LIDME, el laboratorio sin fronteras

Con casi 25 años de trayectoria en docencia, investigación y transferencia, el Laboratorio de Maquinarias Eléctricas de la FIO se destaca a nivel regional e internacional. Este año registra el triple de estudios sobre motores eléctricos presupuestados respecto de 2023.


“Es clave que la FIO tenga un laboratorio así para la formación académica y práctica para estudiantes, ya que simula un entorno industrial real. En este sentido, es un primer acercamiento que tienen en la carrera a lo que va a ser probablemente su futuro”, observa el Ing. Matias Meira. En su doble rol de docente e investigador asegura que “es un soporte para las investigaciones y desarrollos tecnológicos que hacemos, muy en línea con la resolución de problemáticas concretas de la industria”.

Entre los clientes más importantes del LIDME figuran empresas cementeras de la región y de otras provincias, industrias ceramistas, de explotación y transporte de gas y, en breve, se sumarán las energías renovables ya que “estamos por firmar un convenio para realizar una prueba piloto en generadores eólicos en una planta muy importante de la provincias de Buenos Aires”.

“Brindamos servicios, asesorías y transferencia que fundamentan las acciones vinculadas a la investigación aplicada”, comenta el Ing. Cristian Ruschetti, doctor en ciencias de la ingeniería (orientación en Ing. Eléctrica) e investigador tanto del LIDME como del Intelymec desde 2006.

El despegue fue en la industria cementera, donde realizaron un monitoreo de motores durante 2 años que posibilitó “incorporar experiencia, corregir umbrales de falla, analizar parámetros y afianzarnos para después ofrecer servicios. Nos contrataron y luego salimos a otras empresas. Hace un mes fuimos a Ciudad del Este, Paraguay”, ejemplifica el profesional.

Son más de dos décadas de avances, con proyección dentro y fuera de la academia, sumando servicios y articulaciones tanto empresariales como institucionales. “Se puede trabajar en forma coordinada” y está claro que “los proyectos más ambiciosos necesitan que el Estado nacional los traccione. Tiene que estar el compromiso de la Universidad y tiene que haber una llegada al medio que rompa con una lógica que en Argentina cuesta mucho, que es llevar la investigación del laboratorio al territorio, al área productiva”, argumenta el Ing. Verucchi.

El impacto de sus investigaciones han sido destacadas a nivel nacional con premios como el INNOVAR 2021, a partir de un software denominado ANAMOT, que es un analizador de motores.

Hoy uno de los objetivos que se plantean desde el LIDME es “expandirnos y que otras industrias nos contraten. Los transformadores y la generación eólica están en los planes, en Olavarría hay varios parques eólicos y lo que hacemos podría extrapolarse perfectamente a estas nuevas aplicaciones”, grafica.

Alcanzar esa meta actualmente exige redefinir objetivos para poder ejecutarlos con menos presupuesto. “El tema presupuestario no es menor. Veníamos costeando los trabajos de investigación a partir de subsidios de Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, más algunos fondos de la Universidad. Todo eso ahora está congelado. Tenemos fuentes de ingresos por los servicios que prestamos pero se reinvierte para potenciarnos. Los recursos apenas permiten cubrir las necesidades más inmediatas. Ampliar la oferta nos resultaría útil”, admite Carlos Verucchi.

El LIDME se ha convertido en “un semillero de investigadores vinculados con actores socio productivos”, sintetiza el Ing. Cristian Ruschetti, consciente de que otro desafío clave es seguir tentando recursos humanos.

“Un ingeniero se convierte en investigador científico en no menos de 10 años. Los primeros 8 años el graduado es becario, no tiene aportes y no es un trabajo estable. Intentamos complementar esa debilidad del sistema incorporándolo a la docencia porque la beca es con compromiso full time”, añade Verucchi.

Desde el LIDME se “genera conocimiento y servicios que resultan de utilidad para la propia facultad al mantener a sus docentes en una formación continua con experiencias de distintos campos al aula”, detalla el Ing. Lucas Puntano, también integrante del laboratorio. Actualmente cursa un doctorado que se enmarca en una beca doctoral de Agencia y desde febrero de 2024 es ayudante diplomado en Circuitos eléctricos y Electromagnetismo para Ingeniería en la FIO.

Asimismo se “refuerza el rol de la universidad pública en la producción y transferencia de conocimiento, proporcionando soluciones tecnológicas accesibles y formando profesionales capacitados que responden a las necesidades del mercado laboral y de la industria, fortaleciendo el progreso científico y tecnológico en la región”, remarca el Ing. Gustavo Leal, con un posgrado en curso y becario doctoral de CONICET. Su rol es la detección de fallas online en transformadores, además de ocuparse de la parte organizativa del Laboratorio e inventarios.

“Estos espacios permiten a los estudiantes complementar su formación teórica con experiencias prácticas; y colaboran estrechamente con la industria ofreciendo servicios que mejoran la competitividad de las empresas y sirven de apoyo el desarrollo regional”, agrega Leal.

No caben dudas de que retener materia gris es una misión compleja ya que el “afuera” suele plantearse como más atractivo y rentable. “Los que nos quedamos (en la academia) es porque estamos convencidos de estar acá y estamos muy conformes respecto del punto al que llegamos con el LIDME por lo que buscamos de generación en generación ir pasando la posta”, valora el Ing. Verucchi.


Buscan, por todos los medios, evitar lo que ocurre con algunas iniciativas “muy ambiciosas que están atadas a una figura que cuando se ausenta, por la razón que sea, se desvanece todo. Por eso, me enorgullece tener chicos de 20 y pico que darán continuidad a todo esto. Incorporar a gente joven es garantizar que esto prospere, el indicador más contundente de que tal vez no estemos haciendo las cosas tan mal es, justamente, haber comprendido que ya no soy imprescindible para que esto funcione”, concluye el ideólogo de este Laboratorio que logró traspasar las fronteras académicas y ser referente en la región y a nivel Sudamérica.

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