CASO ALONSO: Al igual que Ibáñez declaró sin público el imputado Castilla

El imputado por el asesinato de Marcos Alonso, Eliseo Castilla Rocha, finalmente declaró este jueves en la reanudación de las audiencias en el TOC 1 de Azul. El pasado lunes, el Tribunal había escuchado el testimonio del otro imputado, Juan Ramón Ibáñez, quien vinculó con el hecho al jefe de la Sub DDI, comisario Juan Carlos Lazarte, y aseguró que la escena del crimen se ubicaba no en la quinta que es propiedad de la familia Durán, sino en un galpón de la vieja Mercedes Benz, sobre avenida Del Valle, propiedad del empresario Isidro Rodríguez.

Castilla Rocha prestó declaración durante una hora y cincuenta minutos, relatando en principio su versión de los hechos y posteriormente respondiendo las preguntas generales de la fiscal Susana Alonso y más puntuales del fiscal Javier Barda. También fue interrogado por el abogado de la familia Alonso, Marcelo Biondi, y por los defensores de los imputados, Sobrino, Hernández, Durán y Bendersky.

La declaración de Eliseo Castilla Rocha, al igual que la de Ibáñez el lunes pasado, fue “por razones de seguridad del imputado” a puertas cerradas, sin público y sin prensa. Los cronistas, en la cobertura conjunta de infoeme.com y LU 32 consultaron varias fuentes judiciales para acceder a los dichos de Castilla ante el TOC 1.

Castilla afirmó ante el Tribunal que, “casi todo lo que dijo Ibáñez es cierto, sólo se equivocó en el calibre del arma”, en forma de aprobación de la declaración testimonial del otro imputado a principio de la semana.

En su relato, al igual que Ibáñez, involucró al comisario Juan Carlos Lazarte, titular de la Sub DDI de Olavarría y al oficial de la misma dependencia, Javier Marilú. Sostuvo que ambos participaron del atroz crimen ocurrido en enero del año pasado.

“Yo le pagaba a Marcos con 400 gramos de merca cada dos meses”, fue otra de las frases que reprodujeron atónitas las fuentes consultadas sobre la declaración de Castilla. El trato sería, al decir del imputado, cambiar droga por la libertad con salida laboral de Castilla y trabajos con “papeles truchos de vehículos”.

Castilla reconoció que su primo era quien hacía los envíos de drogas a Olavarría (“sólo las despachaba”), y que Marcos Alonso tenía una deuda de unos 250 mil pesos con esta especie de narco-sociedad que denunció.

Según Castilla, la integraban: Miguel “Mameluco” Villalba, los policías de la sub DDI Javier Marilú y Juan Carlos Lazarte, el empresario y amigo de Marcos Alonso, Isidro Rodríguez, el juez Antonio Saladino, Marcos Alonso y un socio del abogado, Martín Andreu. “Estaban asociados por la merca que despachaba mi primo”, dijo el imputado.

Castilla Rocha agregó que el Peugeot 307 gris de Alonso (“pero que también usaba Isidro”) nunca entró al garaje de la quinta de la avenida Pueyrredón frente a la fábrica Losa. Relató que tuvieron al abogado atado con sogas en una silla, que no le dispararon en su vivienda y que los llamados que hacía el abogado, al estar atado, se los marcaba Lazarte, y también le apoyaba en su oreja el celular cuando recibía uno.

Tras efectuar los llamados para pedir el dinero que supuestamente adeudaba, Alonso “realizó varios llamados” -a su suegro, a su secretario Ricardo Pierce, y al abogado Martín Andreu-. En la zona del autódromo, tras abandonar la quinta, con Alonso atado de manos, se encontraron con “Mameluco” Villalba y el primo de Castilla que estaban en otro auto color oscuro, contó.

Según los dichos del imputado, en el Peugeot de Alonso viajaban adelante, Ibáñez y manejaba el comisario Lazarte, y en el asiento de atrás, Marcos Alonso. En el otro vehículo, un Audi, iban Castilla y su primo junto a Villalba.

En la zona del autódromo le habrían disparado en el codo a Alonso y lo habría hecho Lazarte, declaró Castilla, para dirigirse ya con el abogado herido al estudio de Mitre y Lamadrid a “buscar un maletín” con los 250 mil pesos, añadió.

Castilla dijo que él mismo fue quien ingresó a buscar el dinero a la oficina, pero en un maletín que nunca apareció. “Busqué por todos lados donde podía guardarse un maletín pero no estaba”, le contó al Tribunal.

Al no encontrar el dinero en la oficina se habrían dirigido al galpón lindero a la agencia de Isidro Rodríguez, donde se encontraban también, según los dichos del imputado, Rodríguez, Colman y el juez Saladino.

Castilla repitió, según las fuentes consultadas que, “saben que en las causas que tengo nunca he pegado un cachetazo, siempre he robado”. Pero además, cada vez que se refirió al comisario Lazarte lo mencionó con el apodo “el enano”.

Según sus dichos, Castilla afirmó que se retiraron del galpón de Rodríguez con Ibáñez, y tomaron un remís que los trasladó a la playa de camiones. En tanto repitió que el comisario Juan Carlos Lazarte tenía amenazada a su familia.

El imputado del crimen de Marcos Alonso dijo que no sabía quién ordenó matar al abogado, pero que después Lazarte y Marilú concurrieron a su casa y le dijeron que quien perpetró el asesinato fue el “Chino” Colman. Asimismo, le habrían asegurado los policías que “plantarían pruebas”.

En referencia al narco negocio que expuso, Castilla Rocha afirmó que, “la DDI se quedó con toda la merca de Olavarría”. Y dejó otro dato más: “El Falcon verde que apretó a un remisero (por Rafael Iribe, testigo clave del caso) era de Isidro (Rodríguez) y se lo vendió a un policía de apellido Farías de la Seccional Primera” de Olavarría, aseguró.

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