Pentecostés: diversidad y solidaridad

Angélica  Diez, Misionera  de la  Inmaculada  Padre  Kolbe, Olavarría.


            Pentecostés es una Solemnidad posterior a la Pascua en la que recordamos que no caminamos solos. Después de la Ascensión de Jesús, nos deja el Espíritu Santo para llenarnos de valentía y así continuar el anuncio del Evangelio y ser sus testigos en el mundo. Pentecostés   es  el  nacimiento  de la Iglesia.

            Pentecostés: diversidad  y  solidaridad. Un  único  Espíritu  que  motiva.  Hoy 2022: ¿de  qué  lado  se pronuncia  la  balanza? ¿Del  lado  del   “síndrome de Babel”,  cuando, “nos  hemos cortado  solos”,  cuando no hay solidaridad? ¿Del  lado  de  la solidaridad que  nos motive  a un cambio de mentalidad que nos lleve a pensar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos?  Si  fue  así: ¡bajó  el  Espíritu  como  en  Pentecostés!  

            La pandemia actual ha   sido y  continua ,  siendo  un “termómetro” de : “sálvese  quien  pueda” (Babel)  o  de : “ estamos  juntos  en  la  barca” (Pentecostés). “Como miembros de una misma familia humana, estamos conectados en el bien o en el mal, porque tenemos un mismo origen, compartimos la misma casa común y un mismo destino en Cristo”. (Papa  Francisco ,2020).

            “Ese  Espíritu que  descendiendo del alto como viento y fuego, (cfr. Hch 2, 1-3),   sacude a la comunidad encerrada en el Cenáculo, la impulsa a salir,  a anunciar a todos a Jesús ;  es el  que crea la unidad en la diversidad, crea la armonía. Es totalmente opuesto a Babel. En la historia de la Torre de Babel no hay armonía, se generó solo ruptura y destrucción a todo nivel. El Señor nos invita a radicarnos en el acontecimiento de Pentecostés. Es allí donde se hace presente con la fuerza de su Espíritu Santo, que inspira la fe de la comunidad unida en la diversidad y la solidaridad. (… ) La solidaridad es, por tanto, el único camino posible hacia un mundo post-pandemia, y el remedio para curar las enfermedades interpersonales y sociales que afligen a nuestro mundo actual”. (Papa  Francisco, 2020).

            Babel  o  Pentecostés, tenemos que elegir nosotros,  no  podemos  ser  ambivalentes,  con sentimientos  contrapuestos. Babel: ¡quiero  subir! Pentecostés: ¡quiero servir! “Será  una solidaridad guiada por la fe la  que nos permita traducir el amor de Dios en nuestra cultura globalizada, no construyendo torres  sino tejiendo comunidad y apoyando procesos de crecimiento verdaderamente humano y solidario”. (Ídem).

            Al   día  siguiente   de  Pentecostés , desde  el  año 2018,  se  celebra   a  María,  Madre  de  la  Iglesia. Ella estaba  allí  presente  junto  a  los  Apóstoles. Ésta  celebración  nos recuerda que la maternidad divina de María se extiende, por voluntad de Jesús mismo, a la maternidad de todos los hombres , para  que,  con la gracia del Espíritu, podamos respetar la  diversidad siendo  consecuentes  en  la  solidaridad.

 (*)  Angélica  Diez, Misionera  de la  Inmaculada  Padre  Kolbe, Olavarría.

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