El Obispo de Azul pidió superar las «desigualdades económicas que generan injusticia»
En el marco de la celebración de la Pascua, el Obispo de la Diocesis de Azul habló con el diario El Tiempo y dejó algunas definiciones sobre la actualidad.
En ese marco, Monseñor Hugo Manuel Salaberry sj pidió superar las «desigualdades económicas que generan injusticia.»
El Obispo, durante la entrevista, dijo: «estamos acostumbrados a vivir la fe los domingos en la misa, fuera del ámbito habitual. Aunque se observa la necesidad que tiene la gente de un mensaje religioso, pese que a no participe de la misa dominical o no lleve una vida sacramental tradicional, todos los días se ha incorporado a la vida habitual porque la gente tiene necesidad de algo religioso. Mucho más cuando hablamos de esperanza para no bajar los brazos, frente a la realidad que está más dispersa que en otros tiempos».
Sostuvo que «el hecho de que haya tantos lugares en nuestro planeta tierra, nuestra familia humana con conflictos sangrientos significa que no está tranquilo el ámbito de la humanidad».
De la misma manera subrayó que «frente a eso decimos: ¿’o nos matamos todos o nos ponemos de acuerdo?’ y los medios humanos han mostrado sus límites. Existe la sociología, la economía, la política, pero queda la parte religiosa que es la que trata de hacer un equilibrio al desequilibrio horroroso y de pecado que hay en el mundo partiendo de la parte económica porque la desigualdad que hay es atroz».
Con relación a las declaraciones del Papa con respecto a lo que está ocurriendo en Rosario, señaló «Rosario es un punto que se repite en muchos otros lugares menos conocidos, como lugares grandes por ejemplo pero de todas maneras sí, eso ocurre y el último motivo es el económico. Es un lugar donde totalmente faltan fuentes de trabajo, algunas fortunas son enormes, -aunque no me quejo si es lícito o ilícito cómo se han obtenido- pero es imposible que uno no mire al hermano que tiene cerca, que está mal, es decir esa desigualdad va a quedar permanentemente. Entonces ello hace que el ser humano apele a la parte religiosa».
Dijo esta espiritualidad «es la parte que nos debe unir. Primero pertenecemos a la misma familia, todos a la humana, pero particularmente a la Argentina. Entonces, si un hermano está mal también yo estoy mal».
Posteriormente anheló que «con el tiempo podamos este superar éstas desigualdades económicas que generan injusticia y la injusticia genera división. En este tiempo como ésta se percibe a nivel así más que imaginario popular a la realidad común apelamos a la ayuda del Señor, a la gracia y yo creo que sí, que todo es posible».
Enfatizó que «la única garantía que tengo es que defiendo esto que creo con mi vida bien, no con otra cosa. O sea sostengo esto que creo con mi vida, nada más y nada menos».
«También hay mucha gente que se acercó pidiendo todo esto: que estamos hablando recién, pan para la familia, que podamos vivir en la familia y ¿cómo está? que es el lugar que sigue siendo el espacio donde nos nutrimos en el día a día y donde no tenemos que comprar el lugar porque ya lo tenemos, sería por derecho propio», añadió sobre el final.
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