1974. Isabelita a la presidencia, el Brujo al poder
Opinión / Carlos Verucchi / En Línea Noticias (Twitter: @carlos_verucchi)

Nuestra maestra de primer grado, la señora Nené, nos enseñaba las vocales cuando sin golpear la puerta y sin saludar entró la Directora de la escuela. Fue directo hacia la Señora Nené y le dijo algo por lo bajo. Luego salió, tan apurada como había entrado al salón.
Nuestra maestra nos pidió que guardáramos los cuadernos de inmediato y fuéramos a formar al patio cubierto. Los otros grados se fueron amontonando y encolumnando detrás de sus maestras. La directora nos habló de una manera muy rara, como nunca antes la habíamos escuchado, en ese momento yo no sabía que a eso se le llamaba solemnidad.
Dijo que el país estaba de luto porque había muerto el Presidente de la Nación y que nuestros padres nos vendrían a retirar de inmediato.
En esos días, en casa, estábamos esperando que nos instalaran la televisión, ese mes se jugaba el mundial de fútbol en Alemania. Mi abuela me llevó a la casa de los vecinos de la esquina, en la que sí habían instalado ya ese aparato misterioso y una antena que parecía tocar el cielo y desafiar las leyes de la gravedad. Me sentaron a tres metros del aparato (recomendaban no mirar televisión a menor distancia) y me obligaron a ver un desfile interminable y una concentración de gente tan numerosa como jamás había visto.
Le pregunté a mi abuela ¿por qué se había muerto Perón? Me explicó algo sobre el corazón sin entender del todo la pregunta. Yo no sabía quién era Perón ni me interesaba en absoluto, lo que quería saber era cómo alguien podía morirse, a los seis años no hay nada que se acepte con más naturalidad que la inmortalidad.
Hasta ahí lo que recuerdo, el resto lo leí mucho después o lo escuché. La muerte del viejo líder desató la batalla entre la izquierda y la derecha peronistas. López Rega, Ministro de Bienestar Social y mano derecha de la ahora presidenta Isabel Martínez, convirtió su ministerio en la base de operaciones de los servicios de inteligencia, que salieron desesperadamente a cazar comunistas mientras él se entretenía con sus rituales esotéricos.
Unos días más tarde, por fin instalaron la televisión en casa, demasiado tarde. Argentina ya había quedado eliminada del Mundial y apenas pudimos ver la final en la que el local, Alemania, le ganaba por dos a uno a Holanda. De grande entendí que ese no había sido un mundial más, por el contrario, el del 74 marcó el inicio de una nueva etapa en el fútbol, en aquel mundial se utilizaba por primera vez algo que hoy es muy común y todos llaman táctica.
Mientras tanto, el Flaco Spinetta grababa su primer disco con Invisible, su nueva banda. En el cine se estrenaba La Patagonia Rebelde, de Héctor Olivera, al filo de la censura y con la precaución de haberle cambiado el apellido al Teniente Coronel Varela, responsable del fusilamiento de más de mil obreros. Poco después la película igualmente fue prohibida y varios de sus protagonistas comenzaron a aparecer en las listas negras de la triple A y debieron exiliarse.
Los Iracundos permanecían dos meses al tope del ranking de más vendidos con su disco simple Y te has quedado sola. El Metropolitano de fútbol lo ganó ese año Newell´s y el Nacional quedó para el San Lorenzo de Scotta, Cocco, Telch y el Toti Veglio.
Entretanto, Sara Gallardo publicaba ese año Eisejuaz, una de sus mejores novelas, también se publicaron La Tregua, de Mario Benedetti y Las Tumbas, otra novela clásica de Enrique Medina.
En nuestra ciudad, el Departamento de Ingeniería del Instituto Universitario de Olavarría se transformaba en una de las facultades de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
De a poco, se venía la noche para todos los argentinos.