Investigadores olavarrienses en importante descubrimiento sobre ADN antiguo
Integran un equipo internacional. Se trata de los investigadores del CONICET Pablo Messineo (INCUAPA-CONICET y UNICEN), Clara Scabuzzo (CONICET), Nahuel A. Scheifler (INCUAPA-CONICET y UNICEN), Daniel Corach (SHDG-FFyB-UBA) y Gustavo Politis (INCUAPA-CONICET, UNICEN y UNLP).
Tres investigadores olavarrienses integran un equipo internacional que ha realizado un importante descubrimiento sobre las antiguas poblaciones de América Central y del Sur.
Los primeros datos de ADN nuclear antiguo de alta calidad obtenidos de 49 individuos provenientes de distintos sitios de América Central y del Sur, algunos de ellos con una antigüedad de 11.000 años, muestran aspectos novedosos de la dinámica del poblamiento Americano. El estudio muestra que un tipo de ADN distintivo asociado con la cultura arqueológica de América del Norte denominada Clovis, también se detectó en Chile, Brasil y Belice, en individuos datados entre 11.000 y 9.000 años atrás. Esto sugiere que las poblaciones que difundieron la cultura Clovis también tuvieron un impacto demográfico en América del Sur. Sin embargo, este linaje asociado con Clovis, no está presente en las poblaciones sudamericanas posteriores. Esto indica un reemplazo de la población en el continente que comenzó hace al menos 9.000 años. Estos resultados han sido publicados en un estudio reciente en la revista Cell en donde se presentan detalles novedosos sobre el poblamiento de América Central y del Sur. El estudio ha sido dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard, el Instituto Médico Howard Hughes, el Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana, la Universidad de California en Santa Cruz, la Universidad Estatal de Pennsylvania y otras instituciones en Argentina, México, Brasil, Belice, Chile, Perú, la Unión Europea y los Estados Unidos.
De Argentina participaron en este estudio cinco investigadores del CONICET, los Dres. Pablo Messineo (INCUAPA-CONICET y UNICEN), Clara Scabuzzo (CONICET), Nahuel A. Scheifler (INCUAPA-CONICET y UNICEN), Daniel Corach (SHDG-FFyB-UBA) y Gustavo Politis (INCUAPA-CONICET, UNICEN y UNLP).
Este equipo de investigación analizó los datos genómicos de 49 individuos de América Central y del Sur, algunos de ellos de aproximadamente 11.000 años de antigüedad. Anteriormente, los únicos estudios genómicos de alta calidad que se habían obtenido para la región presentaban una antigüedad de menos de 1.000 años. Al comparar los genomas antiguos y modernos de las Américas y de otras partes del mundo, se pudieron obtener nuevos datos cualitativos de la historia temprana de América Central y del Sur. En este sentido, el trabajo permitió detectar la vinculación genética entre un individuo asociado con la cultura Clovis y los habitantes más antiguos de Centro y Sudamérica. “Un descubrimiento clave fue que un individuo asociado con la cultura Clovis de América del Norte que data de hace aproximadamente 12.800 años comparte un ancestro distintivo con los individuos más antiguos de Chile, Brasil y Belice” explica el coautor, Cosimo Posth, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana de Alemania. “Esto apoya la hipótesis de que la expansión de la población que difundió la cultura Clovis en América del Norte también llegó a América Central y del Sur”.
Sin embargo, las poblaciones más recientes de Latinoamérica no comparten el linaje asociado con la cultura Clovis que caracteriza a los individuos más antiguos. El autor principal David Reich de la Escuela de Medicina de Harvard y del Instituto Médico Howard Hughes expresa: “Este es un segundo descubrimiento clave: hemos encontrado que hubo un reemplazo poblacional en América Central y del Sur que comenzó hace al menos 9.000 años”. Posteriormente, hubo una sorprendente continuidad genética durante los últimos 9.000 años en gran parte de Sudamérica. Esto contrasta con otros sectores del mundo como Eurasia Occidental y África, en donde existen pocos lugares con una continuidad genética tan prolongada.
Este estudio también detectó una ascendencia genética asociada entre las poblaciones de las Islas del Canal en California y de los Andes Centrales. Esta vinculación, desconocida hasta ahora, muestra que los habitantes de las Islas del Canal compartían un carácter distintivo con grupos que habitaban los Andes peruanos hace al menos 4.200 años. Es poco probable que esto refleje la llegada de gente desde las Islas del Canal hacia Sudamérica. En cambio, los investigadores plantean como hipótesis que la conexión entre estas dos regiones sería el resultado de dinámicas poblacionales que ocurrieron miles de años antes. Nathan Nakatsuka de la Escuela de Medicina de Harvard, co-autor principal del estudio comenta: “Podría ser que este linaje llegara a Sudamérica miles de años antes y simplemente no tenemos individuos anteriores que lo demuestren. Existe evidencia arqueológica de que la población antigua de los Andes centrales se expandió en gran medida a partir de los 5.000 años antes del presente. La dispersión de subgrupos particulares durante estos eventos puede ser la razón por la cual detectamos esta descendencia posterior”.
Para entender en mayor detalle sobre los movimientos iniciales de las poblaciones humanas en América Central y del Sur, será necesario obtener ADN antiguo de individuos de más de 11.000 años. Además, la imagen está lejos de ser completa. “Carecemos de datos antiguos de la Amazonía, el norte de Sudamérica y el Caribe, y por lo tanto no podemos determinar cómo se relacionan los individuos de estas regiones con los que analizamos”, explica Reich. Llenar estos vacíos será una prioridad en los futuros trabajos: con más estudios centrados en América Latina y con muestras de mayor tamaño será posible dar cuenta del potencial del ADN antiguo para revelar cómo se produjo durante miles de años la gran diversidad humana de Latinoamérica.
Fuente: Conicet
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