El “plan veto” de Ezequiel Galli, ruidos con la UCR y la reaparición de José Eseverri
Por Sergio Di Pino
A contramano del cimbronazo político e institucional que desató el resultado electoral en el país y en la provincia, la semana olavarriense trascurrió con un llamativo silencio de sus principales dirigentes.
Una de las pocas novedades, fue la sorpresiva irrupción de José Eseverri como candidato a delegado de la Lista Amarilla de Coopelectric. Figura central de la escena política local de los últimos quince años, había optado por mantenerse al margen de cualquier tipo de presencia pública, tras su derrota en los comicios de 2019. En ese lapso, su espacio político se desdibujó, hasta apagarse definitivamente con la salida anticipada de Victoria De Bellis del Concejo Deliberante y la falta de participación de sus referentes en las construcciones electorales de la última campaña.
Desde el entorno del ex intendente, insisten en que se trata de una decisión personal, propia de su nueva etapa como empresario, y atan la determinación a la buena relación que mantiene con los directivos de la cooperativa. Según trascendió, el cuerpo de delegados de Coopelectric aparece a la vista del ex Jefe Comunal como un “buen ámbito de participación” que le permite “no especular con un protagonismo”. En ese marco, el principal atractivo sería la “renovación dirigencial que se avecina” dentro de la institución.
El mensaje, va en sintonía con el perfil que el ex Jefe Comunal asumió en los últimos dos años. A pesar de ese genuino esfuerzo por desmarcar su postulación de cualquier interés político, su peso específico como dirigente desencadenó una serie de lecturas y especulaciones sobre su “regreso” a la escena pública.
Es que Coopelectric no es cualquier institución. Sus directivos han hilvanado, a lo largo de su historia, acuerdos de poder con los oficialismos y, en la actualidad, forman parte del grupo político que lidera el intendente Ezequiel Galli. Entre otros beneficios, esa alianza les permitió conservar algunos de los principales servicios municipales concesionados, evitar un férreo control estatal (pese a las quejas vecinales por las prestaciones), conseguir aumentos tarifarios y contar con sus propios representantes en el Concejo Deliberante.
“Ha sido un intendente con una capacidad de gestión. Hay mucha gente que lo sigue y su participación le da un peso a la lista” sostuvo el vicepresidente del Consejo de Administración de Coopelectric, Carlos Díaz, sobre la figura de José Eseverri, en una entrevista con el periodista Daniel Lovano, de diario El Popular.
La noticia, tampoco pasó desapercibida para la lista opositora. “¿Cuál es el miedo para que todo el poder político se junte para combatirnos?» disparó Luis Cavalli. Para el líder de la “Lista Verde Nueva Energía”, los movimientos del arco político- partidario local “significan que no somos insignificantes, que somos ya una representación genuina de un porcentaje de gente de bien, que se anima a manifestarse sin miedo a los poderosos de siempre. Algo está cambiando para bien» advirtió.
Todo se terminó de complejizar, hacia el fin de semana, con la aparente imposibilidad de la lista verde de participar en los comicios. La falta de avales, sería la razón que dejaría afuera a la nómina de Luis Cavalli, algo que se terminará de saber este lunes. Más allá de las resoluciones internas, el dirigente anunció que presentará un amparo judicial contra una medida a la que calificó como “arbitraria”.
Si la designación de autoridades de Coopelectric ya resultaba atractiva, la incursión de José Eseverri como candidato a delegado sumó un nuevo condimento. Aún resta saber si ese interés, propio del microclima político, irradia a la sociedad o si se repite la apatía comunitaria, tan habitual en los últimos años, ante los destinos de una entidad que maneja una buena parte de los servicios públicos de Olavarría.
Los vetos de Ezequiel Galli y la compleja relación con la UCR
La otra gran novedad política de la semana siguiente a las PASO, fueron los vetos realizados por el intendente Ezequiel Galli a dos importantes ordenanzas impulsadas en el Concejo Deliberante. Una de ellas, consistía en la creación de un organismo de control de servicios públicos municipales concesionados, y había sido elaborada por el bloque de la UCR, su flamante “socio” en la coalición de Juntos.
La decisión adoptada, apenas 48 horas después de finalizada la elección, se pareció más a otro capítulo de la conflictiva relación entre el PRO y el radicalismo local, que a ese mensaje conciliador que los principales dirigentes intentaron transmitir, de cara a la sociedad, una vez concluidas las Primarias.
La victoria de Ezequiel Galli en Olavarría fue clara desde lo numérico. Su buen desempeño, le permitió ratificar su liderazgo, tanto en la interna como a nivel global, siendo la nómina más votada entre todas las propuestas que formaron parte de la contienda. Sin embargo, en el plano político, el protagonismo ganado por los boinas blancas, a partir del liderazgo de Facundo Manes, plantea un nuevo modo en la relación local entre ambas fuerzas políticas (eventualmente el radicalismo podría ganar dos bancas en noviembre).
A lo largo de los años, el PRO se mantuvo reticente a integrar al sector que lidera Franco Cominotto. En más de una oportunidad, respaldó a líneas internas que intentaban disputarle la conducción del Comité y la participación radical en el gobierno de Ezequiel Galli se redujo a acuerdos individuales, cuyo ejemplo más emblemático es Ernesto “Gato” Cladera. La postura orgánica de Martín Lastape, que había llegado como “ladero” del histórico dirigente de la UCR, derivó en la fractura del bloque oficialista y provocó una conducta díscola del concejal que, en el último tramo de su mandato, se ha mantenido con una fuerte impronta opositora.
Hasta la campaña electoral no estuvo exenta de rispideces y llegó a su pico de tensión, con los incidentes entre militantes de la UCR y el ex funcionario de Ezequiel Galli, Gastón Acosta, por la colocación de unos pasacalles.
El nuevo escenario post-primarias, planteó la necesidad de gestos y de una mayor apertura a la búsqueda de consensos, para que el mensaje de la foto sea creíble desde las prácticas.
Lejos de esa intención, la primera reacción del gobierno de Ezequiel Galli, consistió en marcar la cancha y explicitar quién tiene el predominio dentro de la coalición. La anulación total de la ordenanza que establecía un organismo de control de concesiones, una idea con la que la UCR ha insistido desde hace una década, no cayó para nada simpática entre los radicales.
Aunque se imaginaban un veto parcial, no esperaban que la respuesta fuese tan contundente. ¿Se reducirá a una cuestión puntual, fundamentada desde lo técnico, o es una primera muestra de la incómoda convivencia a la que se ven forzados por los acuerdos macro?
La desconfianza habría aumentado, ante una supuesta colaboración de algún dirigente radical en la juntada de avales para la lista opositora en Coopelectric, máximo rival del curismo y uno de los socios directos de Ezequiel Galli.
Ante estos movimientos, surgen algunos interrogantes: ¿Podrán hacer una campaña de común acuerdo o cada cual actuará por su lado? ¿Tendrán sus dirigentes la capacidad de limar asperezas o todo decantará en una relación irreconciliable, como ocurre con los candidatos de Juntos en Azul?
La medida, buscaba dar un alivio financiero a uno de los sectores más golpeados por la pandemia con una rebaja que regiría, de forma retroactiva, en el período que va del 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2021.
En sus fundamentos, el gobierno municipal adujo que la “Ley Orgánica de las Municipalidades y el Reglamento de Contabilidad otorgan al Ejecutivo la exclusividad de la iniciativa para la modificación presupuestaria, reservando al Concejo Deliberante la facultad de modificar las partidas correspondientes a su propio presupuesto” y que “establece modificaciones en la Ordenanza Fiscal de tal forma que su aplicación implicaría forzosamente una modificación de los ingresos calculados en el presupuesto vigente”.
Desde el Frente de Todos, cuestionaron con firmeza la medida. Hablaron de una “insensibilidad total” del Intendente y la ubicaron dentro de la “línea que tiene el municipio respecto a la ayuda de los sectores productivos durante la pandemia”.
Además, dejaron entrever maniobras dilatorias por parte de las autoridades del Concejo Deliberante, que habrían tardado varios días en elevar la ordenanza para que el veto no se realizara durante el cierre de la campaña electoral.
En una semana donde prevaleció el silencio dirigencial, los vetos de Ezequiel Galli fueron mensajes concretos para “socios” y extraños. El gobierno municipal dio el puntapié inicial en una partida que recién comienza. De ahora en más, cada espacio deberá repensar sus acciones y mensajes, de cara a unas elecciones generales que ya están a la vuelta de la esquina.
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