Liliana Herrero trae a Olavarría «Canción sobre canción»
El viernes 4 en Punto de Giro.
Un espectáculo de lujo se anuncia para el viernes próximo en el espacio cultural Punto de Giro en Maipú 3428, casi Colón.
Se presenta Liliana Herrero junto a Pedro Rossi en guitarra y Ariel Naón en contrabajo.
Herrero se presentará como parte del Episodio de Primavera de Vibra el Aire.
En este espectáculo estará presentando «Canción sobre canción», donde celebra y rinde homenaje a su gran amigo Fito Páez»
En una charla con DIB asumió que «le encanta la provincia de Buenos Aires» y reflexionó sobre el encuentro con la obra de Páez, sobre su rol como intérprete y sobre la función política que supone la música «como legado», como pulso en sintonía con un espacio y un tiempo, con la historia.
¿Cómo será esta «gira bonaerense»?
Vamos a ir en trío, con Pedro Rossi y Ariel Naón a tocar no sé si la totalidad del disco, porque fue grabado por siete músicos y a veces tenemos dificultades para reducirlo, sonoramente hablando. Quedan dos o tres temas fuera nomás que no se pueden hacer, aunque pienso que los puedo cantar a capela también, puedo hacer muchas cosas. La música tiene todas esas posibilidades por suerte.
¿Cómo fue el recorte sobre la obra de Fito?
Me gusta intervenir una obra. En este caso de «Canción sobre canción» yo elegí once temas de una vastísima obra de Fito. El recorte tiene que ver con la amistad, con las experiencias que hemos vivido juntos, algunas dolorosas, otras muy hermosas, y con las que seguimos compartiendo. Fue muy difícil elegir y me llevó mucho tiempo. Había otros temas que me hubiera gustado cantar y los dejé afuera porque no sabía cómo intervenirlos y la tarea del intérprete es ver cómo entrar en diálogo con la obra, ver si aparece otro horizonte sonoro. «Tumbas de la gloria» es un tema que a mí me encanta y no encontré cómo y no lo hice. El intérprete no realiza una mera copia del original, hay una apropiación. Por eso el disco se llama «Canción sobre canción».
En la escucha se percibe como una «recomposición» de las canciones.
Puede ser que sea como recomponer, en realidad es saber que una canción y una obra tienen otras voces. Y para eso tuve que intervenir, buscar, conversar, dialogar con la obra, y encontrarle una sonoridad que me guste oír, o un modo de cantar que a mí me guste hacer. Pero siempre con esa advertencia: que no es una mejora del original.
¿Qué sonoridad buscabas en este disco?
Camarística. No buscaba guitarras eléctricas, ni nada de eso. Por eso hay vientos de madera, hay bandoneón, hay contrabajo, guitarra de siete cuerdas, piano y percusión muy sobria. Yo quería eso, ese sonido, que está recostado en las músicas que nosotros escuchábamos con Fito en los ?80.
Es un sonido que sugiere no diría melancolía, pero sí que tiene un pie en un pasado querido.
Sí claro, sí lo tiene, y la posibilidad de repensarlo es maravillosa, es un desafío fantástico. Eso lo permiten las obras que tienen su peso. La misma obra lo permite y la capacidad de uno para conversar con ellas. En esa tensión aparece algo.
En varias canciones se perciben también guiños a otros temas.
Hay muchas citas. Hay una cita ostensible a (Luis Alberto) Spinetta en «Ambar violeta», porque hay un inicio del contrabajo con «Fuga», que es un tema precioso de Luis. En «Giros» hay una cita a «Adela en el Carrusel» de (Charly) García, empieza con los acordes de ese tema, y después hay unas citas más ocultas, de músicas que siempre nos gustaron a Fito y a mí, como (Ry?ichi) Sakamoto, Yoni Mitchel, hay otras citas también, pero más enredadas en el armado instrumental.
Lo de las citas parece un juego.
La música es un juego pero es un juego responsable, con un legado. No es un entretenimiento. Otra cita está en «D.L.G.», que cierra con la voz de Milagro Sala. En ese tema yo mezclé los versos, elegí lo que quería decir, y quería que el disco terminara con la voz de ella relatando la construcción de esa comunidad magnífica que armó en Jujuy, mi decisión era esa. Por eso es el último tema. No quería seguir hablando yo, tenía que hablar otra mujer. Es inevitable ese diálogo porque las obras se realizan en un tiempo y un territorio, hay que pensar eso, por eso uno canta. Yo quería reponer una memoria.
Alguna vez te escuché usar la frase «El tiempo está después» para pensar en el futuro. ¿Qué viene?
Es una frase de una canción de Fernando Cabrera, no es mía. Es una expresión hermosa. Yo pienso que si el pasado regresa es siempre como una piedra para que la volvamos a pensar. Y regresa como reposición de una memoria poderosísima y, así, lo que ha sucedido antes no está lejos, sino que está muy cerca en nuestro presente y nos está esperando para que lo volvamos a pensar. En lo musical yo tardo mucho en hacer los discos, por ahora estoy pensando muchas cosas, tengo muchos bocetos. Estos tiempos políticos, culturales, exigen abrir un horizonte de pensamiento. (DIB) AR
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