Panorama político bonaerense: El momento de la guerra interna generalizada


Por Andrés Lavaselli

En la política bonaerense campea una (no tan) curiosa coincidencia, más o  menos generalizada: a medida que se acerca el momento de la pelea por el poder real en las urnas, las disputas internas se exacerban. La novedad es el estallido en La Libertad Avanza, que traduce en la Provincia un enfrentamiento de pesos pesados, Karina Milei contra Santiago Caputo, justo cuando Mauricio Macri ordena máxima intransigencia en las negociaciones por un acuerdo electoral. Pero en el peronismo las cosas  no están mejor: con  su relación fracturada, Axel Kicillof y Cristina Kirchner hablan de unidad pero en los hechos se preparan para un enfrentamiento, que además podría sumar nuevos capítulos en la Legislatura en breve.

La pelea libertaria viene de lejos, pero tuvo esta semana dos casus belli bien bonaerenses: la expulsión del titular del PAMI en  Junín, Alfredo Pascual, que se dio justo después de que, en su rol de presidente de partido local –en el que también fue reemplazado- echara a la militante Marina Biagetti. El otro motivo de disputa fue la entronización como coordinadora de la primera sección electoral –el norte relativamente acomodado del conurbano- de Andrea Vera, una médica que genera fastidios y reproches porque es la hija del diputado libertario  Mariano “Nene” Vera, de larga militancia en el kirchnerismo (y también en el massismo) en un distrito caliente del gran Buenos Aires: Moreno.

Un repaso ultra resumido de alineamientos e intervenciones permite darle coherencia, hacer inteligibles, las rencillas: Pascual responde al armador y presidente del partido en PBA, Sebastián Pareja, que fue por otra parte quien designó a Vera. Biagetti fue defendida en público por Daniel Parisini (aka “El Gordo Dan” en X) referente de la agrupación Las Fuerzas del Cielo. Pareja es el delegado de Karina en la Provincia, Parisini es un soldado de Caputo. Emerge con claridad la batalla de fondo entre la hermana del presidente y su asesor estrella, hombre fuerte del gobierno como el mismo Javier Milei se encargó de dejar en claro cuando lo puso por encima del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Es una disputa que va más allá de algunos nombres propios. Como pasa a veces con las peleas familiares, un primer condimento es la virulencia. Lo demuestra el comunicado sobre la situación de PAMI que emitió el ministro de Salud, Mario Lugones, después de echar a Pascual. Allí se apunta a la utilización del organismo como “caja de la política”. Ese funcionario es padre del socio de Caputo en Move, la consultora del híper-asesor. Velada, la acusación de Caputo escala hacia Karina y los hermanos Menem, con injerencia en la obra social. Todo en medio de rumores de más casos, en al menos tres distritos del Conurbano. De las “Fuerzas” surge también nace el señalamiento del pasado de Pareja junto a Emilio Monzó. “Un casta”, sería la objeción.

¿Pero por qué pelean Karina y Caputo? Hay una diferencia de mirada estratégica, que habría quedado plasmada en una reunión que mantuvieron hace unos días. Karina impulsa la idea de jugar solo con los propios y en todas las elecciones, Caputo cree que eso complica la relación con  gobernadores que  facilitan las leyes que necesita LLA. Los dardos van y vienen: el asesor habría facturado la derrota en Santa Fe, la hermanísima dejado en claro que sospecha poca colaboración de Caputo en el comicio. Por supuesto, también hay una pulseada por las listas, sobre todo por las bonaerenses. ¿Karina pondrá solo propios como en CABA, o las Fuerzas del Cielo, la armada digital del asesor, tendrá los espacios que reclama? Final abierto, por ahora.

El pico de tensión  libertario se da en el peor momento del tira y afloja con el PRO. Esta semana, Mauricio Macri bajó en privado una orden en línea con los durísimos cruces públicos que  mantuvo con Milei, que por primera vez le respondió en el mismo tono. “Empiecen a sondear a nuestros ex socios (en Juntos por el Cambio, radicales y CC), acá  no hay acuerdo si no es partido a partido”, dijo en un encuentro con el bloque de Senadores bonaerenses de PRO. Los términos en los que se habría referido allí a la condición psíquica de los hermanos Milei dan cuenta de su enojo. Cristian Ritondo, el encargado de las negociaciones, hace malabares y dice que aún falta. El problema de Macri, de todos modos, es que pocos se quieren plegar a lo que puede ser una estrategia de derrota si no hay acuerdo. El riesgo para el sigue siendo la fuga de dirigentes a las listas libertarias.

¿Ruptura en unidad o a secas?

En el peronismo, la ruptura entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner relega por ahora al campo de la retórica las apelaciones de ambos sectores a la necesidad de lograr listas de unidad para vencer a los libertarios. En cambio, ambos espacios tratan de fortalecerse a sí mismos, una forma de estar listos por si lo que ocurre es una extensión de la ya irreversible fractura política (y personal) al armado electoral. El gobernador prepara un acto para lanzar el Movimiento Derecho al Futuro, con exclusión  del camporismo, y busca sellos partidarios que le sirvan para competir solo con  los suyos si la sangre llega al rio. Máximo Kirchner hace campaña en el Conurbano sin mencionar a Kicillof, con pasacalles y cartelería que protagoniza la expresidenta.

Por  momentos, el juego entre ambos sectores parece ser el de culpar al otro por una ruptura. Pero también hay islas de dificultoso entendimiento. Parece ser lo que ocurrió con el debate sobre los plazos electorales. “No estamos de acuerdo en todo, pero no vamos a ser un obstáculo, dijo a DIB Teresa García, la senadora cristinista. En gobernación creen que se podría avanzar con las fechas que propone la Junta Electoral, que Kicillof acepta pese a que no son las que querían. Además, el gobernador recibió un llamado de un dirigente del oficialismo radical que le contó en, en un zoom realizado a principios de la semana pasada, la dirigencia de ese espacio decidió “por mayoría” acompañar. Se comienza a discutir el lunes.

Las señales son de todos modos contradictorias. En la misma legislatura avanzó un dictamen de comisión para condonar por un año más la deuda contraída por los municipios con la provincia por el fondo Covid. Kicillof había pedido a los legisladores del oficialismo que haya una negociación en conjunto con el proyecto de endeudamiento por 1.200 millones de dólares que pide para cerrar el año sin  sobresaltos. Eso no ocurrió y las luces de alarma volvieron a encenderse: “Están tratado de hacernos romper”, dice  en el MDF. Aseguran que había habido un pre acuerdo por este tema trabajado por el ministro de Economía, Pablo López. Y sospechan que se cayó por orden de Máximo Kirchner.

En ese contexto, el gobernador se sacó una foto con Federico Storani, con quién lo une una larga relación y un diagnóstico compartido sobre la situación del país. Hubo quienes quisieron conectar la imagen con la postura de Hilda Kogan, designada en la Corte con intervención del dirigente radical, sobre el calendario electoral. En gobernación lo desmienten: fue una señal de cómo piensa Kicillof el futuro político a mediano plazo, tal vez mas allá de este turno electoral. “No hubo contactos con otros radicales alineados contra Milei”, explicaron  a DIB. Carlos Bianco, de todos modos, le puso el condimento de actualidad: “hay sectores (de la UCR) que tienen más coincidencias con nosotros que con  Milei”, dijo. (DIB)

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