Las aperturas sociales y el microclima de la política
Por Sergio Di Pino
Un video del último fin de semana, en el que se veía a gran cantidad de jóvenes amontonados en la puerta de ingreso a un boliche, la mayoría sin barbijos, recorrió las redes sociales y generó un amplio debate en la comunidad olavarriense.
La imagen se utilizó, a modo de contraste, con el esfuerzo realizado por los estudiantes de nivel primario e inicial; de sus docentes, auxiliares y directivos al afrontar, al día siguiente, el tan esperado regreso a clases presenciales, bajo estrictas medidas de higiene y seguridad.
Como representación icónica del debate, puso en evidencia las dificultades para el pleno cumplimiento de los protocolos de circulación social, a partir de la extensión horaria. Condensó una escena, que se repitió en los alrededores de la gran mayoría de los bares y cervecerías que bordean al Parque Mitre, un sector que desplazó al centro de la ciudad, como la zona predilecta de la movida nocturna local.
Lejos de una concepción que estigmatiza y propone acciones punitivas hacia los jóvenes- aunque no por ello hay que dejar de pedirles responsabilidad en los cuidados personales y colectivos-, el acento debe ponerse en dos aspectos que ya habíamos insinuado la semana pasada: ¿Existe capacidad y voluntad real del Estado para realizar controles adecuados en los lugares preferentes de circulación de la juventud? Por otro lado, ¿se observa responsabilidad social en los empresarios de la noche con el cumplimiento de los protocolos? Tantos meses de penurias económicas, no los exime de sostener un firme compromiso con los cuidados sociales de la salud, a la par de la legítima finalidad del lucro, que persiguen sus emprendimientos.
La exposición, en medios de comunicación, de fuertes multas a reuniones sociales de más de diez personas en domicilios particulares y la escasa publicidad, de sanciones por incumplimientos contra los principales centros de esparcimiento nocturno, hacen que el descrédito social sea generalizado. No hablamos aquí, del trabajo de los agentes de seguridad, que hacen lo que pueden para concurrir, de un lado a otro, ante la proliferación de llamados vecinales, sino de la necesidad de políticas públicas que involucren a todos los niveles del estado y que conciban, en esta particular coyuntura, la urgente necesidad de un abordaje integral para la tríada salud- nocturnidad- educación.
La preocupación se incrementará, inevitablemente la próxima semana, cuando se produzca el retorno a las aulas de los estudiantes del nivel secundario. ¿Qué sentido tienen los férreos controles en los colegios si no se pueden garantizar cuidados en la nocturnidad?
A la situación, se sumará la proliferación de juntadas clandestinas, que inevitablemente tendrán lugar esta semana, como parte de los ritos de despedida del Último Primer Día (UPD). Aquí sí, el Estado promociona y anticipa fuertes controles.
Desde provincia, circuló una comunicación en la que se plantea a las autoridades y docentes, algunas estrategias de abordaje de la situación y la búsqueda de “acciones situadas y anticipatorias, de carácter preventivo y enmarcadas en las políticas integrales de cuidado” para cuando los jóvenes sean recibidos en las instituciones escolares.
El Municipio anunció un “operativo especial” para “acompañar a la juventud” y propiciar que los eventos se desarrollen “de manera normal y evitar inconvenientes mayores”. La Jefatura Distrital de Policía, en tanto, informó un fuerte despliegue, con el fin de “reforzar los operativos y controles sobre el Parque Mitre, distintos espacios verdes y en los sectores de quintas” y enfatizó que las reuniones autorizadas “son de hasta diez personas en lugares al aire libre”.
Los esfuerzos estarán concentrados entre la noche del domingo y la jornada del lunes. Aunque muchos eventos ya estaban armados, con lugares alquilados con antelación para dicha jornada, cabe mencionar que el regreso de los jóvenes a las aulas será escalonado. En ese caso, el retorno de algunos cursos, correspondientes a los últimos años, se dará recién a mitad de la semana. Si se tiene en cuenta que el ritual finaliza con la llegada a los establecimientos, ¿estuvo considerada esta situación? Por otra parte, hay que prestar atención al enojo de los jóvenes: ¿Por qué no se pone el mismo énfasis de control en los lugares de esparcimiento nocturno?
La apertura de sesiones
El epicentro político de la semana se produjo, el viernes, en el recinto del Concejo Deliberante. Galli dejó inaugurado el periodo ordinario de sesiones 2021, con el tradicional discurso de apertura.
A las presencias habituales, se sumaron la del ex intendente José Eseverri, quien respondió a “una invitación institucional” y la de la senadora por la Séptima, Lucrecia Egger, en otra clara ratificación del tándem Olavarría- Azul, de cara a la disputa por los lugares protagónicos en la lista seccional de Juntos por el Cambio.
Como era de esperarse, el repaso estuvo centrado en las dificultades que ocasionó la pandemia. Fue un parámetro, casi excluyente, en el análisis de lo realizado durante el 2020: “hubo que repensar todo lo proyectado para el año” sostuvo Ezequiel Galli. Su alocución, contó también, con algunos (pocos), anuncios de cara al 2021, en “un año que se sigue presentando incierto”.
En materia de salud, Galli destacó el “no colapso del sistema sanitario”, la inauguración del Laboratorio de Biología Molecular – que permitió la realización de más de 20 mil testeos- y, quizás, uno de sus mayores aciertos para la contención de los casos durante la pandemia: la implementación del Programa Rastrear-Testear-Aislar (RTA).
Consideró que la aparición de la vacuna, “trajo una luz de esperanza para este 2021” y mencionó al Hospital Municipal, como uno de los centros de inoculación contra el Covid-19. Omitió referirse a los tironeos previos por los lugares de la vacunación y no habló del escándalo registrado con las 400 dosis perdidas en el Hospital de Oncología.
“Sostener el equilibrio entre la Salud, lo Económico y lo social” fue la frase que introdujo, como transición, para analizar otras dimensiones centrales de la gestión.
En materia económica, manifestó que “no fue un año fácil”. Explicó el inicio del 2020 “con una recesión económica nacional” que derivó en la “declaración de la emergencia económica, administrativa y financiera” y siguió con “la emergencia sanitaria”. Mencionó una baja en la recaudación, en los primeros meses del año pasado, y una mejora en el segundo semestre: “con mucho esfuerzo se pudo cerrar con las cuentas municipales equilibradas y con la deuda a proveedores saneada” dijo.
En cuanto a obras, destacó la inauguración de la pista de atletismo, la finalización de trabajos de infraestructura escolar y el nuevo sistema de iluminación del Parque Industrial “Los Fresnos”. Se refirió brevemente a los reclamos de las localidades: “hemos estado enfocándonos en cuidarlos. Lo proyectado se alteró y se enmarcó en las acciones urgentes y necesarias para cuidar a todos los olavarrienses por igual” se excusó.
También le dedicó un párrafo a la trasparencia: “Seguimos siendo una de las 3 ciudades más transparentes del país” se jactó. No se refirió, sin embargo, al reclamo de la ciudadanía para poder conocer la lista de personas que accedieron a la vacuna y, descartar así, situaciones de privilegios.
En materia de anuncios, Ezequiel Galli mencionó la compra de “respiradores y ambulancias” y la reactivación de “la primera etapa del nuevo edificio de Internación y Servicio de Gastroenterología del Hospital”. Anticipó la “segunda etapa de la obra del Centro Deportivo Municipal” y mencionó que retomarán los trabajos para el inicio de un- demorado- Programa de Viviendas TU.VI.10 (40 viviendas en 2021) y en el “Hospital Veterinario Municipal”. Otro punto saliente, será la puesta en marcha un mecanismo de trabajo participativo para la discusión de la nueva concesión del servicio interurbano de pasajeros que vence en 2022.
Desde el Frente de Todos, hablaron de grandes “olvidos” y de un discurso con “un poco de sabor a nada”.
El presidente del interbloque, Guillermo Santellán, advirtió que no existe “una propuesta concreta de la ciudad a la que nos dirigimos” y remarcó la deficiencia en el trabajo con las localidades. Mencionó que no hubo reconocimiento a la ayuda del gobierno nacional y provincial y el olvido de “los 354 millones de déficit del año anterior”.
En el mismo sentido, Mercedes Landívar enumeró “notables ausencias en el discurso del Intendente Galli”. Se olvidó de mencionar “que arrancó la gestión del 2020 con un déficit de 354 millones de pesos”, la ayuda financiera del gobierno de Axel Kicillof “para pagar salarios”, “los millones de pesos inyectados en la economía local por el gobierno nacional entre ATP, IFE”, “el recorte a los trabajadores de cultura” o “el trabajo en conjunto con referentes del Frente de Todos para acceder a distintas políticas públicas del gobierno Nacional Y Provincial”.
Una voz más conciliadora, fue la del ex intendente José Eseverri, quien calificó como “una buena noticia” que el Municipio tenga las “cuentas ordenadas y equilibradas”, los anuncios en salud y la “discusión participativa sobre el transporte público en la ciudad”.
Mientras la sociedad se acomoda a su nuevo ritmo de vida, signado por el regreso a las clases presenciales y la mayor apertura de actividades, la política hace equilibrio entre las acciones y discusiones para atravesar la pandemia, las tareas habituales en los ámbitos ejecutivo y legislativo y los movimientos, de cara a lo que nadie dice, pero todos saben: es año electoral, con todo lo que eso implica.
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