Omar Rojas, histórico dirigente de la AJB Azul, está preso

Diario El Tiempo.

«Un aumento verificado de peligro cierto de frustración del proceso» se constituyó en la circunstancia valorada para ordenar la detención de Omar Guillermo Rojas, histórico dirigente de la AJB Azul, sindicato de los trabajadores judiciales.

La medida cautelar se hizo efectiva, después de que a principios de este mes fuera confirmado desde Casación el fallo que había condenado en agosto de 2021 a cinco años y diez meses de prisión al ex Secretario General de la Asociación Judicial Bonaerense de la Departamental Azul.

Aquella sanción -que aún no adquirió rango de firmeza, más allá de esta ratificación desde la Alzada con asiento en La Plata- le había sido impuesta en un juicio realizado en el Palacio de Justicia local.

En ese proceso, el otrora dirigente gremial y docente fue declarado autor de tres hechos de sustracción de persona con fines de menoscabar su integridad sexual -rapto-, los cuales en julio de 2016 tuvieron como víctima a una joven que padece un retardo madurativo.

Después de que el pasado día 5 del corriente mes se conociera lo resuelto en Casación, un pedido formulado desde la UFI 1 -teniendo en cuenta que en el debate había intervenido el titular de esa fiscalía, Marcelo Fernández- por la también fiscal Laura Margaretic fue el que ayer se tradujo en que se hiciera efectiva la medida de coerción para Omar Rojas.

Ordenada por los mismos jueces que integraron el Tribunal Oral en lo Criminal número 2 de Azul en el juicio donde el ya jubilado del Poder Judicial local resultara condenado, la decisión estuvo basada en el llamado «doble conforme» que ahora tiene el fallo de lo que fuera aquel debate.

En ese proceso habían intervenido Inés Olmedo, Joaquín Duba y Martín Céspedes, quienes por unanimidad se pronunciaran a favor de condenar al ex titular de la AJB local por estos hechos, los cuales -según quedara demostrado- cometió en perjuicio de la víctima «en concurso real de acciones entre sí».

«En cuanto al aumento verificado de peligro procesal de fuga, la falta de una medida de coerción o la imposición de una menos gravosa que la prisión preventiva al inicio del proceso puede resultar razonable; pero no así luego de una sentencia condenatoria con su correspondiente confirmación por otro órgano revisor, lo cual se ha acreditado en la presente causa», puede leerse en la resolución que derivara en la detención del todavía encausado.

La medida de coerción por la que ahora Omar Rojas -que actualmente tiene 63 años de edad- permanece transitoriamente privado de la libertad en la Subcomisaría de Chillar, a la espera de que se consiga un cupo para su traslado a una unidad penal de la zona, la hicieron efectiva policías de la Seccional Primera de Azul, contando para eso con la orden firmada por los jueces Olmedo, Céspedes y Duba.

Ese ya referido 5 de julio que pasó, desde la Sala V del Tribunal de Casación Penal bonaerense los jueces Fernando Mancini y Mario Kohan habían rechazado el recurso de apelación que presentara tiempo atrás Paolo Lamouré, uno de los abogados que patrocinó a Omar Rojas en el juicio realizado en el TOC 2 de Azul. El proceso que derivara en esa condena -ahora confirmada en todos sus términos en segunda instancia- y cuyo fallo fuera anunciado el 18 de agosto pasado.

A ese debate Rojas había llegado en libertad. Y es la primera vez que está preso desde que fuera denunciado por una vecina el 24 de julio de 2016, cuando lo observara en la vía pública en momentos que la joven que figuró como víctima de estos hechos subía al auto que él manejaba aquel día.

«Ha quedado claramente demostrado en el debate que el día 24 de julio de 2016 y días previos a esta fecha, el encartado Rojas sustrajo en tres oportunidades a la joven víctima, quien posee una capacidad intelectual restringida» y sobre la cual «ejerció intimidación», se mencionaba en el fallo con relación a las características de aquellos hechos que el ex dirigente de los trabajadores judiciales cometiera y por los cuales desde ayer está preso.

En la resolución se indicaba también que en esas tres ocasiones el ex titular de la AJB Azul -lo era al momento de ocurridos estos hechos; aunque después terminó siendo expulsado y desafiliado del gremio que a nivel regional condujo durante varios años- «obligó» a subir a su auto a la víctima «con el fin de menoscabar su integridad sexual».

Ese accionar incluyó que en una oportunidad la llevara a un descampado para tomarle fotos desnuda y que en otra la trasladara a un hotel alojamiento, lugar de donde la chica luego se dio a la fuga.

Ambas situaciones habían ocurrido días antes a que -aquel 24 de julio de 2016 ya referido- personal policial lo interceptara en la Ruta 3, cuando también trasladaba en su auto a la víctima.

«Todas estas maniobras, sacando a la joven del ámbito donde se encontraba, impidiéndole el libre ejercicio de su voluntad para quedar bajo su potestad mediante intimidación, fueron realizadas con el fin de someterla a conductas de abuso sexual», se indicaba en el fallo de ese juicio donde Rojas resultara condenado; aunque esas acciones no se terminaron concretando.

«La importante pena impuesta torna no sólo probable sino incluso comprensible que Omar Guillermo Rojas intente eludir la acción de la justicia, ya que la posibilidad cierta de un encierro prolongado, dado que aún le resta por cumplir la totalidad de aquella, hace que la presunción mencionada ahora se acentúe, pues subsiste el condicionamiento psicológico que genera esa posibilidad y que determina al ser humano, por su propia naturaleza, a tratar de evitarlo por todos los medios. Ello, sin analizar la gravedad de los hechos por los que se lo condenara», puede leerse también con relación a los fundamentos que ayer se tradujeron en que se ordenara la detención del otrora dirigente gremial.

«Ese peligro de fuga -se mencionó en otro tramo de lo dispuesto por los miembros del Tribunal que juzgó y condenó a Rojas- no desaparece a esta altura del proceso por la aplicación de controles tutelares, de órganos de control o por su arraigo familiar o laboral en la ciudad donde actualmente reside».