El cáncer de pulmón y dos grandes desafíos: reducir el impacto del cigarrillo y diagnosticar antes para ganarle la carrera al tumor
17 de noviembre, Día Internacional de la enfermedad
Cada año se detectan más de 12 mil casos y provoca 10.000 muertes en la Argentina. La fatiga, la falta de aire y la tos recurrente son algunos de los síntomas. Los especialistas destacan la importancia de los programas de screening para iniciar el tratamiento en las etapas iniciales. Los avances en inmunoterapia y terapias dirigidas.
El cáncer de pulmón es el tumor que más muertes provoca en la Argentina. Según cifras oficiales, cada año fallecen en el país más de 10.000 personas por esta causa –en su mayoría, varones- y se detectan alrededor de 12 mil nuevos casos, lo que lo ubica como el tercero con mayor incidencia. El abordaje de la enfermedad hoy plantea dos grandes desafíos: disminuir el impacto de sus factores de riesgo –el principal es el tabaquismo- y a la vez, establecer mecanismos que permitan una detección temprana para encarar el tratamiento con mejores perspectivas.
“Las campañas antitabáquicas han logrado reducir el número total de fumadores entre un 25 y 35 por ciento, según trabajos que han evaluado esta incidencia, pero este hábito aún se mantiene alto en adolescentes y adultos jóvenes. Desde que se inicia el tabaquismo hasta que aparece al cáncer de pulmón pasan muchos años, alrededor de 30 o 40, por lo que esto aún no se refleja en una baja en la mortalidad”, explica el doctor Claudio Martin (MN 82958), Jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming (IAF).
En la mayoría de los casos –cerca del 60%- el diagnóstico se hace cuando el tumor crece, ocupa espacio o comienza a comprometer estructuras anatómicas del pulmón, como los bronquios o vasos sanguíneos. “Debido a esto, se pueden experimentar síntomas característicos y por los cuales se debe consultar al médico, incluyendo fatiga, tos persistente, tos con sangre, falta de aire, dolor en el tórax, disminución abrupta de peso y disfonía. Sin embargo, frecuentemente, los pacientes pueden no presentar ningún síntoma”, detalla el médico oncólogo Diego Enrico (MN 144531), integrante del Área de Tumores de Tórax del IAF.
En el marco del Día Internacional del Cáncer de Pulmón, que se conmemora este 17 de noviembre, los expertos hacen foco en la necesidad de promover la detección temprana, ya que resulta determinante para aumentar considerablemente las probabilidades de curación debido a que, en sus etapas iniciales, la enfermedad puede ser abordada con tratamientos efectivos como la cirugía o la radioterapia localizada.
La llave para detectarlo a tiempo
A diferencia de otras patologías oncológicas como el cáncer de mama, cuyos controles suelen tener una mayor difusión, con el cáncer de pulmón muchos pacientes llegan al consultorio con dudas respecto de si forman parte de la población que debe realizarse un chequeo y en qué momento tienen que hacerlo. El doctor Enrico destaca que “existen programas de screening o detección precoz que han demostrado reducir la mortalidad por esta enfermedad. En ellos se realiza una tomografía computada de baja dosis anual a los pacientes de alto riesgo. En nuestra institución, este programa incluye a pacientes entre 50 y 80 años con historia de haber fumado al menos 20 paquetes/año (tomando una fórmula que calcula el número de paquetes de cigarrillos fumados al día x número de años de consumo), que sean fumadores activos o exfumadores que hayan abandonado hace menos de 15 años”.
De cara al objetivo de potenciar la performance de los tratamientos y mejorar las tasas de supervivencia a largo plazo, la oncóloga clínica Delfina Peralta Tanco (MN 150122) remarca el rol central que juegan estos programas de detección y subraya la necesidad de “crear conciencia entre las poblaciones en riesgo y los proveedores de atención médica sobre la importancia de la detección temprana y la disponibilidad de programas de detección y de cesación tabáquica”.
“Por otra parte, es esencial invertir en investigación para desarrollar biomarcadores y herramientas de diagnóstico más sensibles y específicos que puedan identificar el cáncer de pulmón en sus primeras etapas. Además, la financiación para la investigación del cáncer de pulmón y el acceso a una atención de alta calidad son factores fundamentales para mejorar los resultados, cosas que en un país con un contexto económico como el nuestro encuentran enormes dificultades. El cáncer de pulmón sigue siendo una de las principales causas de muertes relacionadas con el cáncer a nivel mundial, y abordar el desafío de la detección temprana es clave para reducir su impacto en la salud pública”, afirma la experta, que es parte del staff del Área de Oncología Toráxica del IAF.
El rol de la inmunoterapia y las terapias dirigidas
Los especialistas coinciden en que la inmunoterapia produjo una revolución en el tratamiento del cáncer de pulmón. “En los últimos años se ha demostrado que su uso disminuye la posibilidad que el tumor recaiga y aumenta las supervivencia. En el IAF hemos participado de los ensayos clínicos que han permitido aprobar estas nuevas terapias en todo el mundo”, sostiene el doctor Claudio Martin.
Estos medicamentos tienen una alta efectividad alargando la supervivencia en tumores avanzados o cuando existe metástasis, escenario en el cual se utiliza sola o en combinación con quimioterapia, según el caso particular de cada paciente. “Pero no sólo en esta situación es útil. Hoy en día múltiples estudios han demostrado que también es sumamente efectiva en tumores localizados, donde puede ser utilizada previamente o posteriormente a la cirugía, es decir en el tratamiento adyuvante; o incluso luego de realizar tratamientos sin cirugía como la quimioterapia y la radioterapia”, remarca el doctor Enrico.
A esto se suman las terapias dirigidas, que aportan una herramienta de alto potencial en la lucha contra esta enfermedad. La oncóloga clínica Florencia Tsou (MN 128323), miembro del staff del Área de Oncología Torácica de Instituto Alexander Fleming, apunta que hoy permiten tratar al menos 8 alteraciones moleculares asociadas a este tipo de tumores. “Los tratamientos de blancos moleculares han mejorado la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón que presentan mutaciones. En la actualidad, el tratamiento se utiliza principalmente para estadios avanzados del cáncer de pulmón de células no pequeñas (subtipo más común) para lo cual es indispensable determinar su presencia. Más recientemente, hay estudios en las etapas tempranas que demuestran que disminuyen la recidiva y mejoran la supervivencia luego de la cirugía”, explica la experta.
La lucha contra el tabaquismo y el riesgo del cigarrillo electrónico
Dejar de fumar o no iniciarse en el hábito es la manera más efectiva de prevenir el cáncer de pulmón, ya que el tabaquismo es el principal factor de riesgo para desarrollar esta patología. A esto se suma una segunda instancia de cuidado, que está vinculada al riesgo que cualquier persona tiene en condición de fumador pasivo, por lo que también se recomienda evitar el humo de segunda mano.
Históricamente la lucha contra el cigarrillo apuntó a romper con conductas sociales y culturares que fomentaban el hábito, impulsadas muchas veces por la industria tabacalera mientras obstaculizaba las campañas de prevención y las legislaciones antitabaco. Pero en los últimos años se sumó un nuevo elemento: los cigarrillos electrónicos. “Es un boom que plantea nuevos desafíos, ya que sus efectos a largo plazo sobre la salud aún se están estudiando y pueden actuar como una puerta de entrada al tabaquismo tradicional para algunas personas. Si bien los cigarrillos electrónicos generalmente se consideran menos dañinos que los cigarrillos tradicionales, no están exentos de riesgos”, afirma la doctora Delfina Peralta Tanco.
La especialista remarca que los efectos a largo plazo del vapeo no se comprenden completamente y algunos estudios sugieren riesgos potenciales para la salud pulmonar, ya que su consumo se vincula a un tipo de lesión que de hecho ya es conocida como “injuria pulmonar asociada al consumo de cigarrillos electrónicos o vapeo (EVALI)”. Además, estos productos contienen nicotina, lo que fomenta su efecto adictivo.
El radón domiciliario, un peligro silencioso
Al tabaquismo y otros factores de riesgo más difundidos -como los contaminantes ambientales potencialmente cancerígenos o la polémica por el asbesto en los medios de transporte-, se suma uno que no suele ser tan conocido: el radón domiciliario. “Es un gas radiactivo que puede filtrarse en los edificios desde el suelo. Si se detectan niveles elevados, se debe considerar medidas de mitigación”, explica la doctora Peralta Tanco.
La incidencia del radón doméstico varía según la ubicación geográfica, ya que depende de las condiciones geológicas subyacentes. Algunas regiones son más propensas a la exposición a este gas. Para despejar la duda, se pueden realizar una prueba para detectar su presencia, a través de kits caseros o de servicios profesionales. En caso de comprobar niveles elevados, se recomienda sellar grietas e instalar sistemas de ventilación de radón. Las nuevas construcciones que se realizan en zona de alto riesgo, en tanto, deben incorporar técnicas de construcción resistentes al radón.
“Es importante consultar con expertos y autoridades pertinentes para obtener orientación específica sobre la prevención del cáncer de pulmón, especialmente dejar de fumar o no iniciarse en el hábito tabáquico, concluye la experta, en el marco del Día Internacional del Cáncer de Pulmón.
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