Kolbe, pan partido

Los santos son un don de Dios para la Iglesia y la humanidad. Entre ellos, se encuentra Maximiliano Kolbe. El 14 de agosto celebramos su fiesta. Es invocado como “patrono de las familias y patrono de nuestros difíciles tiempos” .Fue un sacerdote franciscano, impulsado por un gran ideal: “llevar la Inmaculada a todos los hombres, para que por medio de Ella lleguen a Jesús”. Kolbe hoy, bien puede definirse como un neto miembro sinodal , testigo del amor de Dios “pan partido” para continuar donándose en bien de cada hermano ,para caminar juntos como realización y manifestación de la naturaleza de la Iglesia como pueblo de Dios peregrino y misionero para renovar la entrega como testigo del amor de Dios.
Kolbe, el santo de la solidaridad y mártir de la caridad, recordemos juntos… Dentro de los campos de concentración de Auschwitz, la gente moría de hambre, de fatiga, de desesperación, torturada, ahorcada, en las cámaras de gas. Un día un gesto de amor trastornó la lógica brutal del campo, un fraile, sacerdote polaco se ofreció a morir en lugar de otro compañero, padre de familia. Ese fue Kolbe. Bien podemos decir: el santo de la sinodalidad que se hizo “pan partido “al estilo de Cristo ”. “Como Cristo, Kolbe se hace Eucaristía, nuevo trigo destinado a alimentar. Con María, Kolbe se hace Eucaristía, pan partido para unir a la humanidad” (A.D., 2003).
Tanto ayer como en este hoy convulsionado por tantos males que asfixian a cada ser humano desde su más tierna edad hasta sus últimos años que no lo dejan crecer y mirar a lo alto, anegados por el error y el odio , por la indiferencia; Kolbe se convierte en “un referente sinodal “. Nos dice el padre Luis Faccenda, (fundador de las Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe): “…él está vivo en su espíritu, en su testimonio de amor a Dios, a María Inmaculada, a la humanidad. Vivo en su dinamismo misionero sin fronteras. Vivo para interceder como “patrono de nuestros difíciles tiempos” para que, nosotros también podamos ser santos: hombres y mujeres para los demás”.
Miremos a Maximiliano Kolbe como “pan partido” al estilo de Cristo para donarse a los demás, ayer, en el campo de concentración, hoy, aquí y ahora que nos convoca a ser familia eclesial que avanza en sinodalidad, caminando juntos. Que podamos expresar esta donación de nosotros mismos en el modo de actuar, que en el fondo es el servicio. En el modo de celebrar la Eucaristía y en el modo de anunciar dando testimonio en medio del mundo. “Miremos a Jesús, hecho Pan de vida en la Eucaristía, Jesús “ se parte y reparte “ todavía para nosotros hoy, para compartir su vida con la nuestra, abrazar nuestras debilidades, sostener nuestros pasos cansados y sanar nuestro corazón”. (Papa Francisco, Canadá, el 28 de Julio).
(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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