El samurái y el espejo
Una historia de la que existen varias versiones en la red y que me ha parecido tan bella que se me ocurrió compartirla con ustedes.
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Pienso que ésta música puede ir muy bien como acompañamiento para ésta breve historia.
Cuentan que un samurái marchó un día hasta la corte real, para rendir su pleitesía al nuevo emperador.
Antes de regresar a su pueblo pasó por el mercado de la gran ciudad y vio en una de las tiendas un espejo de mano que llamó mucho su atención.
En aquella época no eran muy comunes los espejos, así que decidió comprarlo y llevárselo de regalo a su esposa.
Muchos japoneses, sobre todo los de las áreas rurales, jamás habían visto uno y por ello dicho espejo era algo sumamente raro.
Cuando la esposa se vio en el reflejo no se reconoció y le preguntó quién era esa mujer y el guerrero le explicó que en realidad ese era el reflejo de ella misma.
Después de algún tiempo, la esposa enfermó y fue de tanta gravedad que en poco tiempo quedó al borde la muerte.
Durante sus últimos instantes con vida llamó a su hija y entregándole el espejo le dijo: “Cada vez que me eches de menos mira mi reflejo en el espejo”.
Con la misma ingenuidad, la niña cada tanto miraba su rostro en el espejo creyendo que era el de su madre.
“Mira qué extraño, Papá, mamá parece más joven y ya no está enferma”.
Mientras caían algunas lágrimas por el rostro del samurái, le contestó: “Tú la vez a ella en el espejo, así como yo la veo en ti”.
Arq. Jorge Hugo Figueroa.
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