincia.
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