Redes sociales y duelo: Los funerales, la última frontera
SurveyMonkey, David Goldberg, celebrado el 5 de mayo de 2015, en
Stanford, California. Goldberg, de 47 años y casado con la autora de
«Lean In» y ejecutiva de Facebook Sheryl Sandberg, falleció en un
accidente mientras practicaba ejercicio durante unas vacaciones en
México el 1 de mayo. Autoridades dijeron que al parecer se resbaló de
una cinta de correr y se golpeó la cabeza. (Foto AP/Noah Berger)
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Por LEANNE ITALIE
NUEVA YORK (AP) – Taya Dunn Johnson llevaba años mostrando partes
de vida en internet, presente en Facebook, Twitter y otras redes
sociales a través de los que con frecuencia compartía sus momentos más
mundanos e íntimos.
Su marido – su amor del instituto y
especialista en TI- era una persona ajena a las redes sociales aunque
estaba rodeado de familiares, colegas y amigos que los empleaban y no
tenía ningún problema con ello.
Entonces falleció repentinamente
de un ataque al corazón a los 37 años y su esposa se vio atrapada en lo
que podría ser la última frontera de la privacidad, su funeral.
«Celebré
dos funerales y tuve que pedir a varias personas que no tomaran fotos
de su ataúd», dijo Johnson, una administrativa de 38 años que vive en
Baltimore con su hijo de 6 años. «Esa idea me desconcertó. Días después,
me di cuenta de que varias personas habían hecho ‘check-in’ desde la
funeraria en un par de plataformas».
Usuaria activa de redes
sociales cuando la golpeó la tragedia en 2012, y como sigue siendo
ahora, Johnson entiende por qué la directiva de Facebook Sheryl Sandberg
pidió a los asistentes, pesos pesados de la industria tecnológica
incluidos, que no empleasen redes sociales desde el funeral de su marido
David Goldberg el martes.
«Es como una bola de nieve», dijo
Johnson. «Compartimos todo desde nuestro nuevo autor, a nuestra comida o
nuestro nuevo vestido. De alguna forma esas cosas están a la misma
altura que la muerte».
Ann Bacciaglia, empleada de un servicio de
atención al cliente en una gran empresa en Ottawa, era también una gran
usuaria de redes social cuando su marido durante 18 años falleció de
pronto por un quiste cerebral no diagnosticado en 2011. Tenía 44 años.
Como
el marido de Johnson, el suyo no tenía interés por este tipo de medios,
lo que no evitó que Bacciaglia anunciase su muerte en Twitter. Nunca se
le ocurrió pedir a sus seres queridos que se abstuviesen de sacar sus
celulares en el funeral. Ninguno lo hizo.
En el año posterior a su
fallecimiento, escribió en su blog sobre su dolor y se apoyó en sus
seguidores y amigos de internet para sobrellevar la pérdida. Otras
viudas jóvenes se pusieron en contacto con ella y ayudarlas en sus
procesos fue su mejor medicina.
«Las redes sociales son algo a que
no interesaban a mi esposo, pero son una parte importante de mi duelo y
siguen siendo muy importantes para mí», apuntó Bacciaglia.
Fuera
de las redes o en Facebook, lo vulgar sigue siendo vulgar en lo
referente a funerales y ceremonias de recuerdo, dijo David Ryan Polgar,
abogado y ex profesor universitario en West Hartford, Connecticut, con
un blog sobre tecnología y ética.
«¿Querría ver unas Google Glass
en un funeral? Nada puede sustituir esa conexión humana», dijo
refiriéndose a las gafas de Google con cámara y conexión a internet.
«Hay ciertos momentos para tomar cierta conciencia, con una necesidad de
estar presente en ese momento, y un funeral es uno de ellos».
Walker
Posey, director de una funeraria en Carolina del Sur y vocero de la
Asociación Nacional de Directores de Funerarias de Estados Unidos, dijo
que la tecnología tiene un lugar en el proceso de duelo, pero que las
selfies desde cementerios no entran en él. El uso desafortunado de redes
sociales, sin embargo, no es algo a lo que tengan que enfrentarse
habitualmente la mayoría de sus colegas, agregó.
Su funeraria en
North Augusta incluye, por si acaso, esta sugerencia de protocolo en su
página web: «No infrinja el derecho de la familia a la privacidad. En la
sociedad actual de redes sociales y tecnología, es esencial recordar
que estas herramientas son una vía para mostrar apoyo y cariño a la
familia que sufre el duelo. El uso de tecnología y redes sociales para
publicar cualquier cosa que pueda violar el derecho de la familia a la
privacidad o a un duelo adecuado debe ser evitado».
En algunas
ocasiones quienes no respetan la privacidad son los más afectados por el
dolor. Un usuario de Facebook publicó una vez una foto de sí mismo con
el féretro de su madre detrás de él. Otro subió una imagen del
testamento de su madre actualizando su estatus como albacea.
Pero
la tecnología puede ser útil para los dolientes, agregó Posey explicando
que su funeraria y otras del país ofrecen retransmisiones en directo de
funerales y ceremonias como una forma para llegar a los seres queridos
que están lejos. Al año realiza entre 30 y 40 emisiones a través de la
web, incluyendo una del funeral de una abuela para que sus dos nietos
destinados en Irak pudiesen estar presentes virtualmente.
Goldberg,
de 47 años y CEO de SurveyMonkey, falleció el viernes al resbalar de
una cinta de correr y golpearse la cabeza cuando estaba de vacaciones
con su familia en México, dijeron autoridades del país.
Aunque
Sandberg pidió a los asistentes que no publicasen cosas desde su
funeral, ella recurrió a Facebook poco después para dar las gracias por
las numerosas muestras de apoyo.
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