Universidades en lucha: El 86% de los estudiantes de la UNICEN es primera generación de universitarios
En tanto el 70% proviene de escuelas públicas.
Fuente: Lu22- Radio Tandil
El presidente de la Nación dijo el sábado pasado que las universidades públicas «solo sirven a los hijos de los ricos».
Sin embargo los datos de la UNICEN hablan una realidad opuesta.
Según un relevamiento de la Unicen, a través del área de Relaciones Institucionales, que ha preparado informes especiales en el marco de los 50 años de la nacionalización, de los 18 mil estudiantes de la universidad, más del 86% es primera generación de universitarios en su familia.
El 70% de los inscriptos de la ciudad proviene de escuelas públicas. Sin el programa de becas, una mayoría de los estudiantes no podría cursar por falta de recursos propios. Una realidad diametralmente opuesta a lo que aseguró el presidente de la Nación, Javier Milei, el sábado pasado en el Centro Cultura Kirchner (ahora denominado Palacio Libertad)
«Se hizo un estudio sobre si son primera generación o no -padre o madre- de universitarios, y el dato para mí fue muy sorprendente. Yo pensé que en esta universidad los ingresantes eran mayoritariamente hijos de profesionales, pero no es así», explicó Claudia Lúgaro, de Relaciones Institucionales.
«El promedio general es 86,3% de primera generación de graduados. Si nos vamos a los datos por facultades, es aún más significativo. Cuanto más bajo es el nivel de estudio de padre o madre, más se inscriben en, por ejemplo, Ciencias de la Salud. Medicina es una de las carreras que tiene mayor porcentaje de padres o madres con nivel secundario, pero no universitario; la segunda es Exactas; la tercera es Ciencias Sociales; y la cuarta, Humanas», dijo.
«Evidentemente se mantiene, como hace tantos años -yo te diría desde hace un siglo-, eso de ‘mi hijo el doctor’. Y cuanto más crisis económica hay, también se evidencia que los chicos eligen esas facultades, esas carreras», remarcó Lúgaro.
«En cuanto a la procedencia de la educación secundaria que han recibido: un 67%, casi un 70%, viene de escuelas públicas. Las que más aportan ingresantes (en Tandil) son la Escuela Normal, Comercio, Polivalente y Técnica 2», añadió.
Luego daría su propia impresión del nivel socioeconómico de algunos de los alumnos que ingresan.
«Yo he visitado lugares de población dispersa, pueblos muy pequeños. La única posibilidad de salir de esos lugares es con las becas. Fue muy importante la creación de las becas Progresar y las General Manuel Belgrano. A partir del año 2005/6 se ve cómo empieza a aumentar la matrícula. Y si miramos los datos de procedencia de esos estudiantes, vemos que vienen de lugares recónditos de la provincia de Buenos Aires, que no vienen de ciudades grandes, y que la única forma que tenían era accediendo a una beca o a una beca de residencia, como las que tenemos nosotros en las tres sedes», agregó.
«Las herramientas que aporta la universidad cambian las vidas de las personas, eso es indiscutible. La universidad abre puertas, genera herramientas y otorga posibilidades», dijo Lúgaro.
«Cuando uno representa a la universidad -y yo estoy orgullosa de representar a la universidad-, podés ver cómo realmente te reciben en todos los lugares. La universidad es sagrada. Sea del pensamiento ideológico que sea, del nivel socioeconómico que sea, la universidad es intocable», resaltó.