Ganar o ganar

Escribe: Carlos Paladino


Sí; en 1946, nuestro país, políticamente, inició un periplo que bien puede ser considerado, una nueva historia argentina. El protagonista, Juan Domingo Perón impulsó una forma de gobernar que no era invento suyo; si no que en su itinerario por Europa quedó prendado del sistema fascista del Duce Mussolini. Un régimen de gobierno que, según se lo mire, se funda en una doctrina que – bien entendido y aplicado – tiene argumentos rescatables y positivos, sobre todo, en especiales circunstancias por las que atraviese una nación. El fascismo conocido es italiano y encuentra su fuente en la unidad de “fasces” (esencialmente alegóricos a la patria y la raza o identidad) que debían consolidar los magistrados de la antigua Roma. El gobernante requería del uso de un despotismo capaz de imponer el autoritarismo –violencia incluida – y el nacionalismo romano, en épocas carentes de sistemas políticos-económicos y sociales, semejantes al de los hoy reinantes. La democracia y la república, en ciernes en la mentalidad de los filósofos clásico. Los fascistas modernos, se valieron de las Guerras Mundiales (por darle reducción a la historia) para darle al autoritarismo. un carácter extremo y al sentimiento patriótico, una excelencia de “ultranacionalismo”, con toda la fobia a lo extranjero que ello conlleva. Las libertades personales e institucionales quedaron adormecidas y aterrorizadas por el método. Un dogmatismo cerrado y desalmado cuyos muertos se contaron por millones. El extranjero, o es un aliado o. un enemigo. Europa, post guerra, se reconstruyó por sobre las ruinas, porque evolucionó en sus procesos democráticos y republicanos de gobierno, única manera de involucrarse en una rueda solidaria y amante de las libertades, que la sacara de los despojos de la beligerancia sufrida. Argentina no tuvo que vérselas con los preludios, ni la contienda, ni con los olores de los escombros que quedan tras una beligerancia mundial acaecida por la locura de líderes fascistas. Éramos una potencia que Europa y el mundo ya registraban con colosal expectativa. Argentina despertaba el interés general; el alcance de su magnitud y el cálculo de probidades la ubicaban entre las grandes por hacer en el mundo. Todavía nadie comprende que nos pasó.
El ensayo fascista de Perón, aspiraba a ser una propuesta que intermediara entre el capitalismo y el socialismo. No resultó por los consabidos vicios de la dictadura fascista. Se suponía que, como muestra basta un botón; pero no, seguimos insistiendo sabiendo de antemano que la frustración era un hecho cantado. La historia se repite dos veces, primero como tragedia, después como farsa. (Hegel)

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Perón, a fuerza de desencantos y fiascos acabó por asimilar las ventajas de la democracia participativa en los actos de gobierno. Terminó convencido, cuando el retorno lo puso de cara con la realidad. Al líder lo postergaron por caducado en su idea revolucionaria; quedó apresado por sus discípulos que aprendieron bien como el ineficaz régimen dictatorial, abusivo y dominante; todavía servía para sacarle la sangre al pueblo haciendo la más cómoda; es decir, expoliar al pueblo. En la maquinación armada para el regreso, la negación y la muerte del General, intervino cuanto faccioso cercano lo idolatró; militantes, políticos, guerrilleros, sindicalistas, religiosos y, por supuestos los militares. Los aprovechados de Perón, le fueron agregando, insurrección armada, crímenes a civiles inocentes, juventudes revoltosas, atentados al gobierno de turno; confabulaciones en los golpes de estado, corrupción, injusticia, delincuencia, inseguridad, pobreza, indigencia, ignorancia, desempleo y, sin mencionar, siquiera, el aprovechamiento compulsivo y arbitrario del Cuerpo Colegiado Privilegiado; quien lo diría, organismo formado por lo mejor de los partidos políticos en boga. Pese al desamparo que viene soportando la población, la gente que le saca provecho al Estado, accede por la voluntad popular. ¿Y qué se les pueda adjudicar a estos dirigentes si han escalado al gobierno por decisión de la voluntad popular?
Claro, hoy en día, nos encontramos en situaciones límites y la ciudadanía resolvió en las urnas darles un escarmiento o, un simple llamado de atención. Está por verse. El presidente adoptó una reacción que hizo que los peronistas de cuna, quisieran ver en él, el surgimiento del peronismo auténtico reflejado en el “Albertismo”. Fue una sensación que quiso ser vista como una insubordinación de Alberto Fernández a la Cristina heroica, que quedó al descubierto cuando se reemplazó parte del gabinete saliente, con ministros “aconsejados” por la vicepresidente. Nada novedoso, Cristina ya había nombrado a la mayoría de los candidatos provinciales. Al respecto, la prensa más importante de Estados Unidos, (New York Times) ante el quebranto eleccionario de las PASO, opinaba, que aquel tándem gobernante “se está desmoronando”; apreciaba que: “También (la elección) renovó el interés por una pregunta que ha sido relevante desde 2019, cuando la expresidenta Fernández de Kirchner ideó un plan para retornar al poder ubicando a Alberto Fernández como candidato a la presidencia: ¿quién está gobernando”? El afamado periódico no se puso en situación; aunque llame al desconcierto generalizado, el “matrimonio político” no puede disolverse. La molestia del escozor terminó, se hizo el silencio y con el nuevo gabinete en acción, el gobierno se puso a trabajar en firme para ganar la votación de noviembre.

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Nos pondremos empeño en analizar la capacidad y la solvencia de los recién designados para salir del atolladero que nos embarga. Los conocemos de sobra Se acoplarán a otros que también sabemos de los antecedentes que portan. En América Latina, esto no resulta extraño. ¿Es común que los dirigentes con frondosos antecedentes ante la ley sean votados o suplantados por otros con iguales causas ilegales pendientes? Con tanta inescrupulosidad evidenciada en el ejercicio de la función pública; suponemos que no. Bueno, en una autocracia avalada por el pueblo (democracia) es normal; porque, no nos hagamos los sordos, la dirigencia de los robos impunes, de la extravagancia política, del asalto a la justicia, etc. que nos manipula, fue seleccionada en democracia. De inmediato y al mejor estilo religioso, salieron a comprar conciencias, (comprar votos), de la manera más ignominiosa para un individuo. Reparten legumbres, carne, frutas, productos de primera necesidad. Cocinas, máquinas, bicicletas y todo lo que se tenga al alcance de la mano. Hay una máquina impresora que abastece permanentemente de dinero a los “tauras con plata ajena”. Juguetes también regalan. Es una vieja costumbre peronista, pero, el peronismo de Perón lo hacía con más tacto, con sutileza si se quiere. El 6 de enero, Día de Reyes, en el edificio del Correo del pueblo, los chicos podían ir a retirar algunos regalos acordes a la fecha bíblica. Eran tiempos donde no todos los padres podían comprar un juguete. Abreviando; toda la repartija que oportunamente se realiza, justo ahora, es para su suplir las escaseces heredadas de Mauricio Macri, que, en verdad, no les dejó un gobierno en óptimas condiciones de administrar. Recordamos, por las dudas, que el presidente Alberto Fernández, el día 23 de febrero dijo en el diario La Gaceta “Cristina dejó una Argentina enferma” En ningún momento se ha sugerido el faltante del PBI, asumido por Macri.
Pero, no es todo, tomaron como suyas algunas recetas del liberalismo adversario, enemigo y perverso con el ciudadano. Se puede andar sin barbijo; el gobernador Kicillof determinó que los sábados las escuelas se abran para que los alumnos recuperen clases, ahora les aflojaron un poco las riendas a los contribuyentes del Impuesto a las Ganancias. Se permite jugar a la pelota, etc. Se deduce que Alberto Fernández continúa con su compromiso presidencial, y lo desempeña haciendo campaña proselitista e inaugurando obras de cualquier especie, acompañado por Kicillof o algún funcionario que cuide lo que va a decir, no sea cosa que meta la pata. Gobernar quedó a cargo del nuevo gabinete, con ministros viejos.

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En realidad, poco o nada les importa la estrategia que llevan a cabo. Tienen que revertir el resultado de setiembre, sea como sea, caiga quien caiga; menos ellos, claro.
Y si nos permiten una opinión. Creemos que hay que darles la razón en el mecanismo puesto en práctica para sobrevivir y controlar el poder político de la nación. El acumulado de culpas impagas, estarán garantizadas permaneciendo bajo la cobertura de un régimen autocrático. Seguridad, en este momento, no se las brindarán otras iniciativas de gestión más honestas, no va con ellos, ni tienen tiempo. Además, son procedimientos con los que están familiarizados. ¿Disponen de muchas alternativas, un poco más “sanctas” para resolver rápido el conflicto?
Perder las elecciones no es una opción válida para ellos. De no ser así, tendrán que rendir cuentas a la Justicia… ¿después de tanto tiempo? ¡No es justo!

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