Terapia de células madre: incógnita para deportistas



Por WILL GRAVES
Published:
May 18, 2015

En esta imagen del 27 de agosto del 2011, el
quarterback de los Steelers de Pittsburgh, Byron Leftwich, sale del
campo junto con el Dr. Jim Bradley, el cirujano ortopédico del equipo.
Bradley suele explicar el alcance potencial de la terapia de células
madre para los deportistas. (AP Foto/Don Wright, Archivo)>>>>

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

C.J. Nitkowski no tenía nada que perder en la primavera de 2011.
La articulación del hombro izquierdo, de la que había dependido durante
una década como lanzador de las ligas mayores, estaba en las últimas.
Tenía 38 años y lanzaba a una velocidad inferior a lo que se esperaba.

A
esa altura de su vida, una operación quirúrgica y la consiguiente larga
rehabilitación habrían puesto fin a su carrera. Por eso, Nitkowski pagó
3.000 dólares para que le extrajeran células madre de la cadera y
después se las inyectaran en el hombro afectado.

«Lo consideré un último recurso», dijo el pelotero.

La
mejora en su condición física le ayudó a firmar un acuerdo de ligas
menores con los Mets de Nueva York en 2012. Aunque nunca regresó a las
ligas mayores antes de retirarse en 2013, Nitkowski está seguro de que
aprovechó todo su talento natural. Si bien no es precisamente un
partidario de la terapia de las células madre (también conocidas como
troncales o germinales), es uno de los pocos atletas que revelaron
públicamente haberse sometido a dicho tratamiento y comprende por qué
muchos jugadores activos lo consultan al respecto.

«No puedo dar
una recomendación», afirmó. «Solo puedo contar mi experiencia. Con base
en lo que creo, siento que (esa terapia) equivaldrá a un mantenimiento,
si es que genera tejidos».

Esa incertidumbre es problemática para
los atletas profesionales y los equipos que les pagan millones de
dólares. Varios años después del procedimiento al pelotero, el debate
acerca de la eficacia de la terapia de células madre para ayudar a
rehabilitar las lesiones deportivas sigue sin decidirse.

Quizás se
deba a la falta de estudios y a las novedades sobre su eficacia o
también al entusiasmo desmedido que a veces suscitan los nuevos
tratamientos con supuesto tinte milagroso.

Sin embargo, jugadores y agentes prestan atención.

«Quieren
lo más nuevo, todo lo que permita a los muchachos un par de años más en
la liga», comentó el doctor Jim Bradley, cirujano ortopédico de los
Steelers de Nueva York en la NFL. «Si yo fuese un agente, buscaría lo
mismo».

Aunque Bradley es optimista sobre su potencial, pasa
bastante tiempo explicando exactamente lo que puede lograr la terapia en
cuestión. Las células madre de los adultos son células indiferenciadas
que se hallan en todo el organismo, que se pueden dividir rápidamente y
contribuir a reparar tejidos. Se considera que esas células pueden obrar
como refuerzo de un músculo o articulación lesionados.

El
problema es que casi todas las pruebas son circunstanciales,
anecdóticas; no hay confirmación definitiva con pruebas clínicas, pero
eso no ha enfriado el interés. «Todos quieren respuestas inmediatas»,
explicó Bradley.

No es fácil en Estados Unidos, donde las
regulaciones médicas son más restrictivas que en otros sitios. Para
evitar el escrutinio de la Administración de Alimentos y Medicamentos
(Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus
siglas en inglés) por sus siglas en inglés), los médicos suelen
efectuar procedimientos rápidos similares al que recibió Nitkowski.

Sin
embargo, en el exterior es distinto. Algunas clínicas en varias
naciones de Europa, Asia y en Australia ofrecen terapias mucho más
enérgicas. A los pacientes les extraen células madre que después
cultivan en un laboratorio durante semana, produciendo millones de
células nuevas.

Bradley considera que esas naciones están
adelantadas 10 años respecto de Estados Unidos en la terapia con células
madre. Ha remitido a algunos pacientes (aunque no a los jugadores de
los Steelers, siguiendo la política del club) a un consultorio en las
Islas Caimán que considera seguro.

Los atletas que viajan al
exterior suelen hacerlo discretamente. Versiones de prensa dijeron que
Peyton Manning viajó a Alemania en 2011 mientras convalecía de una
operación quirúrgica en el cuello, pero el jugador no ha hablado
públicamente sobre el tema. El estelar tenista español Rafael Nadal
recibió tratamiento de células madre en 2014 para aliviar un problema de
espalda pero no ha apoyado públicamente el procedimiento.

Los
equipos profesionales en Estados Unidos no pueden prohibir a sus
jugadores lesionados que busquen todas las opiniones que les parezca,
pero los equipos no apoyan automáticamente determinados tratamientos.

«Si
el jugador hace algo que no recomendamos, depende más bien de ellos»,
afirmó el gerente general de los Steelers Kevin Colbert. «Recomendamos
firmemente que se queden aquí».

El médico que trató a Nitkowski,
el doctor Joseph Purita, aplicó terapia de células madre al pelotero
Bartolo Colón en la República Dominicana en 2010. Un examen que se le
tomó posteriormente reveló la presencia de testosterona y fue suspendido
por 50 juegos. Purita negó haberle proporcionado estimulantes, pero el
hecho desalentó a los equipos.

«Viajar a un sitio como las Islas
Caimán es como decir ‘Me voy a México para que me operen de apendicitis y
ahorrar 80 dólares»’, comentó el doctor Matthew Matava, director
médico de los equipos Rams y St. Louis Blues en St. Louis.

En
algún sentido, la investigación sobre la terapia de células madre está
en pañales. «Hay mucha exageración, mucho mercadeo», afirmó Matava,
presidente de la Sociedad de Médicos de la NFL. «El mercado parece
anteponerse a la investigación y la confirmación».

El doctor
Freddie Fu, director médico del programa atlético de la Universidad de
Pittsburgh, es escéptico. Ha tenido células madre en su laboratorio
durante quince años pero se niega a aplicarlas a seres humanos debido a
la incertidumbre, incluso lo imprevisible que pueden ser las células
manipuladas una vez que se insertan en un área nueva.

«Uno puede tener una célula benéfica y otra dañina», agregó. «Uno no sabe para dónde va a salir».
Fu
es partidario del progreso, pero pese al avance de la medicina
deportiva en el último medio siglo, algunas leyes de la naturaleza son
inapelables. «Si uno se lastima tardará algún tiempo en cicatrizar. Es
parte de la vida», sentenció.

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