Promueven aceptación de personas de sexo indefinido


Pidgeon Pagonis posa para una foto en su casa el 19 de
febrero del 2015 en Chicago. Pagonis fue criada como mujer, pero tiene
cromosomas masculinos. No se define ni como mujer ni como hombre y se
opone a las operaciones que buscan darle a una persona un sexo
específico, haciéndose eco de una nueva tendencia a aceptar a las
personas de sexo indefinido tal como son. (AP Photo/M. Spencer Green,
File) El informe.>>>

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 Por LINDSEY TANNER
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CHICAGO (AP) – Nació en Chicago y sus padres la llamaron
Jennifer. Era una muchacha hermosa de cabello ondulado y ojazos
marrones, que ansiaba ser como todas las otras chicas.
Pero no lo
era. Los médicos notaron primero unos genitales un tanto grandes y luego
descubrieron que tenía testículos en su abdomen y cromosomas
masculinos. Comenzó así una serie de operaciones para “enderezar” el
asunto.

Jennifer Pagonis era intersexual, un término que se usa
para aludir a una serie de condiciones en las que el aparato
reproductivo de una persona no encaja dentro de las definiciones
habituales de hombre o mujer. Los efectos pueden ser sutiles o muy
obvios.

Hace un siglo, los adultos intersexuales eran grandes
atracciones en los circos. Al avanzar las técnicas para operar a las
personas de sexo ambiguo, los médicos comenzaron a hacer cirugías a
menores y a alentar a los padres a que educasen a sus hijos según el
sexo más aparente. Muchas familias no hablaban con nadie del tema, por
temor al estigma o por vergüenza.

Los padres de Pagonis no sabían
nada del asunto, ni de los riesgos que conllevan las operaciones,
incluidas lesiones que afectan la capacidad sexual, el nivel de
satisfacción y la psiquis de la persona.

Ahora se están haciendo esfuerzos para cambiar la forma en que son tratados los niños intersexuales.
“Antes
todo se hacía mayormente en secreto y los niños eran sometidos a
operaciones potencialmente irreversibles… Seguramente no era la mejor
manera de abordar el asunto”, comentó Earl Cheng, director de un
programa de trastornos del desarrollo sexual en el Hospital de Niños
Robert H. Lurie de Chicago.
El programa, creado hace dos años, es
uno de varios a nivel nacional que cuentan con un equipo de
especialistas, incluidos cirujanos, expertos en hormonas, consejeros
genéticos, psicólogos y especialistas en cuestiones éticas. Estos
equipos ayudan a las familias a sopesar sus opciones y a decidir si vale
la pena operar.
Algunos sectores se oponen a las operaciones y piden tolerancia hacia los chicos.
En
la evolución del trato que se le da a este tema, el próximo paso podría
ser una mayor aceptación de esta población, sin que se tomen medidas
para alterar su cuerpo, como postulan algunas feministas y movimientos a
favor de los derechos de los gays y los transgéneros.

La
intersexualidad es a menudo confundida con la identidad sexual, pero son
dos cosas distintas. La orientación de género alude a si alguien se
identifica como hombre, mujer y algo diferente, mientras que la
intersexualidad se relaciona exclusivamente con la anatomía
reproductiva. Algunos niños tienen cromosomas típicamente masculinos o
femeninos, pero fallas genéticas o problemas hormonales que comienzan en
el útero mismo hacen que los genitales se asemejen a los del otro sexo.
Otros tienen una mezcla de cromosomas sexuales y de órganos
reproductivos de hombre y de mujer.

Los estimados varían. Algunos
creen que uno de cada 1.000 bebés tienen este tipo de condiciones, otros
hablan de uno de cada 5.000.

Los nuevos enfoques derivan en parte
de un documento emitido en el 2006 por expertos de Estados Unidos y
Europa que se pronunciaron en contra de operar automáticamente y dijeron
que pacientes mayores debían participar en algunas decisiones. Ese año
la Academia de Pediatría de Estados Unidos dejó sin efecto una vieja
política enfocada en las operaciones.

Esta evolución se inscribe
en el marco de una nueva tendencia general en la medicina que pone
énfasis en una mejor comunicación y participación de los pacientes en la
toma de decisiones. En el campo de la intersexualidad, estas decisiones
son particularmente difíciles y muchas familias siguen insistiendo en
operar por temor a que sus hijos sean considerados anormales.

“No
dejaba que una niñera le cambiase los pañales y no quería que nadie
supiese”, comentó una mujer de un suburbio de Chicago que aceptó hablar
con la Associated Press a título de no ser identificada para evitar
posibles repercusiones negativas en su hija de ocho años. La niña tiene
unos genitales que parecen los de un hombre, derivados de una
sobreproducción de hormonas masculinas. Esa condición, llamada
hiperplasia adrenal congénita, puede ser mortal si no se aplica desde
temprana edad un tratamiento hormonal.
Sus padres aceptaron hacer una reducción del clítoris.

“Tuve
mis dudas acerca de si hacíamos lo indicado”, dijo la madre. “Pero creo
que tomamos la decisión correcta. El tiempo lo dirá”.

Pagonis
tiene una condición diferente, el síndrome de insensibilidad a los
andrógenos, relacionado con la presencia de hormonas masculinas, pero
también se sometió a una reducción del clítoris. Se le extirparon los
testículos, que todavía no habían bajado, para evitar un cáncer. Algunos
médicos dicen ahora que tal vez no sea necesario apelar a esa medida y
que se puede observar de cerca al paciente para ver su evolución.
Pagonis
nació sin un útero y con una vagina parcial, que los cirujanos
agrandaron para que de adulta pudiese tener relaciones sexuales
normales. Pero Pagonis dijo que ya de adolescente se dio cuenta de que
eso era casi imposible.

Sabía que su cuerpo era diferente, pero no
tuvo una idea cabal hasta que un instructor de la universidad describió
el síndrome hormonal.

De inmediato Pagonis llamó por teléfono a su madre para que le dijese cuál era el nombre de su condición.
“¡Era
precisamente de lo que estaba hablando el profesor!”, expresó la
muchacha, quien ahora tiene 29 años. “Inicié entonces una caída en
picada”.

Pagonis cayó en un estado de depresión y angustia hasta
que comenzó a reunirse con adultos intersexuales que habían aceptado su
condición. Ahora se hace llamar “Pidgeon” (Paloma, término que en inglés
alude a los dos géneros), no se identifica como hombre ni como mujer y
trabaja como artista, al tiempo que milita en organizaciones que se
oponen a las operaciones para los intersexuales.
¿Qué le dice a los padres de niños intersexuales? “Que los lleven a casa y los quieran tal cual como son”.
Alice
Dreger, escritor y experto en cuestiones éticas de la Northwestern
University, dice que tiene sentido criar a un niño como hombre o mujer.
“Pero a veces nos equivocamos con el género. Y en esos casos es
particularmente importante no haber hecho intervenciones quirúrgicas
innecesarias”.
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Lindsey Tanner está en Twitter como http://www.twitter.com/LindseyTanner

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