Crimen de Sandra y Thiago: La carta del homicida que revela una perversa planificación del asesinato

Marcelo Enne los asesinó el jueves.


Con información de Telam.

Marcelo Ene planificó, ejecutó y decidió dejar registrado todo lo que hizo y lo que pensó para matar a Sandra Aguer y Thiago Contreras. El crimen descubierto el martes conmocionó y movilizó a Olavarría.

Sandra tenía 53 años y su hijo Thiago tan solo 13 convivían con el asesino quien tras ultimarlos y ocultarlos en un freezer se quitó cobardemente la vida para culminar un plan cruento.

En la carta, Ene confirma que para matar a sus víctimas usó una maza y que lo hizo el jueves de la semana pasada en el interior de la vivienda ubicada en Lisandro de la Torre y Santa Cruz.

«El jueves exploté», escribió el homicida permitiendo confirmar que los asesinatos fueron dos días después de la última vez que Thiago fue a la Escuela.

«Me levanté sin decir nada, agarré el martillo, entré a la pieza sin mediar palabras y le di 10 martillazos en la cabeza y luego fui al futón y le di otros 10 martillazos al pendejo (sic)»

Para Ene era «insoportable y estresante» convivir con sus víctimas y eso fue lo que lo llevó a matarlos cobardemente.

«Yo sé que no se justifica lo que hice. Fue una reacción de la cual me arrepiento», se lee en la carta de la que se fueron conociendo algunos detalles y dice además que estaba «cansado» de llegar del trabajo y tener que hacer las cosas de la casa como «cocinar», «lavar los platos» o hacer «los mandados».

Entre la catarata de justificativos, el femicida y homicida dejó escrito: «Yo era una mucama acá» y «me llenó los huevos».

«Era algo insoportable y estresante llegar todos los días de trabajar y problemas tras problemas y yo no hacía más nada que trabajar, cocinar y dormir», señaló Ene.

También en la misiva final asegura que Sandra no lo dejaba hablar con sus amigos o tomarse una cerveza.

Enne dijo que Thiago, su segunda víctima, era «maleducado, prepotente, caprichoso y altanero», entre otros calificativos.

Además, el suicida escribió «fui un hijo de mil puta. Solo me queda pedir perdón, pero el perdón no arregla lo que hice. No le digan a mi vieja, tírenme al arroyo y listo».

La frase final habla de la planificación: «los metí al freezer para que puedan velarlos como corresponde».

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