La virtud de lo raro

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José Segundo «Iosi» Havilio nació en Buenos Aires en 1974. Es artista plástico y escritor. En 2006 sorprendió a la crítica literaria nacional con una novela que rápidamente se convirtió en éxito editorial y fue traducida a varios idiomas. Opendoor, publicada por Editorial Entropía, cosechó elogios de gurúes de la literatura argentina como Beatriz Sarlo o Rodolfo Fogwill.
Opendoor está narrada en una primera persona algo tramposa. El autor juega en el lector y lo induce a desnudar ciertos prejuicios que de tan arraigados se convierten en sentido común. Alguien que estudia en la universidad y trabaja en una veterinaria, debe viajar a la localidad de Open Door, en las cercanías de la ciudad bonaerense de Luján, para diagnosticar un caballo enfermo.
Ese viaje a Open Door, donde funciona un establecimiento siquiátrico de “régimen abierto”, en el que los pacientes gozan de libertades que no tendrían en un hospital convencional, cambiará para siempre el destino del personaje.
Nada es lo que parece en una novela que empieza a sorprender al lector desde sus primeras páginas y no dejará de hacerlo hasta el final.
El relato está escrito con una vertiginosidad asfixiante y devoradora al mismo tiempo. Opendoor es de esas novelas que uno las empieza a leer y no pude dejarlas hasta llegar a la última página.
No es raro que la “novedad”, en materia literaria, venga de afuera, es decir de alguien de otro palo, en este caso del palo de la filosofía, el cine y la música, que son algunas de las pasiones de Havilio además de las artes plásticas.
Como muchas de las novelas argentinas de este siglo, Opendoor camina por el borde del realismo pero sin pisarlo. Situaciones que nunca se resuelven, circunstancias que juegan entre la posibilidad de darse del lado de la realidad o del lado de los sueños y actitudes extrañas que sin embargo no sorprenden a los personajes, confieren al texto un aura de misterio que resulta agradable, intrigante, y se convierte en el motor que le da dinámica al relato.
La historia de Opendoor continúa posteriormente en Paraísos, Mondadori 2012, novela en la que el autor retoma la misma historia y la misma voz que nos cuenta Opendoor.
En resumen, en estos días de vacaciones de invierno que se vienen, tanto para aquellos que realmente hacen una pausa de quince días en sus ocupaciones habituales como para aquellos que siguen con la rutina pero prefieren quedarse adentro por el frío, Opendoor es una excelente oportunidad de dejarse llevar por un relato entretenido y audaz, que, como toda buena literatura, nos hará ver este incomprensible universo que nos rodea de otra forma, más amplia, más bella.

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