Panorama político bonaerense: Recalculando… ¿O no tanto?

Los efectos políticos en la provincia de la demora rusa en la entrega de vacunas. Un problema global, con efectos locales.


Por Andrés Lavaselli

Casi fue una versión elemental, directa, del efecto Mariposa: Algo, todavía no se sabe bien qué, alteró la producción de la Sputnik V en unas plantas situadas en las remotas India y Corea del Sur y el gobierno de Axel Kicillof, al otro lado del planeta, terminó obligado a rediseñar el operativo que esperaba marque, tal vez como pocas otras cosas, el ingreso gradual a la aún incierta era de la pos pandemia, uno de los cuyos mojones es el debatido retorno de las clases presenciales en marzo.

Las demoras en producción de vacunas por parte de las farmacéuticas, y por lo tanto la ralentización de los operativos de vacunación, son un problema global, que atraviesa modelos de fabricación y territorios disímiles entre sí. La disputa entre AstraZeneca y la Unión Europea es un ejemplo contundente. Y lo mismo pasa con la presencialidad escolar: El periodista Andy Jud, un reconocido anti K que vive en Washington, suele indignarse con la oposición argentina porque idealiza EE.UU “y nunca dicen que acá las escuelas están cerradas hace 10 meses”.

Pero aunque el problema sea general, sus efectos políticos son localizados. La promesa de traer 2 millones de dosis (1.5 millones para la PBA) a comienzos de febrero, la hicieron Alberto Fernández y Kicillof, no Vladimir Putin. Por lo tanto, el incumplimiento, aunque sea responsabilidad rusa, es un problema político para el Presidente y el obernador. Lo demostró un efecto de agenda: La pandemia en modo pesimista organizó la conversación pública, justo cuando PBA había definido la reapertura de las escuelas sin conflictos con los gremios.

La primera cuestión fue, entonces, recalcular. Pero en un contexto muy particular. El lunes Provincia tendrá disponibles 45 mil dosis del componente uno de la Sputnik V uno y otras tantas del 2. Son las que llegaron en el último flete moscovita de Aerolíneas. En el gobierno provincial no dan por hecho nada más: no tienen certezas de Nación sobre cuándo habrá más disponibilidad de vacunas, dicen. Es una prudencia mayor a la del Fondo de Inversión Directo de Rusia, que estimó en 2 a 3 semanas de demora.

Tanta reticencia local suena a experiencia procesada: aun si hubiese alternativas para salvar el retraso ruso, es posible que no quisiera comunicarse por temor a un nuevo incumplimiento. La versión sanitaria del viejo refrán. “El que se queda con leche ve una vaca y llora”. Como fuere, por ahora el mensaje que emite el entorno de Kicillof es “no hay plan B” al ruso, más allá de lo que pueda llevar vía iniciativa COVAX. En resumen: la vacunación seguirá en los carriles previstos, pero irá mucho más lento que lo provisto.

En ese sentido, mantienen cuatro proyecciones clave: 1) En marzo arrancarán sin contratiempos las clases presenciales, aunque por ahora solo hay dosis aseguradas para docentes en riesgo, unos 28 mil (el resto son ancianos en geriátricos)  2) En invierno estará  vacunada gran parte de la población objetivo 3) Derivada de lo anterior: tal vez la segunda ola no sea tan devastadora 4) Aún incipiente, lo que exista de recuperación económica no se verá afectada por esto, porque no hay todavía previsión de cerrar ramas de actividad reabiertas.

Todas y cada una de las previsiones transitan sin embargo zonas de dudas. Es cierto que hay un acuerdo con los docentes para volver a la presencialidad, con un esquema de clases por turnos y utilización de clubes para ampliar la capacidad delas aulas ¿Pero será sostenible si aumentan los contagios y a la vez hay relativamente pocos maestros vacunados? La  hipótesis sobre el invierno se apoya en la idea de que desde abril, a más tardar, podrá acelerarse el operativo porque se estabilizará la llegada de vacunas. Sin embargo, al mismo tiempo se acepta que aún no hay certezas sobre volúmenes y flujos. Finalmente, hay funcionarios, como el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, que pronostican una segunda ola inevitablemente dura. O muy dura.

En ese revés de la trama de las proyecciones que circulan por los despachos más importantes de la gobernación anida la posibilidad de un 2021 en espejo con 2020. Una pesadilla que si bien el gobierno cree haber aventado, impone una mirada sobre los tiempos de la salida. La demora rusa  -la demora global de las vacunas- abren la posibilidad de un primer semestre todavía muy intensamente atravesado por la pandemia. Es el dato que ya comenzaron a procesar a ambos lados de la grieta: En esos seis meses se definen las candidaturas. (DIB) AL

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