El sueño de Andy
Por Juan Falcone
Firme junto a su equipo de trabajo en la bajada adaptada se encuentra Andrés Cristaldo, o como se lo conoce popularmente, “Andy”. Es un joven con síndrome de Down, de 22 años de edad, quien hace meses completó en Azul el Curso de Guardavidas, para en esta temporada de verano estar en el lugar al que siempre quiso llegar, el puesto de Guardavidas.
Andy le contó a La Voz del Pueblo (donde originalmente se publicó está nota) que comenzó este año junto a su equipo en la bajada adaptada, que es un objetivo cumplido, y que su labor está impulsada “con el sueño de ayudar”.
Pero Andy ya lleva tiempo asistiendo en la playa, estando a pie de cañón para dar una mano siempre que haga falta. Se lo podía ver junto a su padre trabajando con la silla anfibia, ofreciendo baños adaptados, una innovación que hace años se lleva a cabo en el mundo, ayudando a que las personas con dificultades en su movilidad puedan eliminar barreras y disfrutar del mar con seguridad.
El padre de Andrés, Claudio Cristaldo, también conversó con este diario durante la tarde playera, donde compartió el orgullo de ver a Andy cumpliendo su sueño de ser parte del cuerpo de Guardavidas.
Claudio inició con un: ¿Qué te puedo decir yo como papá? Y con eso describió todo. El orgullo de un padre que se transmitía a cada palabra pronunciada por Cristaldo, quien está “orgulloso de lo que ha logrado Andrés”.
Y comentó que desde muy pequeño Andrés tiene contacto con la natación, y siempre se pronunció con una idea muy clara: “desde que tenía meses de vida ya empezó a nadar. Cuando era chiquitito él venía conmigo a la playa y siempre tuvo el sueño de ser guardavidas. Él tenía dos o tres años y en vez de estar con nosotros en el campamento, se iba con los guardavidas.
Cristaldo subrayó la disciplina y el empeño de Andrés para llegar a este tan ansiado momento, “él siempre decía que quería ser guardavidas, soñaba serlo y la luchó, la peleó, hizo un gran esfuerzo por lograr lo que en este momento está viviendo”.
Pero su labor en la playa fue conjunta, ya que Andrés siempre fue una pieza fundamental ayudando con los “baños asistidos” y la silla anfibia: “Con los guardavidas empezó ahora el primero de enero y va a cubrir enero y febrero, por este año va a ser estos dos meses. Pero ya venía colaborando con los chicos otros años atrás, igual que con nosotros, con la silla anfibia, siempre nos daba una mano, estaba integrado”.
Desde el rol de padre de un joven con síndrome de Down, Claudio comparte un mensaje para todos los padres que pasan por una situación similar: “No bajen los brazos, luchen por los sueños de sus hijos, porque no es fácil. Actualmente, se han abierto un poco las barreras que antes había para integrar a una persona con discapacidad, pero no es fácil, y como todo padre, hay que seguir luchando siempre para que los hijos puedan cumplir sus sueños”.
Baños asistidos
Claudio cada verano está encargado de los baños asistidos, una propuesta necesaria para que cualquier persona pueda disfrutar de los encantos que tienen nuestras playas. Los baños con silla anfibia en la playa son instalaciones diseñadas para permitir el acceso y disfrute de las personas con movilidad reducida o discapacidades físicas en entornos playeros. Estos baños están equipados con sillas anfibias especialmente diseñadas para facilitar el ingreso de las personas con dificultades de movilidad en el agua.
Un baño asistido con silla anfibia generalmente implica que el usuario pueda ingresar a la silla en la playa, moverse por la arena hasta la orilla del agua, y luego flotar en el mar con la silla anfibia. Esto proporciona a las personas con discapacidades la oportunidad de disfrutar de las olas de una manera segura y accesible.
Esta propuesta hace años es parte de los esfuerzos realizados en las localidades costeras para que las playas sean cada vez más inclusivas y accesibles, a lo que Cristaldo añadió: “Año a año se acerca cada vez más gente que la necesita y requiere de nuestro servicio. Me pone muy contento porque con el paso del tiempo siempre sumamos alguna cosita más para reforzar el servicio”.
Y remarcó la necesidad de contar con estos espacios en las zonas balnearias, con una frase que pregona: “capacidades diferentes no tienen que ser oportunidades diferentes”.
Para finalizar habló de la satisfacción que genera en las personas que necesitan de la silla anfibia, y lo que significa contar con esta herramienta para contenerlas y darles un servicio: “Es muy importante para nosotros turísticamente, la gente tiene que tener la posibilidad de disfrutar la maravilla que es el mar. Para las personas con movilidad reducida, contar con este servicio es crucial. La gente que verdaderamente lo necesita nos agradece y no nos tendrían que agradecer nada porque, sinceramente, es algo que tiene que estar en todos lados. Nosotros contamos con ese servicio y vemos día a día su satisfacción”, concluyó.
Fuente: La Voz del Pueblo
Fotos: Carolina Mulder
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