Opinión | 2020: balance de un año fuera de serie

Escribe el Presidente del Colegio de Abogados Departamental Azul.


Nuevas agendas, nuevos desafíos, nuevas estrategias de comunicación, trabajo y gestión dominaron este 2020 anómico que requirió otras leyes de convivencia, de trabajo y de vida.

El Nuevo Mundo irrumpió intempestivamente, pero por largo rato: los 15 días de cuarentena se transformaron en 9 meses y, con ellos, el modo de comunicar y llegar a todo el Departamento Judicial para sostener, a pesar de todo, el compromiso de integración, acceso real e igualitario a todos sus servicios y beneficios por parte de las abogadas y abogados matriculados en nuestro Colegio de Abogados.

El Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Azul hizo enormes esfuerzos, desde el principio del ASPO, para generar más respuestas que interrogantes: la virtualidad fue la clave.

“Hemos convertido esta emergencia en una oportunidad de igualdad para todo el territorio del Departamento Judicial”, dijo Gastón Argeri, su presidente, en el inicio de un ciclo de charlas, conferencias y capacitaciones virtuales que superó, a lo largo del año, el centenar de propuestas con cifras récord de inscriptos.

“Aquello que diseñamos como una estrategia transitoria para el primer tramo de la cuarentena se transformó en el modo casi excluyente en que nos mantuvimos cerca, a través de plataformas y pantallas, pero sin perder el norte de las necesidades de nuestros matriculados y matriculadas. Nuestro objetivo desde el principio fue llegar a todas las localidades. Más de un centenar de docentes encabezaron las propuestas, pusieron al servicio de todos los abogados y abogadas del Departamento Judicial una agenda heterogénea, capacitación permanente, gratuita y debates de vanguardia en las diversas ramas del Derecho que se volvieron centrales en el nuevo escenario impuesto por la pandemia. Esto fue posible porque el ASPO nos encontró con una conectividad e integración virtual casi total.

Este Colegio de Abogados trabajó de manera sostenida en el uso de medios digitales y tecnológicos que llevaron paridad de acceso a los once partidos del territorio”, enfatizó Argeri, a la hora de repasar el calendario de trabajo de la institución.

La virtualización del Colegio de Abogados, brindando a sus profesionales el acceso a los servicios, información y propuestas académicas sin necesidad de trasladarse de sus localidades ni casas o estudios, es una ventaja comparativa que sólo fue posible porque se invirtieron dos años de trabajo y gestión institucional, lo que permitió convertir la emergencia, en una respuesta sólida y la crisis en una oportunidad de igualdad.

La pandemia también modificó la agenda de los organismos judiciales y las modalidades de trabajo. Desde el 16 de marzo, la Suprema Corte de Buenos Aires dispuso un asueto que se prorrogó hasta principios de julio, con sus ajustes locales de acuerdo con las condiciones sanitarias.

Desde el Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires se solicitó permanentemente el restablecimiento y que se declarara esencial el servicio de justicia, al gobernador Kicillof y también a la  Suprema Corte de Justicia de la Provincia, buscando el restablecimiento total del funcionamiento del sistema, a través de herramientas tecnológicas que garanticen el pleno y real acceso a la justicia. “Somos absolutamente conscientes de que la pandemia requiere medidas preventivas, como el aislamiento dispuesto, pero no podemos avalar la decisión del Poder Judicial de un asueto que supone la paralización de la justicia en el ámbito de nuestra Provincia”, subrayaron en los numerosos comunicados.

El Colegio de Abogados Departamental ratificó, desde el inicio, estos mismos términos. “Los procesos judiciales no pueden detenerse a raíz de la pandemia, porque las cuestiones de alimentos para los hijos, los regímenes de comunicación, divorcios, hechos delictivos, cuestiones laborales o problemas con organismos públicos o privados se siguen suscitando y hasta, en algunas clases de conflictos, acentuando, como sucede en momentos de crisis. Y es ahí cuando más se necesita de las abogadas y abogados que interpreten este contexto y una justicia dispuesta a conciliar y/o resolver en estos conflictos, sin dilaciones. La búsqueda de soluciones es vital en este contexto donde han emergido numerosas situaciones de desigualdad, angustias, depresión, cansancio físico y psíquico”, destacó Argeri, poniendo en valor la incumbencia profesional en un escenario crítico e incierto, validando las herramientas de la abogacía al servicio de la comunidad de la que es parte.

El 2020 dejó varios relatos y análisis vinculados al desarrollo profesional en un mundo transformado. El Colegio de Abogados agrandó sus filas con nuevos matriculados y matriculadas a quienes se tomó juramento de manera virtual; congregó a profesionales de numerosos países para debatir, vía streaming, sobre las incumbencias de la Inteligencia Artificial y el Derecho, entre otros temas; convocó en torno a las pantallas a quienes trabajan desde los institutos; consagró un protocolo de mediación voluntaria on line que fue pionero en la región.

2020 fue muchas cosas, menos un año en pausa. El mundo se detuvo pero lo impostergable y trascendental buscó el modo de traducirse en nuevas formas, en busca de otro punto de partida.

Así lo interpretó la actual gestión que preside Gastón Argeri: como una oportunidad en construcción, como un laboratorio donde se ensayan muchas respuestas a las nuevas preguntas. Como un futuro que, a pesar de las incertidumbres, se empezó a dibujar sobre un presente de una institución integrada en el territorio y el compromiso con la Abogacía.

Los comentarios están cerrados.

error: Contenido protegido