Mes  de  María


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            Cada mes de mayo, la Iglesia Católica de rito latino contempla la fe de la Virgen María y la propone como ejemplo perfecto de seguidora de Jesús… “durante este tiempo se reconoce la obra de María en la historia de la salvación a partir de su Maternidad Divina”, en  Argentina  se  celebra  en el mes  de  Noviembre, queremos vivirlo  en  comunión  con  todos rezando especialmente por la paz,  la unidad en las familias el  respeto  y  el  valor  de  toda  vida  humana. Comienza  el  día  7 y  concluye el 8  de diciembre con  la  Fiesta  de  la  Inmaculada  Concepción  de  María.

            Contemplar   a  María  como “Madre  de  la  Divina  gracia”  es verla asociada íntimamente a la obra redentora de Cristo, haciéndose «la compañera» del Salvador  « la más generosa de todas». Nos  hace  mucho  bien  pensarla  como,  “Madre  de  la  ternura”,  nos  dice  el  papa  Francisco: “Tenemos necesidad de que nuestro corazón se conmueva. Dejémoslo que se inflame con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. Las caricias de Dios no producen heridas: las caricias de Dios nos dan paz y fuerza. Nosotros tenemos un modelo cristiano a quien dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos. María, animada por la divina misericordia, que en ella se hace carne, se olvida de sí misma, y con ternura va al encuentro de los necesitados”. Podríamos preguntarnos:

¿ nuestros  corazones  se  conmueven  ante  las  necesidades  de  nuestros  hermanos ? ¿Nuestros  sentimientos y acciones  reflejan la ternura, la caridad respetuosa y delicada de  María?

            Al  rezar  el  rosario  muchas  veces  la  hemos  contemplado cuando  va  de  visita  a  la  casa  de  su prima  Isabel  que  está  esperando  un  niño  en  su  vejez. Va  de  prisa, saluda,  celebra  y  sirve en  las  tareas  de  la  casa.   Hoy, más  que  nunca deseamos  que ,  con  su  presencia  y  asistencia  toda  nuestra patria Argentina, se haga  hogar  y  casa para   cada  uno  que  llega y Ella, como  “Virgen  Gaucha ”  cobije  a  todos  siendo “Madre de los  migrantes”  a cuantos dejaron  sus  tierras y  vinieron  a  habitar   aquí.

            Sabemos  y  hemos  experimentado  que María está cerca de cuantos sufren o se hallan en situaciones de peligro grave esto ha llevado a los fieles a invocarla como  “Auxilio”,  como «Socorro”. Ella presenta a Cristo nuestros deseos, nuestras súplicas, y nos transmite los dones divinos, intercediendo continuamente en nuestro favor sobre todo cuando está en juego la salvación eterna.

            Durante este mes, la piedad del pueblo cristiano expresa su auténtico amor a la Virgen a través de diversas iniciativas de oración, como el rosario, las procesiones, las peregrinaciones a santuarios marianos o las prácticas piadosas todo  contribuye a reconocer y honrar el lugar de la Santísima Virgen en la historia de la salvación y destacar su vínculo maternal con Cristo y con los fieles,

            Nos  anima  el  papa  Francisco: “Vivamos  unidos  a  María  que es madre y una madre se preocupa sobre todo por la salud de sus hijos; nos ayuda a crecer, a afrontar la vida, a ser libres. (…) “La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero”.

(*)  Angélica  Diez, Misionera  de la  Inmaculada  Padre  Kolbe, Olavarría.

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