Natividad de María


Por: Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

Cada 8 de septiembre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa se unen en la celebración de la Natividad de María. Es verdad que el Evangelio no menciona donde nació María, algunos dicen que nació en Nazaret y otros que en Jerusalén. Esta fiesta se comenzó a celebrar oficialmente con el Papa San Sergio (687-701 d.C.) al establecer que se celebraran en Roma cuatro fiestas en honor de Nuestra Señora: la Anunciación, la Asunción, la Natividad y la Purificación.


El nacimiento de la Virgen María tuvo privilegios únicos. Ella vino al mundo sin pecado original y fue elegida para ser Madre de Dios. Era pura, santa, y tenía la gracia santificante, desde su concepción. Con este hecho, se cumplieron las Escrituras y todo lo dicho por los profetas. En la plenitud de los tiempos, María se convirtió en el vehículo de la eterna fidelidad de Dios. Hoy celebramos el aniversario de su nacimiento como una nueva manifestación de esa fidelidad de Dios con los hombres, este nacimiento está especialmente ordenado a su misión como Madre del Salvador. Se sitúa en la confluencia de los dos Testamentos: pone fin a la etapa de la espera y las promesas, e inaugura la era de la gracia y la salvación en Jesucristo.


El papa Pío XII , en ocasión de la apertura del Año Mariano, 8-XII-1953 en un Radiomensaje expresó: “Bajo la luz y el calor del sol florecen sobre la tierra y dan su fruto las plantas; bajo el influjo y la ayuda de este sol que es María, fructifican en las almas los buenos pensamientos. «Vuelvan a recorrer, queridos hijos e hijas, la historia de vuestras vidas. ¿No ven un tejido de gracias de Dios? Entonces pueden pensar: en estas gracias ha entrado María. Las flores han despuntado y los frutos han madurado en mi vida, en la vida de cada uno, gracias al calor de esta Señora, elegida como el sol. Ella la Virgen Inmaculada, Madre de la divina gracia, medianera de las gracias, por ser Reina del mundo».


La vida de la Virgen María nos enseña a alabar a Dios por las gracias que le otorgó y las bendiciones que derramó por Ella sobre el mundo. Celebremos con alegría el nacimiento de María, pues de ella nació Cristo Nuestro Señor, encomendemos nuestras necesidades a Ella que es: “ la madre que nos lleva de la mano a Jesús” (Papa Francisco).

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