Ingeniería expuso en India sus trabajos sobre reducción de gases contaminantes

El gas metano es uno de los mayores responsables del calentamiento global, por eso varios países promueven su aprovechamiento a partir de técnicas que generen energías limpias. En este ámbito, Argentina es una de las 19 naciones que buscan soluciones ecológicas en el marco de la Asociación Metano a los Mercados, y que fomentan proyectos que puedan ponerle un valor energético a este gas contaminante.

La última reunión de esta Asociación se realizó a principios de este mes en Nueva Delhi, la capital India, donde la Facultad de Ingeniería de la Unicén y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) representaron y explicaron los trabajos de Argentina en torno a la captura de metano.

Por la facultad olavarriense estuvieron presentes los ingenieros Estela Santalla y Gabriel Blanco, y por el INTA el ingeniero Jorge Hilbert. Ingeniería es una de las instituciones académicas estatales que más trabaja en el país en el estudio de proyectos que pretenden reducir emisiones contaminantes de metano y fomentar alternativas tecnológicas para el aprovechamiento energético.

Este gas se forma cuando la materia orgánica se descompone, en condiciones en que hay escasez de oxígeno. Específicamente, Metano a los Mercados se ocupa de promover el desarrollo de proyectos que capturen metano de cuatro fuentes de emisión: minas de carbón, sistemas de petróleo y gas natural, agricultura (manejo de desechos animales), y rellenos sanitarios. En estos dos últimos sectores los ingenieros locales han adquirido la mayor experiencia, y la India fue una gran vidriera para exhibir al mundo los avances de Argentina y de Olavarría en particular en la captura y utilización de gases de efecto invernadero.

Entrar en clima

Uno de los representantes nacionales, la ingeniera olavarriense Estela Santalla, admitió que “desde el punto de vista ambiental este evento va en el mismo sentido que el Protocolo de Kioto sobre el cambio climático en cuanto a la intención de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque con mecanismos diferentes, bajo una mayor flexibilidad en relación a los plazos y a las metas de reducciones a alcanzar. Una de las facetas más interesantes del evento fue la identificación de las barreras que impiden la realización de proyectos de captura de metano en los diferentes sectores de los países miembros, como la falta de financiamiento, barreras institucionales, cuestiones legales, entre otras. Si bien el encuentro tuvo su lugar asignado a los inversores y a las nuevas tecnologías, el eje no se apartó de mostrar los esfuerzos mundiales por preservar el ambiente.

Argentina tuvo una amplia participación en la cumbre India, y los ingenieros ofrecieron conferencias sobre la situación del país en cada uno de los sectores. El stand atendido por los olavarrienses concentró la atención de una gran cantidad de especialistas de todo el mundo, en parte porque los trabajos mostrados en los sectores de mayor desarrollo han demostrado eficacia y sustentabilidad.

“Tuvimos la posibilidad de mostrar cómo estamos a nivel tecnológico, con el manejo de residuos, de efluentes que generan metano, con proyectos para generar electricidad o energía térmica, mostramos la actualidad de la agricultura, con la cría intensiva de animales, los tambos, feet lot. Tenemos varios proyectos en estado de prefactibilidad en diferentes provincias que están al aguardo de mejores condiciones económicas para inciarse y que han sido presentados en el evento”, señaló Santalla. “Lo que hacemos en la Facultad de Ingeniería es desarrollar estudios de factibilidad de los proyectos y acompañar a los desarrolladores en la búsqueda de financiamiento y en la implementación de nuevas”, remarcó.

La experiencia local

En Argentina hay diez proyectos de rellenos sanitarios con captura de biogás, y dos que ya están avanzados en el uso de ese gas. El de Olavarría es uno de ellos, y el único en el país que fue realizado con recursos locales, con técnicos locales, y con tecnología local.

El proyecto impulsado por Ingeniería contempla, en principio, la adaptación de la planta de biogás para alimentar un horno pirolítico para el tratamiento de los residuos patogénicos. La planta tiene una capacidad para 30 años y se pretende que el biogás esté disponible como recurso energético renovable para los casos en que la sustitución del gas natural resulte viable.

Pero también la Facultad pretende avanzar en la generación de electricidad a partir del metano recuperado. Un nuevo escenario económico planteado por la estatal ENARSA evidencia un paulatino cambio y un escenario más favorable en la promoción de proyectos de energía renovable para la generación de electricidad. La ingeniera Santalla admitió que Enarsa está interesada en el portafolio de proyectos de captura de biogás que la Facultad de Ingeniería ha estado desarrollando con municipios y empresas privadas a través de acuerdos de cooperación. Si bien por los costos actuales es difícil que el biogás pueda reemplazar los sistemas de generación tradicionales de energía eléctrica, la promoción de fuentes de energías renovables podría impulsar cambios en la ecuación de comercialización. “Lo interesante es reconocer que estamos frente a un nuevo escenario planteado como política de estado que promueve la utilización del biogás y otras fuentes de energía renovable para la generación de electricidad, a través de nuevos indicadores económicos”, aportó la especialista.

También la lupa está puesta en la captura de metano de desechos animales. Ingeniería realizó en el año 2008, en el marco de un contrato con el Banco Mundial a través del Fondo Argentino de Carbono, un diagnóstico nacional sobre la situación de la cría intensiva de animales y el tratamiento de sus efluentes, y detectó que en general el tratamiento de los residuos es bastante precario. “Hoy el productor limpia, y los efluentes apenas se estabilizan antes de descargarse al suelo o a los cursos de ríos más próximos, el ambiente puede asimilar algo de los nutrientes pero hay zonas con evidencias de nitrificación, el ambiente no lo amortigua todo. Las actividades intensivas cambiaron la mecánica del manejo y hay que implementar nuevas tecnologías para que estas actividades sean sustentables”, resumió Santalla.

En este escenario la Facultad está dando sus primeros pasos en el sector productivo, asistiendo a algunos productores interesados en mejorar sus prácticas. En un criadero de cerdos de Olavarría realizó un estudio de factibilidad para sanear los efluentes, capturar el metano y recibir bonos verdes por eso, que consiste en dinero que las potencias pagan a los proyectos ambientales en los países en desarrollo. Esto permite al productor, además de reducir la contaminación, recuperar parte de la inversión desde un lugar que no se tiene en cuenta. Esta experiencia local fue presentada en la India, con sus alcances, barreras y expectativas, y formó parte de las iniciativas que buscan financiamiento externo.

“Este es el desafío de la Facultad de Ingeniería, el apoyo al desarrollo de proyectos sustentables, aunque sean de pequeña escala, aunque tengan barreras financieras. Tenemos el trabajo de profundizar en la implementación de nuevas tecnologías y tomar conciencia que esto representa una nueva fuente de trabajo con generación de nuevos recursos, tecnología, provisión de mano de obra, de know-how, la promoción de mercados”, destacó la ingeniera. “Lo importante es que se puede avanzar en el desarrollo de nuevas tecnologías adaptadas a la realidad de Argentina”, amplió.

Con todo, Ingeniería revalidó su compromiso ambiental a partir de trabajos reconocidos en todo el mundo, con propuestas concretas y en funcionamiento, y que anticipan una nueva forma de desarrollo sostenible con tecnología, conocimiento, y recursos propios.

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