Nuevamente, y de manera virtual, juraron abogados y abogadas del Departamento Judicial Azul


Desde el martes 30 de noviembre, el Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Azul cuenta con nuevas procuradoras, procuradores, matriculados y matriculadas. El acto de jura se llevó a cabo de manera virtual y contó con la presencia de su presidente, Gastón Argeri y del secretario del Consejo Directivo, Mauro Grandicelli.

En el inicio de la ceremonia compartida a través de la pantalla, Argeri ponderó la fortaleza institucional de un Colegio que ha sabido estar a la altura de las demandas de quienes lo integran.

Por su parte, Grandicelli puso en valor el ejercicio de la profesión sobre las normas de ética. “Los abogados y abogadas somos los primeros intérpretes del Derecho, una herramienta fundamental y trascendente a la hora de pacificar los conflictos sociales y lograr un encuadre jurídico para canalizar la problemática y encontrar las soluciones. Somos garantes, debemos serlo, de la seguridad jurídica, fundamental para el afianzamiento y la continuidad del estado de derecho. No hay estado de derecho sin abogados ni abogadas”, destacó.

Luego, Argeri retomó la importancia de la pertenencia institucional y el compromiso individual en la construcción de un Colegio que escuche las voces de todas y todos.

“Hoy es un día especial para ustedes, sus familias, amistades y para nosotros, no solo porque comienzan a ser parte de esta entidad, sino porque también es un punto de partida en común, un mojón importante en el devenir profesional que se abre a partir de entonces, para ustedes. Una renovación de los compromisos fundacionales para esta institución casi centenaria, para quienes ya somos parte.

Lo primero que se me ocurre decir es lo enormemente agradecidos que estamos con todos nuestros matriculados y matriculadas que iniciaron, como ustedes, su recorrido institucional a través de una pantalla de Zoom: en el medio de una pandemia mundial que impuso decenas de restricciones sanitarias, la presencialidad entró en retirada y buena parte de nuestra vida profesional se canalizó a través de las vías digitales. Pero la cercanía y emoción de cada uno de ellos al momento de jurar fue tan vívida como la de ustedes.

La pandemia transformó el mundo: su economía, relaciones personales, patrones culturales y, por supuesto, conductas laborales y profesionales. La abogacía no fue la excepción. En primer, lugar nos puso cara a cara con una vieja asignatura pendiente del mundo jurídico: la incorporación de las herramientas tecnológicas como instrumento vital de nuestro ejercicio cotidiano.  Puso de relieve, como nunca antes, el enorme potencial con el que contamos, pero también las desigualdades que dejaba al descubierto la brecha digital. En la justicia, fue elocuente, a tal punto que muchos procedimientos que entraron abruptamente en vigencia, a raíz de los cambios que impusieron las restricciones sanitarias, fueron transformando la forma de muchas actuaciones judiciales.

Hoy, el expediente digital ya es un hecho, algo cotidiano en nuestra práctica cuando, hace tan solo dos años, era una rareza y, cuando no, un incómodo trámite que desafiaba nuestra capacidad de aggiornarnos.

A pesar del enorme desafío que teníamos por delante, el Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Azul salió fortalecido. Pudimos hacer frente a la rápida reconversión al modo digital de muchos servicios y capacitaciones y, gracias a ello, mantenernos muy cerca de nuestros matriculados y matriculadas.

Muchos de ustedes ingresaron a una Facultad que ya no es la misma, luego de las transformaciones enumeradas. Porque la pandemia nos obligó a revisar nuestros hábitos en todos los órdenes de la vida. Hoy somos colegas, más o menos próximos en este extenso territorio departamental, pero definitivamente conectados a través de una virtualización que nos puso a salvo como institución y nos vino a enseñar mucho más de lo que suponíamos”.

Argeri también destacó los valores esenciales para el ejercicio de la abogacía, como “vocación, especialidad, excelencia, compromiso y ética”, haciendo hincapié en los retos fundamentales que recogen, en su opinión, “lo que es y tiene que seguir siendo esta querida y preciosa profesión que es la abogacía”, destacando la importancia de avanzar en materia de nuevas tecnologías e igualdad entre hombres y mujeres y señalando la necesidad de ser constantes en el trabajo ya que, tal y como ha explicado a los nuevos colegiados y colegiadas, “la abogacía es una profesión muy dura pero que reporta mucha satisfacción”, concluyó.

Nuevos matriculados y matriculadas

María Paola Sarachu (Azul)

Ariel Alejandro Rodríguez (Tandil)

Diego Omar González (Olavarría)

Leonardo Iván García (Cacharí)

Luis Ezequiel Suárez (Olavarría)

Proc. María Alejandra Seoane (Azul)

Proc. Perla Mara Silva Bolívar)

Proc. Horacio Martin Chaia (Olavarría)

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