Podría faltar trigo a fin de año

Con 28% menos de tierra sembrada y una pérdida ya asegurada en casi 15% del territorio por las precipitaciones, se teme por la disponibilidad de los cereales de invierno

Las consecuencias de las impensadas lluvias acumuladas en los últimos 15 días en el centro productivo agropecuario nacional aún no pueden contabilizarse porque los campos siguen anegados con cultivos y animales que permanecen en serio riesgo. En este contexto, el campo espera que baje el agua para empezar a hacer los relevamientos que certifiquen lo más temido: millonarias pérdidas de alimentos en un año en que la rentabilidad del campo y de las economías regionales está jaqueada por una combinación de factores internos y externos.

El cultivo más complicado es el trigo, que acaba de terminar de sembrarse. «Lluvias que superaron un acumulado de 150 milímetros sobre los cuadros trigueros del este de la provincia de Buenos Aires, y que complicaron también el sur de Santa Fe y parte de Entre Ríos» causaron daños, según indicó en su relevamiento mensual de producción la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Al momento, la zona afectada «sería un área cercana a 500.000 hectáreas de trigo» de un total de 3,4 millones sembradas a nivel nacional. Sin embargo, según la BCR. «si las lluvias dan una tregua de 15 días, las pérdidas de superficie podrán quedar limitadas a los lotes de zonas bajas. Pero la pérdida de nutrientes limitará el potencial de rinde». En paralelo, «la inaccesibilidad a los lotes no permite corroborar el estado del cultivo de trigo y su viabilidad dependerá de la duración del anegamiento», indicó la entidad.

En el caso de las legumbres, «cultivo muy susceptible a la asfixia y a las enfermedades», también se vislumbran pérdidas que aún no pueden ser contabilizadas. Las consecuencias se amplifican si se tiene en cuenta que hubo mortandad animal a causa de la inundación, a lo que se agrega que, en la zona, advierten que hay silobolsas bajo agua. Esto sumaría a la soja y el maíz cosechados hasta mitad de año a las potenciales pérdidas. El aporte de humedad del Atlántico rompió «los parámetros del tradicional agosto seco», dijo la BCR.

Con hasta 300 milímetros caídos en dos semanas, se trata del «mayor registro histórico de la red de estaciones de GEA, la mayoría con datos desde el 2006, en un mes de agosto». La mayor marca previa fue en agosto de 2012 con máximos de 90 milímetros, mientras que el resto de los años no llega a los 20 milímetros en el mes. La pérdida de nutrientes de los suelos y un ambiente propicio para la aparición de enfermedades suman impacto negativo sobre la agroeconomía.

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