Inmaculada Concepción de María

Por Horacio Robirosa

El papa Pío IX declaró el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854. Se entiende por «dogma» una verdad quela Iglesia hace explícita, porque no se manifiesta expresamente en la Escritura, sino que se la ha ido comprendiendo cada vez más y mejor a lo largo de los siglos. Y esto debe comprenderse como un don de Cristo a la Iglesia. El fundamento bíblico de la Inmaculada Concepción es el texto de Lucas 1,28.

En este pasaje sorprende que en vez de que el ángel llame a la Virgen por su nombre, le diga «llena de Gracia». Este hecho nos recuerda algo llamativo en el Antiguo Testamento, y es el nuevo nombre que recibe una persona, que describe su nueva misión. En el libro del Génesis dice: «Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la “madre de todos los vivientes”, precisamente porque equivalía a su misión.

Algo similar ocurre con María y el ángel: para nombrarla, el ángel emplea»llena de gracia», por el hecho de que será Madre de Dios, que es lo que el ángel le viene a anunciar. En el Evangelio de Juan, Jesús se dirige a su Madre siempre con el apelativo de «mujer» y en el Apocalipsis también se habla de Ella como «mujer». En la 1ª. Carta a los Corintios se habla del primer Adán y del nuevo Adán. Al llamar Jesús a su Madre «mujer”, pone de relieve que es la «nueva Eva»: María, que trae la salvación con su «hágase» en el momento del anuncio del ángel, aceptando así el ser Madre de Dios y en la cruz, donde también la llama “mujer”, aceptando ser Madre de toda la humanidad. Además de nueva Eva, María es el «Arca de la alianza».

El Antiguo Testamento enseña que el Arca de la Alianza debía ser santa e inmaculada, intocable por ningún hombre pecador. Si el Arca tenía que ser pura, con ¡cuánta mayor razón María, Madre del Hijo de Dios encarnado! Si María hubiera nacido en pecado, sería entonces inferior a Eva que fue creada en perfección y sin pecado, lo que implicaría que también Adán es superior a Cristo. También la iglesia toma en cuenta la Tradición.

Es antiquísima: parte del siglo II con san Justino, se refuerza en el siglo IV con la figura de Máximo de Turín. A partir del siglo VI se sumó la liturgia de la dormición de la Virgen. En el siglo VII nace la fiesta de la Inmaculada en oriente y luego se va extendiendo a Irlanda, Inglaterra, Francia, Bélgica, España y Alemania. La piedad se consolidó en el siglo XV: Sixto IV renovó la Misa de la Inmaculada y Alejandro VII precisa el objeto de la fiesta en términos ya muy cercanos a la definición dogmática de Pío IX.

Tampoco se deja de lado las reflexiones de los padres de la iglesia: San Jerónimo profundiza la relación de Cristo con María: “Así como Dios formó a Adán del barro de la tierra a la que no había afectado el pecado original, Dios formó a Cristo, de la tierra nueva que también tenía que estar inmune de dicho pecado.La creación tuvo inicio sin pecado; la nueva creación también. Pero a diferencia de la antigua creación, la nueva creación es la naturaleza humana del Hijo de Dios en el seno purísimo de María santísima: así ha tenido lugar la nueva creación”.

El Papa Francisco nos dice: “Aunque vivía en el mundo marcado por el pecado, no fue tocada: es nuestra hermana en el sufrimiento, pero no en el mal y ni en el pecado. Más bien, el mal en ella ha sido batido antes aún de tocarla, porque Dios la ha llenado de gracia”. La felicitamos porque Ella fue preparada para dar a luz al mundo un fruto invaluable: Jesús, nuestro Salvador.

También nosotros estamos llamados por Dios a dar fruto mediante buenas obras, será un gran regalo de nuestra parte para nuestra madre Inmaculada. () Voluntario de la Inmaculada Padre Kolbe – Olavarría [email protected]

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