Diez años de pesadilla: vive en Olavarría, fue condenado por error y ahora demostró su inocencia en Neuquén
Fuente: Alerta Digital

Después de diez años de pesadilla, el ingeniero Guillermo César Hamse puede dormir tranquilo en Olavarría, a 1200 kilómetros de Neuquén. Desde aquel momento en que lo notificaron de una acusación por un accidente laboral en una escuela de la capital neuquina, fue empujado a demostrar su inocencia con dos argumentos contundentes: él no era a quien buscaban y nunca estuvo en Neuquén.
A pesar de lo sólido de esos argumentos, fue condenado por un juez y obligado a pagar una indemnización millonaria. Rogó, imploró que alguien lo escuchara. Finalmente, tras apelar esa sentencia, los integrantes de la Cámara Laboral 3 de Neuquén (los jueces Gabriel Ciucci y Juan Manuel Menestrina) lo escucharon hace dos meses y aquella condena de la jueza Mónica Martens se derrumbó por su propio peso.
Hamse fue declarado inocente porque no es la persona acusada, porque nunca estuvo en Neuquén y nada tiene que ver con los hechos en que un empleado sufrió heridas al caer mientras trabajaba en la escuela primaria 118, de Independencia 920 de la capital neuquina.
La reparación es moral y con eso le alcanza al ingeniero olavarriense que a esta hora aplica sus conocimientos en la fábrica Cementos Avellaneda -como hace 19 años- en Olavarría. Con tal de dejar atrás estos diez años de pesadilla no me importa lo que sufrí ni la plata que gasté en esta locura por demostrar mi inocencia, indicó.
El accidente en una escuela de Neuquén, hace 11 años
El miércoles 26 de marzo de 2014, el bahiense Mauricio Eduardo Klaassen, cayó de un andamio mientras realizaba trabajos en el cielo raso del salón de usos múltiples de la escuela primaria 118, ubicada en Independencia 920 de Neuquén capital. Esa caída desde unos cuatro metros y medio le produjo una fractura del fémur izquierdo y golpes, por lo que fue intervenido quirúrgicamente en el hospital provincial Castro Rendón y quedó internado durante 15 días.
La demanda contra el empleador, César Hamse, incorpora menciones sobre la desatención y abandono que tuvo con el obrero e incluye a Tatiana Hamse, que sería hija del constructor. En la presentación se solicita una indemnización por los daños y perjuicios sufridos en el accidente laboral.
El comienzo de una pesadilla que duró diez años
En los primeros meses de 2015 el ingeniero se encontró en su casa de Olavarría con una notificación sobre la demanda en su contra. Ese escrito provenía del Juzgado Laboral Dos de la ciudad de Neuquén, a nombre de César Hamse, sin que figurara ni su documento de identidad ni ninguna otra relación legal con el hecho.
Lo primero que hizo fue asesorarse con el abogado Germán Aramburu de Olavarría y éste encargó a un letrado neuquino para presentar un descargo que eliminara toda relación con la demanda. Los tiempos no tan virtuales e inmediatos de estos días, hicieron que vencieran los plazos para esa presentación, por lo que el Juzgado dio por no presentado el descargo y continuó con el trámite judicial.
En Olavarría, Hamse se despreocupó del tema en la creencia de que ya estaba desligado de esa confusión judicial.
A fines de mayo de este año, otra notificación llegó a su domicilio bonaerense, pero esta vez con una sentencia que incluye el pago de una indemnización millonaria por aquel accidente laboral ocurrido hace 11 años en un lugar donde nunca vivió ni estuvo.
La desesperación por demostrar su inocencia
Insólitamente cercado por esa condena, fue Aramburu quien nuevamente activó todos los mecanismos judiciales para demostrar que Hamse no era la persona a la que acusaban.
Finalmente, la apelación ante la Cámara 3 dio sus frutos y Hamse viajó a Neuquén para demostrar personalmente el error y la pesadilla que vivía desde hace diez años.
Se hicieron tres audiencias y en la última, el testimonio de la víctima del accidente desmoronó la persecución que sufrió el ingeniero olavarriense. El acusado no era la persona que lo contrató para la obra y luego de las heridas lo abandonó.
La nueva sentencia y la inocencia
Tras considerar la condena en primera instancia, los jueces de la Cámara 3 accedieron al planteo del ingeniero olavarriense realizado en la apelación de aquel fallo.
La apelación de Hamse critica la condena porque “incurre en un error en la identidad del demandado”, porque la demanda se realizó “sin mayores precisiones, sin indicar DNI, ni CUIT, u otro dato que permita alguna certeza” y porque “jamás trabajó en la provincia del Neuquén”.
Entre el 15 y 26 del pasado mes de septiembre se llevaron a cabo las audiencias para las que viajó Hamse desde Olavarría a Neuquén.
Dice la sentencia de la Cámara 3: “en la última audiencia, celebrada a través de la plataforma Meet de Google, el actor” (quien sufrió el accidente en la escuela neuquina) “expresamente manifestó que el recurrente Sr. Guillermo César Hamse”… “no es la persona a quien pretendía demandar y que no sería su empleador”.
Agrega el fallo de la Cámara que “evidentemente al Sr. Guillermo César Hamse le asiste razón y debe atenderse a su planteo” y que “en concreto, el actor pretendía demandar a otra persona distinta de quien fuera traído a juicio”.
La Cámara consideró que “en el caso concreto el proceso padece de un grave vicio que afecta el orden público”…”y corresponde declarar la nulidad de la sentencia”…”ello a fin de resguardar no solo el derecho del recurrente que ha sido traído a juicio por error, sino también el del actor a fin de que pueda proseguir el juicio contra la persona que realmente quiso demandar, y no a la homónima”.
En esa demostración de inocencia de Hamse, también los jueces resolvieron apartar “al magistrado de continuar interviniendo y pasar las actuaciones a quien sigue en orden de subrogancia”.
Tras diez años de verse envuelto en un juicio que estaba a 1200 kilómetros de su realidad, Guillermo César Hamse merece lavar su buen nombre y honor, luego de un gravísimo error de la justicia neuquina.
Y no sólo eso: el bahiense Mauricio Eduardo Klaassen que demanda una indemnización por sus heridas al caer en una escuela de Neuquén, vuelve con su pedido a fojas cero, 11 años después del accidente.
Ahora será otro juez el que retome la búsqueda del verdadero César Hamse y su hija Tatiana, para determinar su responsabilidad en el hecho.