Cerró un Video Club y tiraron 15 mil Cassette a la basura
La llegada de la tecnología y los cambios culturales generaron el cierre de uno de los locales más importantes del rubro en la ciudad.
La gran cantidad de VHS, sumado a una demanda demasiado puntual a la hora de la venta, hizo que se tirara todo junto. «Ahí se fueron cosas inéditas», dijo su titular en declaraciones a Diario El Popular.
Con la llegada de la tecnología, este tipo de rubros se encuentran en extinción.El paso del tiempo es para todos. Para las personas, y también para la tecnología, que en los tiempos que corren parece llevar una aceleración y un desarrollo insospechado. ¿El mejor ejemplo? Lo sucedido la última semana con el mítico videoclub Master, el cual se vio envuelto en dos situaciones: la primera fue el cierre definitivo tras más de 30 años de actividad. El otro, quizás mucho más simbólico, fue que más de 15.000 videos VHS (Video Home System, en español «Sistema de Video Casero») fueron tirados a la basura, con toda una era del cine a sus espaldas.
La llegada de Internet, las descargas ilegales, Netflix y YouTube, por citar algunas plataformas, fue demasiado para este rubro que ve, poco a poco, desvanecer su actividad. Quizás los más jóvenes no sabrán ni tendrán conocimiento de acudir a un local, elegir una película, y devolverla al otro día, teniendo en cuenta que antes había que rebobinarla sin generar rayones ni enredar su cinta. Toda una epopeya.
Así, Fernando Patané -quien fue el titular de Master hasta hace cinco años charló sobre todas estas decisiones simbólicas muy importantes, no sólo para los tiempos que corren, si no para su propia vida. En un principio describió que «Master nació en el año 1986», siendo uno de los primeros locales en abrir sus puertas en Olavarría. «Fue una sociedad familiar, tuvo todos los condimentos de la época. Hubo muy buenos momentos, después de los cambios tecnológicos como el DVD también hubo una adaptación y bueno, hasta la llegada de la tecnología… ya no se usa más».
Incluso, personalmente es una parte vertebral de su vida: «Yo me pasé mi vida ahí. Porque es un negocio bastante esclavo que se trabaja cuando todos los demás, tu familia y todos, están de ocio». En ese sentido, agregó que «te perdés muchos momentos de tu familia y amigos por estar en el rubro. Hay muchos que son así, pero bueno…».
VHS y DVD
Fue un elemento de época de los años 90, donde el videoclip y muchos elementos aparecían para construir la cultura que se vivió por esos años. El VHS era sinónimo de cine. En esta línea, Patané señaló que «hubo un momento que el VHS venía tan en auge que la gente alquilaba videos todo el tiempo, no dábamos abasto», para describir que su local, en esos años «eran 8 personas atendiendo, 70 ó 80 personas adentro del local… un descontrol. La gente alquilaba de todo, las clásicas y las novedades», hasta que llegó el tiempo, el momento, en que «se desgastó. A la gente se le pasó la novedad».
Incluso, ver una película en aquellos años (ya más de 20) «era un motivo de reunión, que hoy no existe más. Antes juntarse a ver una película era una cuestión de todos los sábados. Con amigos, lo que sea. Hoy ya no se ve más. Todo se volvió más individual».
Pero tras ello, la era de alquiler de películas «se renovó». «Después llegó el DVD», siguió su relato Patané. «Al principio eran inaccesibles, como lo fue el VHS en su momento, en que las videocassetteras costaban fortunas y al final casi las regalaban. Y en ese momento hubo un nuevo boom, la gente veía la diferencia en tecnología, calidad de imagen, sonido… y desaparecía el rebobinado, el formato, la cinta que se enganchaba o se rayaba… el DVD fue el nuevo despertar. Fue muy exitoso».
Posteriormente tuvo su aparición el Blu-Ray, «algo parecido al DVD pero con mayor capacidad no sólo de almacenamiento sino en la calidad de la imagen y el sonido. No logró imponerse de igual modo… y la tecnología y las redes sociales hicieron todo más accesible y bueno, se hizo imposible…» admitió.
«La gente ya no se mueve de sus casas, apretando un botón en el control ya está. Antes buscar una película era una travesía. Era llegar al videoclub, que te atendieran y estuviera la película que querías ver… y al otro día tenías que devolverla», señaló.
«Se fueron cosas inéditas»
Y una decisión complicada fue la de tirar un importantísimo material audiovisual, que constaba de más de 15.000 VHS con títulos de películas de todos los géneros: desde largometrajes que ganaron el Oscar, grandes fracasos, dramas policiales… incluso una sección para mayores de 18 años.
Paradojas del destino: muchos transeúntes que pasaban por la zona mientras sacaban los VHS, tomaban fotografías y las compartían en redes sociales, con Instagram a la cabeza. Incluso muchos bromeaban con la sección para adultos, dado que los títulos y las imágenes quedaban expresamente a la vista de todos.
«Tenía todo el material en donde era Master antes (N. de R.: ubicado en Hornos entre Vicente López y Rivadavia, ya que luego el local se mudó a otro más pequeño en la zona). Los publiqué en su momento en Mercado Libre y sitios así». Y si bien «me llamaron para comprar, la verdad no tuve éxito, porque quería que vengan a buscar todo».
La situación pasaba porque los llamados eran «muy puntuales de gente que quería películas muy específicas, con tal director, tal actor, o tal género, y eso estaba dentro de una habitación, dentro de cajas, y era imposible buscar. A nadie le interesó comprar la colección entera». De hecho, el material era tan importante que «para sacarlo hubo que hacer tres viajes con un camión».
Lo más penoso, quizás, es que «ahí se fueron cosas inéditas. Había películas que quizás no tenían muchas copias y no sé si se van a volver a conseguir. A menos que se haya remasterizado o digitalizado…». Y dentro de esta colección, «había mucho títulos, se compraba todo el cine que salía. Lo que te imagines de esa época. Del dibujito más tranquilo hasta la mejor película», agregó Patané.
Para finalizar, tal vez, la casualidad que marcan los tiempos que corren: «Si bien me retiré del video hace como cinco años y quedó a cargo una empleada de mucha confianza que tenía y se dedicó a lo que quedaba que era el rubro DVD y Blu-Ray; ayer (por el jueves) casualmente cerró las puertas, un día después de que tiré los VHS». Todo un simbolismo de época.
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