Una olavarriense en la restauración de la casa de María Elena Walsh
Con información de Página 12 / Fotos: Maribel García y Rolando Miguel Babjaczuk
La olavarriense Maribel García, a través del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, está siendo parte de la restauración de la recordada María Elena Walsh. La vivienda fue adquirida por la Municipalidad de Morón y prontamente será abierta luego de las tareas que se llevan adelante.
Maribel García, acompañada por un equipo del Instituto de la Vivienda, está llevando adelante la labor museológica y museográfica que se lleva adelante en el lugar donde nació Walsh.
Hay que recordar que la olavarriense Maribel García trabajó en la Casa de Evita- con la muestra- Eva niña, y desde ese momento continúa siendo parte del Instituto Cultural de la Provincia.
La casa de Walsh está ubicada en la calle Tres de Febrero 547, en Villa Sarmiento, Morón, luego de las tareas de restauración – se informó – funcionará un espacio cultural que rescate su obra. El proyecto forma parte de un trabajo en conjunto entre el municipio, la Provincia y la Nación, que se unieron para proteger y reconvertir la casa y seguir alegrando con su presencia la vida de millones de chicos.
Desde la intendencia de Morón que comanda Lucas Ghi afirman que tenían vista la casa desde el 2015, cuando su anterior gestión estaba transitando los últimos días. Sin embargo, desde las sombras, el equipo comenzó a averiguar en qué estado estaba y cómo podían conseguir la casa donde María Elena vivió desde que nació, en 1930, hasta 1941, pero que había sido adquirida por su familia siete años antes. Los padres de María Elena (Lucía Elena Monsalvo y Enrique Walsh) adquirieron esa locación en 1923. Enrique había obtenido un trabajo en la estación de tren de Ramos Mejía, quedando la casa a tres cuadras de su lugar de trabajo. La edificación era de una planta, de ambientes amplios, dormitorios con piso de parquet, paredes gruesas, techos altos, ventanas con postigos de dos hojas y puertas anchas de madera pintada de gris y verdeagua.
Allí nacieron Susana y María Elena, las dos hijas del matrimonio, aunque vivieron también los cinco hijos de las primeras nupcias de su padre. Rozando los años cuarenta, en el barrio se radicó un neuropsiquiátrico, «La Chapelle: Instituto Médico de Reposo», Primer institución de este tipo en el barrio. La situación comenzó a generar aprensión entre los vecinos, que consideraban a «los locos» como un potencial peligro. Con la expansión del neuropsiquiátrico sobre el barrio, más la inminente jubilación de su padre, los Walsh decidieron vender la casa y mudarse a un espacio más chico, un departamento del lado de Ramos Mejía. En 1941, la historia de los Walsh con la casa vivió sus momentos definitivos.
La casa pasó por varias manos, hasta que llegó a una familia de origen armenio que mantuvo durante algunos años un emprendimiento textil. Sin embargo, estos últimos años, la casa se mantuvo abandonada. Por eso sorprende todavía más el dato de que lo que persistió 100 años desde que la familia Walsh adquirió esa casa es el jacarandá del patio, única planta grande dentro de la casa, cuyos dueños originales plantaron. Muy probablemente, sea el famoso jacarandá de hojas celestes que inspiró el famoso himno que empieza con «Al este y al oeste//llueve y lloverá». Hoy, se encuentra fuerte y sano, y es el protagonista del proyecto de restauración que ya casi termina.
Morón da con la casa
La operación recuperación María Elena comenzó con la llegada de la nueva gestión, en 2019. Por esos años, el Gobierno nacional se incorporó al proyecto, y el Ministerio de Tristán Bauer comienzó a trabajar en la iniciativa. En 2020, el estado adquirió la propiedad, y así se dió rienda suelta al proyecto de recuperación arquitectónica.
El objetivo, desde el incio, fue restaurar la casa tal como estaba, a su estado original al momento de vivir los Walsh. Por lo tanto, la obra, en manos de quienes recuperaron la casa de Evita en Los Toldos, recuperó el concepto arquitectonico de entrada y sólo le agregaron cuestiones que servirán para darle una mayor funcionalidad. En el 2022, se sumó a la mesa María Elena la Provincia de Buenos Aires, y el Instituto Cultural, presidido por Florencia Saintout, que comenzó a trabajar en la propuesta artística de la casa.
Según cuentan desde las diferentes instacias gubernamentales, la preocupación que existía a los tres niveles era que el lugar no se transformara en el típico museo de exhibición de objetos que había utilizado María Elena y su familia en vida. No querían el famoso cordoncito bordó en la puerta de cada sala, marcando la frontera entre el arte y su público. Por el contrario, querían que sea un espacio abierto a la comunidad, convertido en un centro cultural.
«La idea es que sea un espacio de vocación, de homenaje, de recreación del espíritu de María Elena, tanto lo que hace a su producción artística, cultural para niños y adultos como aquello a lo que hace a ella como personalidad, como mujer rebelde, feminista y demás», afirman desde la intendencia de Morón.
Lo que se está proponiendo, por tanto, es que la casa sea un museo que, por un lado reconstruye y cuenta de la infancia de María Elena (cómo era su vida, su familia, la música que escuchaba, los libros que leía y demás elementos que fueron centrales en la formación de esa niña mágica que se convertirá en la maravillosa artista que conocemos), pero que también sea una invitación a transitar el universo poético de María Elena, con sus disparates, sus reinos y sus sueños. Por lo tanto, cada una de las salas estará dispuesta como un espacio donde ocurran actividades para los más chicos, repletas de juegos interactivos, propuestas tecnológicas, que contenga un salón de usos múltiples donde se impartan talleres y propuestas musicales. La idea de museo prohibido y sacramental quedó atrás y, en cambio, este será un espacio dedicado por y para los chicos.
«Encaramos este proyecto con mucho cariño y compromiso por las características de María Elena. Es una persona que signó nuestras vidas, nuestras infancias, y lo sigue haciendo con nuestros hijos. Todavía se cantan sus canciones, tienen muchísima actualidad y atraviesa generaciones, estratos socioeconómicos, territorios, y perspectivas ideológicas», afirman desde la Municipalidad de Morón.
A pesar de ser un espacio dedicado mayoritariamente a las infancias, el objetivo es que adultos o adolescentes también se sientan interpelados para recordar su propia relación con María Elena en la casa. «Es una figura con mucha vigencia y mucha historia. Eso nos permite que se encuentre gente de todas las edades», concluye.
Ya casi
La semana pasada, los tres poderes conjuntos estuvieron recorriendo la casa ubicada en la calle 3 de febrero, con la presencia de la presidenta del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout; el Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; el intendente de Morón, Lucas Ghi; y la subsecretaria de Promoción Sociocultural bonaerense, Lorena Riesgo.
«Recuperar esta casa tiene un sentido enorme, no solo para la comunidad de Morón sino para toda la Provincia de Buenos Aires, por la figura de María Elena Walsh», afirma Lorena Riesgo, subsecretaria de Promoción cultural de la Provincia. «Esta propuesta también tiene que ver con rescatar esa construcción de la identidad de lo bonaerense en nuestras personalidades de la cultura».
«Pensamos una propuesta que intenta reconstruir el universo María Elena, por eso decimos que esta será una casa viva, una casa interactiva, lúdica, participativa, poética, accesible y disparatada», afirma, invitando a todos a venir. «Es una invitación a recorrer, no solo la historia de su vida, sino a sumergirnos en su mundo mágico y dejarnos llevar por cada una de las experiencias»,
“María Elena Walsh es de todos y de todas las generaciones. Esto se va a ver en esta propuesta. En este año tan particular en donde se cumplen 40 años de democracia, celebrar la vida de María Elena Walsh es también celebrar la democracia», sostuvo tras la visita la presidenta del Instituto Cultural bonaerense, Florencia Saintout.
A la vez, el ministro de Cultura Tristán Bauer mostró su agradecidimiento por «el trabajo conjunto entre el municipio, la provincia y la nación en esta tarea de honrar la vida de una mujer excepcional que tanto nos ha marcado en nuestras infancias y culturalmente como país».
Según está previsto, la obra arquitectónica terminará a finales de mayo, por lo que esperan tener lista la casa en todas sus funciones de centro cultural antes de las vacaciones de invierno, idealmente, para que la disfruten aquellos para los que fue pensada desde los inicios.
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